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Donald Trump y la salud global Opinión

Donald Trump y la salud global

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Osvaldo Artaza
Por : Osvaldo Artaza Médico y exministro de Salud. Decano de la Decano Facultad de Salud y Ciencias Sociales de la Universidad de Las Américas.
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Es lamentable que países poderosos pudieran desconocer aspectos esenciales en salud pública, ya que las amenazas afectan a todos, independiente de cuantos recursos se dispongan. La sostenibilidad planetaria y el bienestar de la especie humana requieren de la contribución de todos.


El regreso de Trump a la presidencia de Estados Unidos está generando efectos en la salud global, al anunciar un decreto ejecutivo para retirar el financiamiento a la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Este hecho está produciendo una ola de críticas, ya que Estados Unidos es el primer contribuyente a la OMS, lo que pone en riesgo el flujo de recursos para situaciones de crisis y desastres en las que esta organización tiene un papel protagonista al ayudar a millones de personas, especialmente en países de menores recursos.

La OMS ejerce un papel central en la salud global, promoviendo la inteligencia sanitaria, la construcción de evidencia, las capacidades de actuar coordinadamente, y estableciendo normas y procedimientos a través del Reglamento Sanitario Internacional, que contribuyen a una mejor salud de la población del planeta.

Esta decisión debilita el multilateralismo y  la capacidad de actuar conjuntamente en torno al bien común entre los países. La cooperación que se produce en el seno de la OMS ha contribuido a erradicar enfermedades, lo que ha beneficiado a una parte importante de la población mundial.

El impacto de esta decisión no debe analizarse únicamente en términos del presupuesto de esta organización, al colocarla en una posición más precaria para cumplir con el mandato que le han otorgado las naciones, sino que también en relación a las serias implicaciones para la capacidad de responder adecuadamente ante futuras emergencias de salud global.

El texto del decreto firmado recoge críticas al accionar de la OMS frente a la pandemia, que pudieran ser legítimas. Hay muchos aspectos que mejorar respecto de la gobernanza de la salud planetaria y de las herramientas para lograr respuestas alineadas, cooperativas y eficientes, pero ello no justifica colocar en riesgo su sostenibilidad.

Afortunadamente, la Organización Panamericana de la Salud es anterior a la OMS (fue creada en 1902), tiene su propia gobernanza y es parte del sistema interamericano (que incluye a la OEA) y hasta el momento no se ha visto amenazada. Pero sin duda en un mundo tan interdependiente, un debilitamiento de la OMS tendrá efectos planetarios.

Es lamentable que países poderosos puedan desconocer aspectos esenciales en salud pública, ya que las amenazas afectan a todos, independientemente de cuántos recursos se dispongan. La sostenibilidad planetaria y el bienestar de la especie humana requieren de la contribución de todos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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