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España: una coalición de gobierno acrobática Opinión BBC

España: una coalición de gobierno acrobática

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Eric Dufeil
Por : Eric Dufeil Ex funcionario de la Comisión Europea. Entre varios puestos, responsable del fondo regional FEDER para España.
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En un mundo atormentado donde las olas autoritarias o populistas parecen tomar fuerza por todas partes, no es irrelevante que un gobierno de inspiración socialdemócrata tenga éxito y consiga democracia. Una de las pocas fuentes de inspiración y de esperanza.


No está en absoluto garantizada esta longevidad, y gobernar España nunca es un camino de rosas. De hecho, ya durante la anterior legislatura (2019-2023), pero aún más desde el comienzo de esta en julio de 2023, Pedro Sánchez solo pudo ser investido como primer ministro al reunir una coalición heterogénea y frágil. Construida en torno a la alianza PSOE-Sumar (a la izquierda del PSOE), también agrupa a diversos partidos regionales, incluidos nacionalistas vascos e independentistas catalanes (ERC y Junts, el partido de Carles Puigdemont).

Para alcanzar la mayoría, fue necesario añadir a Junts a la coalición anterior, lo que complicó la ecuación. Primero fue necesario comprometerse a hacer votar una ley de amnistía para los hechos relacionados con la fallida tentativa secesionista de 2017, cuando Sánchez había declarado anteriormente que una tal amnistía era imposible por ser inconstitucional. Pero también atar de manera permanente el destino de la coalición al riesgo de un chantaje de Junts, un partido siempre tentado de demostrar a su opinión regional que es el mejor representante de los intereses catalanes al oponerse a “Madrid”, caracterizado como la causa principal de todas las dificultades de Cataluña. De hecho, Junts se empeñó en numerosas ocasiones en mostrar que el gobierno dependía de su buena voluntad. La oposición liderada por el Partido Popular (PP) aprovechaba para llamar a derrocar al gobierno, considerado desde 2018 como ilegítimo y peligroso para la unidad de España, Junts buscaba marcar puntos en relación a su rival ERC, y hay que admitir que la inquietud que había atrapado a parte de la opinión pública podía extenderse a ciertos sectores del electorado tradicional del PSOE.

… pero une coalición que logra perdurar

Sin embargo, a pesar de estos innegables factores de precariedad, el gobierno de Pedro Sánchez ha logrado perdurar en el tiempo y actuar. Más allá de la habilidad táctica de Sánchez, la principal explicación de esta longevidad reside en la ausencia de una alternativa política. Hay que recordar aquí que, según la Constitución española, el gobierno solo puede ser censado si la oposición reúne una mayoría alternativa de gobierno, lo que se llama “desconfianza constructiva”. Sin embargo, esta mayoría alternativa no existe.

Aritméticamente debería reunir al menos a Vox (extrema derecha), al PP, a los nacionalistas vascos del PNV y a Junts, un partido de orientación conservadora. En septiembre de 2023, Feijóo intentó reunir tal coalición para aspirar a la investidura, pero fracasó⁸. De hecho, la presencia en un mismo gobierno de Vox, un partido centralizador y opuesto a las autonomías regionales, es incompatible con la del PNV o de Junts, que promueven al contrario la autonomía, incluso la independencia de su región.

Recientemente, Junts continuó su guerrilla parlamentaria al unir sus voces con las de Vox y del PP para rechazar un texto que contenía diversas medidas de carácter social, siendo la más importante la subida de las pensiones. Este texto, compuesto de medidas ad hoc, se hacía necesario en vista de que desde 2023 el gobierno no había podido aprobar un presupuesto. Su objetivo era no hacer sufrir a los más vulnerables los efectos de una espera ya larga. Sin embargo, este rechazo tuvo mala acogida en la opinión, especialmente entre los doce millones de jubilados. Fue un error político que se volvió contra sus promotores. En cinco días, Sánchez, mediante concesiones bastante menores, logró un acuerdo con Junts que daba paso a la votación de dicho texto, para la continuación de la legislatura, probablemente hasta su final y, por fin, para la votación de un presupuesto. Sánchez, impulsado por una coyuntura económica favorable que le da márgenes de acción, sale reforzado de este episodio, mientras que Junts salva la cara (pero sin más) y Feijóo (lider del PP) parece fuera de juego.

… y que cosecha resultados

Estas peripecias no son sin importancia porque la longevidad de un gobierno es lo que le permite inscribir su acción en la duración, y esto no es irrelevante. Después de más de seis años al mando del gobierno, y con la perspectiva de otros dos años antes de las próximas elecciones legislativas (2027), es posible formarse una idea bastante clara de la acción de Sánchez. Sin duda, esta acción está orientada en favor de las categorías más populares o desfavorecidas. El salario mínimo, inicialmente mucho más bajo que en los países del norte de Europa, se ha incrementado en varias ocasiones y en total cerca del 50%. La reforma del código del trabajo -resultado de una negociación seria que reunió a todos los agentes sociales- ha permitido reducir la precariedad laboral, y las medidas tomadas durante la Covid han permitido tanto el mantenimiento del empleo como la recuperación de la actividad al salir de la crisis.

También se están implementando o proyectando medidas relacionadas con la duración o la penosidad del trabajo. Ya se ha indicado que Sánchez se beneficia de una coyuntura favorable: un crecimiento del 3,2% en 2024, significativamente superior al de Alemania o Francia, un desempleo que ha caído por debajo del 11% (26% en 2012) y una inflación que parece estar controlada.

La afluencia turística ha batido récords (93 millones de visitantes el año pasado) así como los ingresos que genera, y todos estos parámetros permiten al gobierno mejorar el poder adquisitivo al tiempo que se favorece la competitividad y se reduce la deuda. ¡¿ Qué más da ?! España logra, entre otros aspectos, sacar un buen partido de los 140 mil millones de euros que recibe en el marco del plan #nextgenerationEU, lo que, según algunas estimaciones, le proporcionaría de 1,2 a 2 puntos de crecimiento adicional, y eso no es poco. En cuanto a los avances, este gobierno actúa en favor de la igualdad de género, contra la violencia sexista y, de manera más general, contra las injusticias y desigualdades.

Esto lo distingue claramente del PP, que es muy ambiguo en estas cuestiones, y aún más de Vox, que las niega rotundamente. Curiosamente, estos buenos resultados parecen no haber dejado todavía su huella completa en la opinión pública, pero eso podría acabar ocurriendo. Los detractores de Sánchez se esfuerzan en propagar el mantra de que su acción solo responde a un gusto desmedido por el poder y al deseo de mantenerse en él a cualquier precio. La simple observación de los hechos y los resultados refuta esta opinión.

Por otro lado, Sánchez ha logrado restaurar el diálogo con las fuerzas políticas en Cataluña y reducir claramente la tensión, mientras que el gobierno anterior (Rajoy) solo la avivaba. La cuestión del independentismo no ha desaparecido, pero ha pasado a un segundo plano. Con valentía (ha sabido correr riesgos) y lucidez, se esfuerza por colocar a España en una vía moderna de inspiración federal, que tiene el potencial de reconciliar finalmente al país consigo mismo y de permitirle aprovechar al máximo su rica diversidad.

Esto, por otra parte, es una tarea a largo plazo que aún tendrá varias etapas. Sánchez ha también anclado mucho mejor a su país en Europa, lo que nunca había interesado ni a Rajoy ni a Feijóo. Hoy, la socialista Teresa Ribera es vicepresidenta de la Comisión Europea, con un amplio portafolio, para una transición justa, limpia y competitiva. Los conservadores bávaros en guerra contra el “Green Deal”, intentaron bloquear esta nominación, pero afortunadamente sin éxito.

Para concluir, se ve así que el gobierno de Pedro Sánchez constituye un activo serio y verdadero para el progreso de su país, y eso ya es en sí un resultado apreciable. Pero su alcance va más allá. En un mundo atormentado donde las olas autoritarias o populistas parecen tomar fuerza por todas partes, no es irrelevante que un gobierno de inspiración socialdemócrata tenga éxito y consiga democracia. Una de las pocas fuentes de inspiración y de esperanza.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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