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Una tarea pendiente para el Inapi: democratizar el acceso a las bases de datos de patentes Opinión

Una tarea pendiente para el Inapi: democratizar el acceso a las bases de datos de patentes

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El aumento en el conocimiento de la existencia de soluciones patentadas tiene un efecto directo en la expansión de las oportunidades de licenciamiento, ya que más personas, empresas y organizaciones pueden identificar tecnologías relevantes para sus necesidades específicas.


En el panorama contemporáneo de la innovación y el desarrollo tecnológico, las patentes de invención representan un activo invaluable. Estas no solo protegen los derechos de los inventores, sino que también albergan un vasto repositorio de conocimiento técnico que, al estar accesible a través de bases de datos nacionales y globales, como las administradas por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), o la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), constituye un pilar esencial del avance científico y tecnológico global.

Sin embargo, a pesar de su potencial, el acceso práctico a este conocimiento sigue siendo una habilidad restringida a pocos especialistas, lo que obstaculiza su democratización y limita el impacto positivo que podría tener en nuestras comunidades.

Hasta la fecha, la búsqueda efectiva en estas bases de datos es una competencia altamente especializada, disponible mayoritariamente para estudios de abogados, centros de investigación con grandes recursos y algunos consultores técnicos.

Si bien los Centros de Apoyo a la Tecnología e Innovación están facilitando el acceso a esta información, su alcance es muy limitado a nivel nacional. Esto crea una barrera significativa para que estudiantes, emprendedores emergentes y personas sin formación técnica puedan acceder en sus territorios al conocimiento almacenado en estas plataformas.

Además, una de las claves para que este acceso sea verdaderamente útil es la capacidad de determinar si las patentes que se encuentran están en dominio público en Chile.

Una patente puede estar vigente en un país pero no en otro, y la posibilidad de usarla libremente depende de este estatus legal. Este conocimiento, fundamental para aplicar las tecnologías descritas en las patentes sin infringir derechos, es otro de los obstáculos que solo unos pocos especialistas pueden sortear actualmente.

Un modelo para la inclusión

Para superar estas barreras, propongo aprovechar los recursos existentes en las bibliotecas públicas y el sistema educativo, particularmente el conocimiento y la vocación de los bibliotecarios y bibliotecarias, quienes ya poseen habilidades esenciales para buscar y entregar referencias de información a sus usuarios.

Este canal puede ser una herramienta clave para llevar el conocimiento de las patentes y su estatus legal a los rincones más remotos de Chile.

Los bibliotecarios, entrenados específicamente en el uso de bases de datos de patentes y en la determinación del estado de dominio público de estas, podrían actuar como facilitadores del acceso a este conocimiento técnico y legal. Esto permitiría a estudiantes, emprendedores y personas sin formación técnica, ya sea que residan en Santiago, Cachiyuyo o Puerto Natales, explorar soluciones para problemas cotidianos, desarrollar nuevas ideas basándose en tecnologías disponibles y evitar conflictos legales al utilizar invenciones aún protegidas.

Un círculo virtuoso para la innovación y el emprendimiento

Abrir el cofre de las patentes no solo beneficiará a quienes descubran información útil para resolver sus problemas técnicos o desarrollar sus proyectos, sino también a los propios inventores. Una mayor difusión de las tecnologías patentadas aumenta las posibilidades de que inventores se encuentren con personas o empresas interesadas en licenciar sus tecnologías.

Este proceso puede generar un círculo virtuoso de innovación: mientras los usuarios acceden a soluciones técnicas y oportunidades de negocio, los inventores ven amplificado el alcance de sus ideas, potenciando el emprendimiento y generando nuevas fuentes de ingresos.

El aumento en el conocimiento de la existencia de soluciones patentadas tiene un efecto directo en la expansión de las oportunidades de licenciamiento, ya que más personas, empresas y organizaciones pueden identificar tecnologías relevantes para sus necesidades específicas.

Esto no solo fomenta la transferencia tecnológica, sino que también impulsa la creación de alianzas estratégicas entre inventores y potenciales licenciatarios. Así, se incrementa el impacto práctico de las patentes en el mercado, convirtiéndolas en catalizadores efectivos de desarrollo económico.

El desarrollo de esta propuesta requiere un enfoque colaborativo entre instituciones públicas y privadas, desde luego el Inapi, los CATI, el sistema nacional de bibliotecas, Corfo, el Ministerio de Educación, entre otros.

Las bases de datos de patentes son un tesoro de la creatividad humana que debe estar al alcance de todos. Aprovechar la red de bibliotecas públicas y del sistema educativo, así como la vocación de los bibliotecarios como puente hacia este conocimiento, complementado con formación específica para determinar el estatus de dominio público de las patentes, puede ser un paso decisivo para construir un Chile más innovador, equitativo y preparado para enfrentar los desafíos del futuro.

Y, al mismo tiempo, puede fortalecer un ecosistema de innovación donde el conocimiento fluya libremente, los inventores encuentren licenciatarios para sus soluciones y la economía se dinamice mediante el uso efectivo de las tecnologías disponibles.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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