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Nuevo IPER: ni pesimista ni optimista Opinión

Nuevo IPER: ni pesimista ni optimista

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Ricardo Fuentes Lama
Por : Ricardo Fuentes Lama Director carrera Ingeniería Comercial Universidad Andrés Bello, Concepción
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el último IPER marca un cambio significativo en las percepciones empresariales de la región del Biobío. Aunque todavía queda camino por recorrer, pasar del pesimismo a un estado neutral es un paso adelante.


El ministro de Hacienda en el último encuentro ICARE señaló que el crecimiento económico dejó de ser un concepto abstracto para convertirse en una prioridad ineludible: Chile debe mirar más allá de los paradigmas del pasado y apostar por la inversión, la colaboración público-privada y la adaptación a una economía global en transformación
En la Región del Biobío debemos alinearnos con los desafíos de nuestra realidad para retomar el crecimiento y recuperar el título de capital de las regiones, como destacó el presidente la semana pasada. Tras varias mediciones negativas por parte de ejecutivos locales, el último Índice de Percepción Empresarial Regional (IPER), de diciembre de 2024, muestra un cambio: neutralidad en lugar de pesimismo. Esto es positivo, ya que, tras dos años y cinco mediciones consecutivas en terreno negativo, se ha superado el umbral del pesimismo.
El último índice marcó 50 puntos, un cálculo que evalúa las proyecciones empresariales en inversión, ventas, utilidades, empleo, remuneraciones y costos de insumos. En este indicador, un puntaje superior a 50 refleja optimismo, mientras que los valores inferiores se asocian al pesimismo.
Si bien es cierto que se pone fin a un período prolongado de pesimismo, persisten desafíos que proyectan incertidumbre. Aunque se vislumbra un futuro económico para la región con mayor esperanza, sombras como el impacto de la situación de Huachipato y la desaparición de empresas icónicas, junto con la crisis en sectores como el maderero, siguen pesando en las perspectivas.
Los resultados del IPER revelan que menos empresas planean mantener sus niveles de inversión respecto a 2024. El porcentaje de ejecutivos que prevé reducir sus inversiones aumentó en siete puntos. Lo alentador es que, por primera vez en años, el objetivo principal de las inversiones ya no es sólo mantener las operaciones, sino que un 30 % (13 puntos más que en la medición anterior) busca ampliar su capacidad de producción, reflejando una intención de crecimiento.
Otra señal positiva es que el 26 % de las empresas planea aumentar sus dotaciones en 2025, ocho puntos más que el año anterior. No obstante, la percepción sobre el desempleo regional se mantiene negativa, pues en un 48 % de los encuestados prevé un aumento en los niveles de desocupación.
Las proyecciones de ventas para 2025 reflejan una visión neutral: un 57 % de los ejecutivos prevé estabilidad, mientras que un 35 % anticipa un aumento, siete puntos menos que en 2024. Las utilidades también muestran expectativas de moderado optimismo.
En cuanto a los costos, hay señales alertadoras. Aunque un 68 % anticipa un incremento en los costos de insumos, esta cifra representa un aumento de 15 puntos respecto a 2024. Adicionalmente, persiste la preocupación por el impacto de las tarifas eléctricas, que afectarán los costos operativos de manera moderada.
La última medición destaca que más de dos tercios de los encuestados consideran prioritario que el recién electo gobernador regional enfoque sus esfuerzos en el orden público, especialmente en el control de la delincuencia y la violencia en la macrozona sur. Le sigue como prioridad la implementación de incentivos proinversión por parte del gobierno regional.
En resumen, el último IPER marca un cambio significativo en las percepciones empresariales de la Región del Biobío. Aunque todavía queda camino por recorrer, pasar del pesimismo a un estado neutral es un paso adelante. Con señales de recuperación y esperanza en sectores clave, la región puede mirar hacia el 2025 con un optimismo cauteloso.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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