En política exterior, Biden heredó la decisión de Trump de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán, un proceso que culminó el 30 de agosto de 2021, resultando en una rápida toma del poder por parte de los talibanes y una evacuación caótica que generó críticas a nivel mundial.
A pocos días de que Donald Trump inicie su segundo mandato (2025-2029), la figuración pública del presidente Joe Biden (82 años) ha ido decreciendo cada vez más. De hecho, para los medios, él ya no es noticia y es probable que, para muchos, su legado de cuatro años en la Casa Blanca solo sea una colección de caídas, momentos de desorientación en público y uno de los peores desempeños en un debate presidencial televisado en la historia de Estados Unidos.
Sin embargo, lo cierto es que su gobierno enfrentó retos de proporciones desde el primer momento, sobre todo soportando a un Trump que comenzó a hacer campaña apenas se dio cuenta de que no podría ganar la reelección.
Al asumir la presidencia, el 20 de enero de 2021, Joe Biden se hizo cargo de una nación profundamente polarizada, apenas dos semanas después del violento asalto al Capitolio del 6 de enero. Además, la pandemia de COVID-19 había cobrado más de 400 mil vidas en Estados Unidos y la economía se encontraba en recesión, con una tasa de desempleo del 6,3 % en enero de 2021.
En ese contexto, Biden impulsó el Plan de Rescate Estadounidense por US$ 1,9 billones, promulgado el 11 de marzo de 2021, que proporcionó pagos directos a ciudadanos, extendió beneficios por desempleo y asignó fondos para la distribución de vacunas. Estas medidas contribuyeron a una recuperación económica gradual, reduciendo la tasa de desempleo al 3,5 % en diciembre de 2022.
En política exterior, Biden heredó la decisión de Trump de retirar las tropas estadounidenses de Afganistán, un proceso que culminó el 30 de agosto de 2021, resultando en una rápida toma del poder por parte de los talibanes y una evacuación caótica que generó críticas a nivel mundial. Además, el 24 de febrero de 2022, Rusia invadió Ucrania -el mayor conflicto internacional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial- y la administración Biden respondió liderando una coalición de más de 40 países para imponer sanciones económicas a Moscú y proporcionar apoyo militar y financiero a Ucrania hasta los últimos días de su administración.
Por su parte, la relación con China continuó siendo tensa, marcada por disputas comerciales y preocupaciones sobre derechos humanos. Biden estableció políticas para contrarrestar la influencia china, especialmente en áreas estratégicas como la producción de semiconductores, firmando la Ley CHIPS y Ciencia en agosto de 2022, que destinó US$ 52.000 millones para fomentar la fabricación nacional de semiconductores. Eso, además del tenso episodio del derribo de supuestos globos-espía chinos.
Y hace pocos días, casi al filo de su mandato, Biden decidió retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, medida que implicó el levantamiento de varias sanciones impuestas durante el primer mandato de Donald Trump. Esta acción buscaba facilitar la liberación de cerca de 500 presos políticos en la isla, pero fue criticada por sectores republicanos que consideraron que el régimen cubano no había realizado reformas significativas en materia de derechos humanos.
En términos electorales, su decisión de buscar la reelección para un segundo mandato fue controvertida dentro y fuera de su partido, y generó que, tras un desempeño desfavorable en el primer debate contra Donald Trump, en julio de 2024, y ante la presión de su partido, Biden retirara su candidatura en agosto, respaldando a la vicepresidenta Kamala Harris como la nominada demócrata. Esta transición de liderazgo en plena campaña electoral fue vista por algunos como un error estratégico que debilitó la posición del Partido Demócrata y prácticamente definió el triunfo de Trump.
Además, en diciembre pasado, Biden otorgó un indulto total e incondicional a su hijo Hunter, quien había sido declarado culpable de delitos federales relacionados con posesión de armas y evasión fiscal. Esta acción generó controversia y fue percibida por críticos como un uso indebido de su autoridad presidencial.
De esta forma, el legado de Joe Biden -46º Presidente de Estados Unidos- es una amalgama de logros y controversias, marcado por desafíos internos y externos que definieron su mandato en una era de profundas transformaciones y tensiones globales.
El término del mandato presidencial de Biden es el “broche de oro” para una carrera política de medio siglo. Algo que, ciertamente, no todos en Washington pueden decir.
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