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Denuncia contra el Presidente Opinión AgenciaUno

Denuncia contra el Presidente

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Guillermo Pickering
Por : Guillermo Pickering Abogado, exsubsecretario del Interior y de Obras Públicas.
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Ningún Gobierno democrático dejaría de defenderse frente a una amenaza de este calibre. La conducta del Presidente es republicana, aunque otros, algunos pocos, algún partido recientemente derrotado, abuse de este nombre respetable.


La semana pasada la opinión pública tuvo conocimiento de la presentación de una denuncia penal contra el Presidente de la República, denuncia que se conoce en el contexto de la formalización y prisión preventiva del ex Subsecretario del Interior por diversos delitos.

Como es evidente, se trata de dos situaciones que no admiten comparación y, solo tienen en común, el desembozado intento de gran parte de la derecha de sacar ventajas políticas pequeñas y zafias.

Digámoslo sin rodeos, en ambos casos la derecha trata de sembrar dudas sobre la confiabilidad del gobierno, acusándolo de esconder información, contradecir su ideario feminista, proteger al exsubsecretario y faltar a la verdad.

Así, de esta manera, día a día, a través de una sistemática campaña de desprestigio, se pretende erosionar la base ética de las actuaciones gubernamentales, para desestabilizarlo o, a lo menos, para polarizar el cuadro electoral de las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias.

En el caso de la denuncia contra el Presidente la derecha ha perdido todo pudor. Cegada por un odio extraño y antidemocrático, ante la evidencia de una denuncia falsa e injuriosa, se niega a aceptar la verdad y atiza el carbón del insulto fácil y la falta de respeto.

Además, hay que señalarlo, este estilo indecente y tóxico, comenzó a gestarse y acumularse desde el primer gobierno de Michel Bachelet , que en sus dos períodos presidenciales fue objeto de una campaña sucia de groserías y descalificaciones contra su persona.

También ocurrió otro tanto contra la persona del ex Presidente Piñera y, ahora, contra el Presidente Boric, desde el día mismo en que asumió el poder.

Esta campaña de desprestigio, a pesar de las intenciones, no daña tanto a la persona del primer mandatario como a la institución presidencial misma.

Si, la misma institución que el primer mandatario ha defendido con valor y dignidad, más allá de los errores, las precipitaciones y la excesiva tolerancia con los ataques arteros.

Creo que hay expresarlo claramente, a lo menos parte de la derecha está en una operación política destinada destruir al gobierno, oponiéndose a todo, obstaculizando las reformas emblemáticas en el Congreso, y también cuestionando la ética del Presidente y del Gobierno. Lo que quieren es un Gobierno paralizado e inerme, de eso no cabe duda alguna.

No estamos en presencia de una oposición patriótica que este inspirada en los grandes acuerdos, como ocurrió durante la transición. Y es posible que esta mala leche provenga de la desmedida e inoportuna ilusión de recuperar el poder al más corto plazo posible.

Afortunadamente no es lo que piensa el país, como quedo demostrado en la reciente elección de Gobernadores.

Los errores que ha cometido el Gobierno, como los han cometido todos los Gobiernos, son eso, son errores, respecto a los cuales la oposición tiene que ser firme porque es su rol en democracia. Pero ciertamente no se puede culpar al Gobierno de los supuestos delitos del exsubsecretario Monsalve, porque los supuestos delitos son personales.

Además, en este caso, imposibles de prever, debiendo la Justicia investigar. Y aunque sea políticamente incorrecto, el señor Monsalve tiene a su favor la presunción de inocencia, que es un derecho y una conquista de la humanidad. Sin ella no hay Estado de Derecho.

Lo mismo ocurre con el respeto y apoyo a la denunciante, cuidando que no haya revictimización.

En el caso de la denuncia contra el Presidente, estamos frente a una situación totalmente diferente y no comparable con la anterior. Aquí es tan evidente que se trata de una denuncia falsa y burda que debió ser aclarada públicamente por el Gobierno de inmediato, como ocurrió con las declaraciones de la Ministra Vallejo. Todo esto sin perjuicio del rol de los abogados del mandatario y de la investigación que lleva adelante el ministerio Público. Ambas cosas en este caso no son incompatibles.

¿Qué querían algunos? ¿Que el Gobierno no se defendiera públicamente ante una indiscutible operación política en su contra y en contra del Presidente? Así sus autores podrían haber difundido todo tipo de sospechas y mentiras.

Ningún Gobierno democrático dejaría de defenderse frente a una amenaza de este calibre. La conducta del Presidente es republicana, aunque otros, algunos pocos, algún partido recientemente derrotado abuse de este nombre respetable.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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