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Colonia Dignidad: un sitio de memoria en disputa
La memoria no se impone desde el exterior ni se negocia en acuerdos administrativos. Debemos exigir un proceso transparente, que garantice el derecho a la verdad y honre, de manera real y digna, a quienes fueron víctimas de la represión en este lugar.
En su Cuenta Pública de 2024, el Presidente de la República, Gabriel Boric, anunció la expropiación de cinco terrenos dentro de Villa Baviera, ex Colonia Dignidad, con el objetivo de avanzar en la construcción de un sitio de memoria. La selección de estos espacios se basó en una propuesta desarrollada por expertos convocados por la Comisión Mixta, quienes delinearon un “concepto de memorial”. Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha hecho evidente que estos espacios resultan insuficientes para honrar la memoria de las víctimas chilenas y, aún más preocupante, que no incluye lugares de gran significación para sobrevivientes y familiares.
Lo que inicialmente se presentó como un avance en materia de memoria y derechos humanos ha ido revelando un proceso marcado por desequilibrios. La propuesta de los expertos estuvo dominada por la visión de académicos alemanes, cuyo objetivo parece haber sido cerrar este capítulo de la manera más rápida posible.
La estrategia ha sido clara: dar por zanjada la búsqueda de la verdad con la instalación de un sitio de memoria diseñado en Alemania y, lo que es aún más inusual, proponer un modelo de coadministración de este espacio entre Chile y Alemania. Esta fórmula no tiene precedentes en nuestro país ni en América Latina y plantea interrogantes fundamentales sobre soberanía, justicia y reparación.
Desde el anuncio presidencial de 2024 hasta ahora, se han sucedido hallazgos que refuerzan la necesidad de un enfoque mucho más amplio y transparente. La reciente identificación de instalaciones subterráneas y el reconocimiento, por parte del ex preso político Erick Zott, de lo que sería el cuartel general de la DINA en la ex Colonia, evidencian que aún queda mucho por descubrir.
En este contexto, resulta inaceptable que se pretenda limitar el sitio de memoria a espacios predefinidos sin considerar estos nuevos antecedentes ni la voz de las víctimas y organizaciones de derechos humanos.
Por otro lado, la inminente visita del presidente de Alemania ha sido utilizada por algunos sectores para presionar por su intervención en el tema. Se ha sugerido que su presencia en el predio de Villa Baviera daría un impulso decisivo al memorial, en una visita que no está contemplada dentro de las actividades oficiales.
Sin embargo, lo que realmente parece estarse solicitando es que el mandatario alemán respalde el sitio de memoria diseñado en su país, lo que a todas luces es un sinsentido. Chile debe decidir soberanamente cómo recordar y enfrentar su propia historia, garantizando que el proceso responda a la verdad, la justicia y la memoria de las víctimas, y no a intereses foráneos que buscan cerrar el tema a su conveniencia.
El sitio de memoria de Colonia Dignidad no puede estar al interior de un recinto privado, inaccesible para la ciudadanía y ajeno a los hallazgos recientes. La memoria no se impone desde el exterior ni se negocia en acuerdos administrativos. Debemos exigir un proceso transparente, que garantice el derecho a la verdad y honre, de manera real y digna, a quienes fueron víctimas de la represión en este lugar.
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