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El “efecto DeepSeek”
La innovación en inteligencia artificial no depende únicamente de grandes inversiones, sino también de enfoques disruptivos que aprovechan la optimización algorítmica, la transparencia y la adaptación a contextos culturales y políticos particulares.
Hace unas semanas, DeepSeek, el chatbot de IA chino, la ballena que se sumerge para hacer una “búsqueda profunda”, remecía el mercado y el negocio de la inteligencia artificial a nivel global.
Con su aparición masiva, en cuestión de horas, Nvidia, compañía con la primera posición en la lista de las empresas más cotizadas y valiosas del mundo, perdía el 17% de su valor en bolsa (equivalente a $600 mil millones de dólares en capitalización): la mayor pérdida de capitalización bursátil o valor en bolsa en un solo día, en toda la historia.
Ese lunes fatídico para las bolsas estadounidenses, el impacto de DeepSeek se dejó sentir con fuerza entre los llamados “siete magníficos” (Nvidia, Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Meta y Tesla). La inteligencia artificial proveniente de Oriente sacudió la estabilidad de sus acciones, mientras los inversionistas se preguntaban si DeepSeek representaba una amenaza o una oportunidad.
El futuro de la IA en Estados Unidos quedó en entredicho, ya que la ventaja en infraestructura tecnológica que las empresas occidentales habían mantenido hasta ahora podría verse significativamente reducida.
La irrupción de DeepSeek genera sorpresa e incertidumbre en Occidente. El filósofo chino Yuk Hui sostiene que Occidente ha dominado el desarrollo tecnológico mediante una lógica de universalización y estandarización. En contraste, China estaría forjando una modernidad alternativa, fundamentada en una concepción distinta de la técnica y en la idea de cosmotécnica.
Según Hui, mientras los modelos occidentales se basan en la replicación de paradigmas tradicionales, China no se limita a copiar: está integrando la IA en un marco filosófico, cultural y político propio.
En este contexto, DeepSeek ejemplifica lo que Yuk Hui denomina cosmotécnica. La tecnología no es simplemente una herramienta neutral regida por la lógica de universalización occidental, sino que se configura en estrecha relación con el “cosmos”, las tradiciones y la identidad cultural de cada sociedad.
Así, DeepSeek adapta modelos preexistentes e incorpora una visión alternativa en la que la eficiencia tecnológica se concibe de manera holística, integrando innovación técnica, valores culturales y prácticas propias. Un enfoque que permite que la IA se desarrolle en armonía, con una modernidad que respeta y potencia la singularidad de cada cultura, ofreciendo una alternativa a la hegemonía de los paradigmas occidentales.
Dentro del marco conceptual de Hui, la cosmotécnica invita a repensar la tecnología más allá de la lógica reduccionista de la modernidad occidental, buscando establecer una relación orgánica entre las culturas locales y la tecnología global. DeepSeek se erige, entonces, como un ejemplo tangible de cómo la integración de perspectivas cosmotécnicas puede transformar el panorama de la innovación, armonizando la globalización con las raíces locales.
La aparición de DeepSeek es un remezón al mercado tecnológico global. Su modelo, capaz de igualar o incluso superar en determinadas métricas a los competidores consolidados, demuestra que es posible alcanzar un rendimiento comparable invirtiendo solo una fracción del presupuesto que exigen los desarrollos occidentales, ofreciendo capacidades de razonamiento avanzadas a un costo considerablemente menor que sus competidores.
A diferencia de OpenAI, que ofrece modelos de inteligencia artificial a través de suscripciones y servicios en la nube, DeepSeek proporciona su modelo de forma gratuita y de código abierto. Esta accesibilidad permite a los desarrolladores integrar y personalizar el modelo según sus necesidades.
Además, DeepSeek ha optimizado su modelo para ser más eficiente en términos de recursos computacionales, lo que reduce significativamente los costos de implementación.
El “efecto DeepSeek” demuestra que la innovación en inteligencia artificial no depende únicamente de grandes inversiones, sino también de enfoques disruptivos que aprovechan la optimización algorítmica, la transparencia y la adaptación a contextos culturales y políticos particulares.
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