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Vulnerabilidad de los adultos mayores en Chile Opinión

Vulnerabilidad de los adultos mayores en Chile

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Carola Salazar Norambuena
Por : Carola Salazar Norambuena Antropóloga Directora Departamento Ciencias Sociales de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).
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En nuestra sociedad, las generaciones suelen vivir segregadas, por lo que hay que crear espacios donde jóvenes y personas mayores puedan interactuar y construir vínculos que promuevan el entendimiento mutuo.


Recientemente, se viralizaron imágenes de un indignante asalto en Coronel, Región del Biobío, en el que se observa a una mujer forcejeando con un adulto mayor en la entrada de su hogar, disputa en la que finalmente logró robarle 14 mil pesos de su pensión, pese a los esfuerzos del hombre por defenderse.

La situación generó preocupación respecto de las condiciones de vulnerabilidad de los adultos mayores en Chile. Sin embargo, las vulnerabilidades en la vejez son el resultado de la trayectoria de vida de una persona. Por lo general, si una persona nace en una familia pobre, con poco acceso a educación, trabajo o salud, es probable que esas carencias acumuladas se reflejan en una mayor vulnerabilidad en la vejez, ya que se van acumulando durante el transcurso.

Si es una persona de bajos recursos, probablemente vive en un “sector más peligroso”, por lo que otro factor crítico es el acceso a servicios de protección, como seguridad ciudadana y organización vecinal, que pueden reducir la exposición a riesgos en sectores más peligrosos. De ahí que las comunidades y las familias pueden contribuir a mejorar la seguridad y protección de los adultos mayores en sus hogares. Es necesario fortalecer las redes comunitarias para mejorar la seguridad y protección de los adultos mayores, porque un gesto tan simple como conocer a los vecinos puede marcar la diferencia, ya que la empatía se fomenta con la interacción diaria. Además de ayudarlos con tecnología para que tengan una comunicación fácil y soliciten ayuda en situaciones de emergencia.

Se debe fomentar el respeto y cuidado hacia los adultos mayores enfatizando en lo necesario que es el promover la comunicación intergeneracional. En nuestra sociedad, las generaciones suelen vivir segregadas, por lo que hay que crear espacios donde jóvenes y personas mayores puedan interactuar y construir vínculos que promuevan el entendimiento mutuo.

Si tú le preguntas a cualquier persona menor de 60 años (que es la edad legal en Chile para denominar si alguien es persona mayor) si tiene vínculos con una persona mayor que no sea su familiar, muchos responden que no los tienen. Y eso es producto de la segregación por edad que caracteriza a las sociedades modernas: nuestras vidas están modeladas de tal forma que la mayoría del tiempo la pasamos con pares, es decir, con gente de nuestro mismo grupo etario. Entonces, si no es por la familia, la mayoría simplemente no tiene espacios de encuentro con personas mayores.

Se hace imprescindible asumir esta tarea como un compromiso colectivo, reconociendo que la generación de espacios de encuentro y convivencia no debe depender exclusivamente de las políticas públicas. No es necesario esperar a que se promulgue una ley para comenzar a trabajar en esto, puesto que es algo que podemos lograr si asumimos juntos la responsabilidad de construir una sociedad más inclusiva y conectada entre generaciones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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