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De la caza a problemas en su casa: las múltiples amenazas que enfrentan las ballenas en Chile Opinión

De la caza a problemas en su casa: las múltiples amenazas que enfrentan las ballenas en Chile

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Silvana Espinosa
Por : Silvana Espinosa vocera de Greenpeace Chile
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Estas trágicas muertes y los cientos de accidentes que las ballenas sufren en nuestras costas deben conmovernos profundamente y encender un llamado a la acción.


Con más de 6.400 kilómetros de longitud de costas, Chile es un país privilegiado a la hora de avistar ballenas: se estima que es posible ver a casi la mitad de las especies de cetáceos conocidos en el mundo en los mares chilenos, los que representan una zona clave para sus rutas migratorias y su alimentación, particularmente, el Golfo de Corcovado, los mares magallánicos y el Archipiélago de Humboldt, áreas que son conocidas por ser sitios de alta concentración de ballenas en busca de krill y pequeños peces.

Por siglos, una de las principales amenazas que enfrentaban estos cetáceos era su caza, algo que se profundizó tras la Segunda Guerra Mundial y que llevó a las ballenas al borde de la extinción. Diversas estimaciones dan cuenta de que durante el siglo XX se capturó y mató a más del 60% de estos mamíferos; sin ir más lejos, el libro Leviatán o la ballena, del ensayista y periodista inglés Philip Hoare, asegura que 370 mil ballenas azules murieron presas de buques balleneros, lo que provocó que para 1960 la población de esta especie se estimara en solo mil individuos en el mundo.

Fue esta la realidad que impulsó la moratoria establecida por la Comisión Ballenera Internacional para la caza de ballenas, que se hizo efectiva en 1986, siendo este plazo obedecido por la mayoría de los países de la comunidad internacional.

De hecho, en Chile, un decreto de 1983 y, luego, la Ley de Protección a los Cetáceos promulgada en 2008 –que nombra las aguas chilenas como zonas libres de caza– pusieron fin formalmente a la captura de ballenas en el territorio nacional.

Sin embargo, tras décadas de mayor protección, en la actualidad una parte importante de estos cetáceos aún se encuentra en peligro de extinción o en una categoría de vulnerabilidad; y, si bien los problemas que enfrentan estos mamíferos hoy son de otra naturaleza, siguen estrechamente vinculados a la actividad humana: las colisiones con barcos, enmallamientos en redes de pesca industrial o salmonicultura, contaminación de los mares, destrucción de su hábitat y la crisis climática están entre las principales causantes de la muerte de los animales más grandes que habitan hoy la Tierra

Según la Comisión Oceánica de Estados Unidos, la captura incidental es la “mayor amenaza para los mamíferos marinos en todo el mundo… (matando) a cientos de miles de ellos cada año”, y diversas investigaciones científicas han dado cuenta de que el 82% de las especies de odontocetos (cetáceos dentados) ha sido registrado como captura incidental desde 1990.

Las colisiones con embarcaciones son otra grave amenaza a la que se enfrentan las ballenas y otros cetáceos en la actualidad. Sin ir más lejos, un reciente estudio científico, elaborado por un equipo interdisciplinario de 22 expertos y publicado en la revista internacional Marine Policy, reveló que Chile tiene la mayor tasa global de mortalidad de ballenas por colisiones con embarcaciones en la última década: la investigación se basó en los 156 varamientos registrados entre 2013 y 2023, de los cuales se determinó que 50 muertes se produjeron como consecuencia de colisiones con embarcaciones, lo que dio como resultado una tasa de mortalidad mínima de cinco individuos por año. 

La incidencia en estos casos de industrias como la pesquera, el transporte marítimo o la acuicultura (particularmente, la salmonicultura) en nuestro país son evidentes y están altamente documentados.

Es por esto que el llamado es a impedir el avance de industrias que las pongan en riesgo y a generar mejores controles y una aplicación real de la Ley de Protección a Cetáceos en nuestras costas, sancionando con mayor dureza todas aquellas acciones que alteren el comportamiento natural de estos animales, les produzcan daños o, eventualmente, la muerte. 

Del mismo modo, es imperativo lograr mejores mecanismos de protección para estos mamíferos en nuestros mares y, particularmente, en reservas y parques nacionales: cabe recordar que hace solo un par de meses dos ejemplares de ballenas jorobadas juveniles fueron encontradas muertas en las inmediaciones o dentro de centros de cultivo de salmones, ubicados al interior de dos áreas protegidas en nuestra Patagonia, casos que en la actualidad están siendo investigados por los tribunales correspondientes.

Estas trágicas muertes y los cientos de accidentes que las ballenas sufren en nuestras costas deben conmovernos profundamente y encender un llamado a la acción. Nuestros mares, particularmente los patagónicos, no solo son el hogar de las ballenas, sino que también representan un santuario de vida y biodiversidad único en el mundo que debe ser protegido. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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