Publicidad
Obras creadas por inteligencia artificial: una oportunidad para enriquecer el dominio público Opinión

Obras creadas por inteligencia artificial: una oportunidad para enriquecer el dominio público

Publicidad

En el Día Mundial del Dominio Público, resulta necesario reflexionar sobre cómo podemos construir un ecosistema cultural más inclusivo y accesible en la era de la IA. Proteger las obras humanas y liberar las creaciones automáticas de la IA no son ideas contrapuestas, sino complementarias.


Cada 1 de enero celebramos el Día Mundial del Dominio Público, fecha que resalta la importancia de las obras intelectuales que se liberan del derecho de autor para pertenecer a toda la humanidad. La importancia del dominio público es vital para la construcción del conocimiento y el desarrollo de la innovación. Asimismo, es crucial para los procesos democráticos y la promoción de la diversidad cultural.

Sin embargo, en la era digital y con el auge de la inteligencia artificial (IA), surge una interrogante crucial: si una IA autónoma realiza una creación, ¿esta debe ser protegida por el derecho de autor o pertenece al dominio público?

Las herramientas de IA generativa han revolucionado la creación artística, literaria y audiovisual, permitiendo a máquinas producir desde textos hasta imágenes y música. A diferencia de las obras humanas, aquellas generadas exclusivamente por algoritmos plantean desafíos para los marcos legales actuales, diseñados bajo la premisa de la autoría humana.

El derecho de autor se sustenta en la creatividad y originalidad de una persona, otorgándole derechos exclusivos sobre sus obras. Sin embargo, cuando la creación no involucra una intervención humana significativa –como, por ejemplo, si un animal realiza una creación o cuando la creación es enteramente producida por una máquina que sigue patrones predefinidos y reglas algorítmicas–, difícilmente se puede argumentar la existencia de autoría en el sentido tradicional.

Por ejemplo, si un programa genera autónomamente un poema, ¿es justo que alguien reclame derechos sobre él? En este caso, no hay un proceso creativo humano que justifique la exclusividad, sino un algoritmo que produce resultados según parámetros predeterminados. Asignar derechos de autor en estas circunstancias podría desincentivar el acceso, reutilización y mejora de estas obras, restringiendo innecesariamente su impacto cultural y educativo.

Proponer que las creaciones sin intervención humana significativa permanezcan en el dominio público no solo es una cuestión de justicia, sino también una oportunidad. Por una parte, todas las justificaciones del derecho de autor tienen a la figura del autor humano como centro de su regulación, por tanto, reconocer autoría a sistemas de IA generaría una perturbación de las bases del sistema.

Por otra parte, estas obras pueden servir como insumos para nuevas expresiones culturales, fomentando la innovación y reduciendo barreras de acceso al conocimiento.

Un ejemplo práctico de esta oportunidad es la reutilización de imágenes generadas por IA en proyectos educativos, plataformas digitales y producciones culturales. Si estas imágenes están disponibles en el dominio público, comunidades de todo el mundo pueden adaptarlas libremente a sus contextos locales, enriquecerlas con significados propios y democratizar el acceso al arte y la información.

Los contenidos en dominio público son fundamentales para proyectos como Wikipedia y Wikimedia Commons o los sitios Memoria Chilena o Biblioteca Pública Digital, que dependen de obras libres para construir conocimiento abierto. Obras generadas por IA y liberadas al dominio público pueden alimentar esta misión, garantizando que el conocimiento no sea monopolizado, sino compartido.

Dejar en el dominio público las obras creadas por IA también contribuye a mitigar el riesgo de monopolios algorítmicos. Grandes corporaciones tecnológicas, que cuentan con recursos para desarrollar avanzadas herramientas de IA, podrían acumular enormes bibliotecas de obras protegidas por derechos de autor, consolidando aún más su control sobre los ecosistemas creativos y de conocimiento.

Al contrario, si estas creaciones permanecen abiertas, podría nivelarse el terreno para que personas, comunidades y pequeñas organizaciones puedan acceder a los beneficios de la IA sin restricciones legales. Esto fomenta una competencia justa y una mayor diversidad cultural en el ámbito digital.

Por supuesto, no toda creación que involucra el uso de IA debe quedar en el dominio público. Si hay una intervención humana significativa –como la selección creativa de elementos generados por IA o el uso deliberado de la herramienta para lograr un resultado original–, la obra puede ser considerada fruto de un proceso creativo humano y, por lo tanto, sujeta a derechos de autor.

Desde Wikimedia Chile creemos que es esencial mantener la distinción entre las creaciones de obras con intervención humana significativa y aquellas que son resultados automáticos, dejando estas últimas bajo el régimen de dominio público. Esta distinción puede sentar las bases para un entorno equilibrado que respete los derechos de los creadores humanos mientras promueve el acceso abierto al conocimiento.

En el Día Mundial del Dominio Público, resulta necesario reflexionar sobre cómo podemos construir un ecosistema cultural más inclusivo y accesible en la era de la IA. Proteger las obras humanas y liberar las creaciones automáticas de la inteligencia artificial no son ideas contrapuestas, sino complementarias. Al garantizar que las obras generadas por máquinas sin intervención significativa permanezcan en el dominio público, estamos apostando por un futuro donde la creatividad y el conocimiento se compartan como bienes comunes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.

Publicidad

Tendencias