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Manotazo a la Corfo: un golpe a la confianza económica Opinión

Manotazo a la Corfo: un golpe a la confianza económica

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Paulina Núñez
Por : Paulina Núñez Senadora de Renovación Nacional (RN) por Antofagasta.
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No permitiremos que acciones irresponsables pongan en riesgo el futuro de nuestro país. Exijo que se ejerzan las responsabilidades políticas necesarias, al menos, para restaurar la confianza en nuestras instituciones y en la conducción económica de Chile.


El reciente traspaso de US$ 3.500 millones desde Corfo al presupuesto fiscal es, sin duda, uno de los episodios más turbios y preocupantes en la gestión económica de nuestro país. Lejos de ser una medida transparente o justificada, esta maniobra expone la falta de responsabilidad política y administrativa de quienes hoy dirigen nuestras finanzas públicas.

La Corfo ha sido históricamente un motor de la inversión y el desarrollo económico en Chile. Su función no es salvar a un Gobierno de sus propios errores económicos ni mucho menos servir como caja chica para tapar déficits fiscales provocados por una gestión imprudente. La realidad es clara: este “manotazo” a Corfo no busca solventar una crisis ni enfrentar una urgencia nacional. Se trata, lisa y llanamente, de pagar deudas mal gestionadas.

Además, esta situación es especialmente compleja si consideramos el posible impacto en la minería, uno de los sectores económicos más importantes de Chile. Los recursos de Corfo, muchos de ellos provenientes de la explotación del litio y otros minerales, debieran utilizarse para promover la innovación, la inversión y el desarrollo sostenible de esta industria clave. Sin embargo, hoy esos fondos parecen desaparecer en el pago de deudas fiscales, en lugar de fortalecer el crecimiento económico del país.

Los errores en la administración económica no pueden quedar sin consecuencias. Es deber del Presidente de la República ejercer las responsabilidades políticas correspondientes. No basta con excusas ni con deslindar culpas; los responsables de esta acción deben rendir cuentas. La falta de transparencia y la poca claridad de esta operación generan una sombra de duda sobre las verdaderas intenciones del Gobierno, y es inaceptable que esto no tenga un costo político y administrativo.

Este hecho no es un episodio aislado. Se suma a una serie de errores en la gestión fiscal que han debilitado nuestras finanzas. La retirada imprudente del Fondo de Estabilización Económica y Social, el mal cálculo en la repatriación de capitales y las proyecciones fallidas respecto del impuesto al lujo son solo algunos ejemplos. Estos desaciertos no son simples accidentes; son el reflejo de una administración incapaz de planificar y ejecutar una política económica coherente y sustentable.

El ministro de Hacienda y las autoridades de Corfo han demostrado una negligencia alarmante. La deuda pública crece, la pobreza se profundiza y el país se aleja cada vez más de un crecimiento sostenible. El enfoque de esta administración ha sido improvisado y carente de dirección, llevando a Chile a una situación económica más precaria.

Es momento de que el Presidente de la República asuma su rol como líder de la nación y actúe con responsabilidad. No se trata solo de cambiar nombres o hacer ajustes superficiales; se requiere un cambio de rumbo real, con decisiones que den estabilidad a la economía y tranquilidad a las familias chilenas.

Sin crecimiento económico no puede haber crecimiento social. Esta administración ha sido un obstáculo para el desarrollo, priorizando gastos innecesarios y decisiones improvisadas sobre la estabilidad financiera del país. Necesitamos medidas concretas para reactivar la economía, atraer inversiones y devolverle a Chile la senda del crecimiento.

En momentos de crisis, es cuando más se necesita una conducción firme y responsable. Los chilenos merecen un Gobierno que actúe con transparencia, prudencia y compromiso. No permitiremos que acciones irresponsables pongan en riesgo el futuro de nuestro país. Exijo que se ejerzan las responsabilidades políticas necesarias, al menos, para restaurar la confianza en nuestras instituciones y en la conducción económica de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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