Opinión
La actividad física debe ocupar un lugar central en la agenda nacional. Si queremos un Chile más sano, activo y feliz, este es el momento de actuar. No hacerlo sería hipotecar el bienestar de las próximas generaciones.
Chile presenta cifras alarmantes de obesidad infantil (sobre el 20%), por lo que la promoción de la actividad física, el deporte y los hábitos de vida saludable debería ser considerada prioritaria en la agenda nacional. Según datos recientes, uno de cada tres escolares padece sobrepeso u obesidad, lo que no solo afecta su desarrollo físico, sino también su bienestar mental, emocional y su rendimiento académico. Ante esta realidad, es urgente potenciar estrategias público-privadas que prioricen la actividad física desde las primeras etapas de la vida, especialmente en ambientes escolares.
El problema de la obesidad infantil no es un fenómeno aislado. Es el resultado de una combinación de factores, entre ellos, estilos de vida sedentarios, falta de acceso a espacios recreativos, hábitos alimenticios poco saludables y escasos niveles de promoción de la actividad física durante la etapa escolar.
En este último punto, las escuelas y sus comunidades educativas juegan un rol clave. Durante la enseñanza básica y media es necesario promover actividades físicas al aire libre como herramienta educativa desde todas las asignaturas, utilizando el movimiento humano como un núcleo promotor de hábitos de vida saludable.
Para que esto sea efectivo, se requiere un enfoque integral que contemple desde cambios curriculares hasta la creación de políticas públicas que fomenten la actividad física diaria como un derecho fundamental. De la misma forma, la formación continua de profesionales de la educación constituye una estrategia sistémica que invita a la actualización pedagógica de cara a la promoción del bienestar integral del estudiantado.
Estudios recientes señalan que los hábitos de vida saludable pueden ser optimizados durante las vacaciones de verano, donde las familias deben tomar un rol central, fomentando oportunidades cruciales para la práctica de deportes, actividad física y contacto con la naturaleza, por sobre el uso masificado de pantallas tecnológicas.
Crear conciencia sobre la importancia de la actividad física, especialmente en un contexto en donde las cifras de obesidad infantil son preocupantes, no es solo una inversión en el presente, sino un legado para el futuro.
La actividad física debe ocupar un lugar central en la agenda nacional. Si queremos un Chile más sano, activo y feliz, este es el momento de actuar. No hacerlo sería hipotecar el bienestar de las próximas generaciones.
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