Sin una clara metodología de trabajo a nivel institucional, las futuras nuevas autoridades difícilmente podrán coordinar y trabajar de forma colaborativa con todos los actores relevantes que conforman el macrosistema de seguridad.
La creación del Ministerio de Seguridad Pública es un avance histórico y sustantivo en materia de protección de la ciudadanía y, si bien la máxima autoridad del organismo será designada por el Presidente de la República, la operatividad de las acciones y la importancia de su cargo obligan a elegir personas con un alto perfil y una vasta experiencia
Cuando la seguridad es la principal preocupación de la ciudadanía, pero seguimos viendo todas las semanas registros de homicidios, “turbazos”, encerronas o portonazos que afectan a las familias y un alto número de delitos de connotación socio-policial, se debe exigir que las autoridades se ocupen, tomando buenas decisiones, alejadas de sesgos partidistas o políticos.
Los requisitos aprobados por el Congreso durante la discusión de la ley, para que los futuros Seremis del Ministerio de Seguridad sean especializados en la materia, es casi de sentido común. No podría imaginar, por ejemplo, que cualquier persona esté a cargo de definir políticas de seguridad a implementar en un territorio o coordinar acciones vinculadas a la seguridad y las policías sin conocer experiencia comparada ni estrategias de gestión, con un marco teórico adecuado.
Si van a estar a cargo de dirigir u orientar el trabajo de las policías, deben tener un perfil y capacidades que respondan a criterios técnicos y no políticos. En Chile estamos acostumbrados a que estas decisiones, de una u otra manera, estén vinculadas a la confianza o cercanía con el Gobierno de turno, pero, en este caso, lo más importante para tener buenos resultados es contar con autoridades que tengan las capacidades profesionales, la formación necesaria y estén vinculadas a estas materias a partir de un CV de excelencia.
Se debe tener en cuenta que en la definición de perfiles, más allá de la experiencia en estas materias, que los profesionales puedan tener, es fundamental la preparación académica y hoy en día en Chile tenemos destacadas universidades que en su oferta académica ofrecen diplomados y otros tipos de cursos que están muy bien enfocados en la formación y preparación de profesionales en estas áreas, permitiéndoles entender de mejor forma el fenómeno delictual por el que atraviesa el país.
Otro aspecto relevante de esta nueva institucionalidad es la operatividad. Se debe definir claramente cómo se establecerá la coordinación del Seremi con su jefe superior del servicio, en este caso el ministro o ministra, considerando que actualmente estos funcionarios regionales dependen del delegado presidencial respectivo y son ellos quienes hoy solicitan a las policías ciertas acciones de seguridad.
Sin una clara metodología de trabajo a nivel institucional, las futuras nuevas autoridades difícilmente podrán coordinar y trabajar de forma colaborativa con todos los actores relevantes que conforman el macrosistema de seguridad, como son lo público, lo municipal y lo privado, para velar por la protección y resguardo de una ciudadanía, cada vez más preocupada y afectada por la delincuencia