El descrédito de la denuncia fue aún mayor cuando los medios comenzaron a exponer el prontuario delictual de la denunciante y el rol que desempeñó en ellos su expareja y abogado, el militante republicano Jaime García Bozzo.
Cuando aún se interpretaban los resultados de la segunda vuelta de gobernadores, la agenda mediática retornó a uno de los temas del momento: el abuso sexual, enquistado políticamente en el corazón de La Moneda.
Y es que, a las pocas horas de haber concluido la jornada electoral, la ministra del Interior, Carolina Tohá, se trasladó tempranamente al Congreso el día lunes para exponer en la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que indaga las responsabilidades políticas frente a la denuncia por violación contra el exsubsecretario Manuel Monsalve.
En dicha instancia, Tohá no solo respondió cada una de las preguntas hechas por los miembros de la comisión, sino que también reconoció que el Ejecutivo podría haber hecho mejor las cosas, al mismo tiempo que instó a avanzar hacia la creación de protocolos internos para mejorar la respuesta institucional ante este tipo de situaciones.
Así, los mapas electorales presentados con lujo y detalle en los noticieros del domingo fueron reemplazados rápidamente el lunes por algunos extractos de la exposición de Tohá y los nuevos videos filtrados de Monsalve y su denunciante, reinstalando en el centro de la agenda noticiosa el caso que ha producido una de las crisis políticas más profundas para el Gobierno progresista y confesamente feminista de Gabriel Boric.
El coctel estaba completamente servido para cuando la opinión pública tomó conocimiento de la denuncia presentada en septiembre de este año en contra del Presidente, por parte de una mujer mayor de edad, que lo había conocido cuando este desarrollaba su práctica profesional en Punta Arenas el 2013, y lo acusa de haber filtrado imágenes privadas.
Los portales informativos y noticieros centrales no tardaron en inundar la pauta noticiosa con el supuesto caso de acoso sexual que involucraba al Presidente Boric. El contradictorio e inverosímil relato de la denunciante quedó rápidamente evidenciado con la divulgación de los 25 correos que ella misma le envió entre julio de 2013 y julio de 2014, los cuales incluían en una ocasión imágenes de carácter explícito.
El descrédito de la denuncia fue aún mayor cuando los medios comenzaron a exponer el prontuario delictual de la denunciante y el rol que desempeñó en ellos su expareja y abogado, el militante republicano Jaime García Bozzo.
Por supuesto, la divulgación de estas informaciones no impidió que los noticieros centrales desplegaran novedosas líneas de tiempo que comparaban el caso Monsalve con la reciente denuncia contra Boric. Por su parte, los sectores más radicales de la derecha no tardaron en emplazar al Presidente, acusando que le había mentido al país al no transparentar la denuncia antes de que se realizaran las elecciones.
Siguiendo esta línea –y ya que la “netflixización” de la política chilena se encuentra a la orden día– podemos hacer el ejercicio de preguntarnos libremente: ¿en qué medida la enigmática sentencia transmitida por la denunciante en uno de los correos –“el truco está en asfixiar al príncipe hasta que se ponga azul”– porta la clave para entender la estrategia emprendida por algunos sectores opositores y líneas editoriales en contra del Gobierno de Boric?
Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.