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El año de las regiones Opinión

El año de las regiones

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Esteban Velásquez Núñez
Por : Esteban Velásquez Núñez Senador por la Región de Antofagasta.
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En resumen, en estos 3 primeros años hemos avanzado a nivel nacional, no al nivel que hubiésemos deseado, pero lo hemos hecho, este era un programa que tenía una intención transformada y descentralizadora, y lo ha sido con matices. Con todo, en materia descentralizadora existe preocupación.


El pasado 11 de marzo se cumplieron 3 años de la asunción del Presidente Gabiel Boric, lo que se traduce, tradicionalmente, en una revisión de su gestión, estableciendo las prioridades para el último cuarto de su mandato.

Revisando el cumplimiento del programa de gobierno 2022-2026, este tiene un 38% de avance , lo que ha producido una serie de críticas a su gestión, criticando el bajo avance que presenta, y algunos hasta lo han tildado como un Gobierno fracasado.

Sin embargo, este tipo de aseveraciones destempladas deben medirse con la realidad, y si uno analiza el cumplimiento de los últimos 15 años, los dos gobiernos de derecha presentan a la misma fecha un 37% de avance programático, levemente inferior al actual y solo superado por el de la expresidenta Bachelet con un 46%.

Dentro de los avances significativos pueden destacarse temas de infancia y juventud con un 74%, minería con el royalty minero con un 67% y seguridad con un 60%, algo muy positivo para el país, pero a su vez preocupa que en pueblos originarios, cultura y democracia, entre otros, no exista avance alguno, por lo que este examen tiene de dulce y agraz.

Ahora bien, en temas concretos, el royalty minero, la reforma de pensiones, la ley papito corazón, el Ministerio de Seguridad, la nueva Ley Antiterrorista y la ley de 40 horas, serán hitos importantes que valoraremos de esta gestión, beneficiando a toda la sociedad no solo hoy, también para las futuras generaciones que podrán realizar su propia valoración.

En resumen, en estos 3 primeros años hemos avanzado a nivel nacional, no al nivel que hubiésemos deseado, pero lo hemos hecho, este era un programa que tenía una intención transformada y descentralizadora, y lo ha sido con matices. Con todo, en materia descentralizadora existe preocupación.

Si bien valoramos los avances descritos, extraño y me preocupa el poco avance en una agenda regionalista, basada en una descentralización más profunda, mayor autonomía regional, tanto administrativa como financiera, equidad tributaria, resguardo del medio ambiente y justicia social.

Los ejes señalados anteriormente, son esenciales para un crecimiento equitativo y justo de cada una de las regiones del país, todas con sus particularidades y necesidades, como mi querido norte marcado por su actividad minera que genera riqueza y crecimiento para el país, pero que también debe cargar con todas las externalidades negativas que esta industria deja para sus habitantes y que sentimos no han sido debidamente compensadas.

Una mayor autonomía de nuestras autoridades en la toma de decisiones permitirá tener una visión local –que siempre hemos visto tan ausente en el poder central– que busque dar soluciones concretas, eficientes y eficaces a las necesidades de cada región.

Ante el panorama descrito, el Gobierno debe establecer una ruta clara para este último año de labor, prioridades concretas que puedan ser sentidas por todas y todos los chilenos, y qué más puede afectar la vida en concreto de los chilenos que una agenda regionalista, en que toda la fuerza de este Gobierno se aboque a cumplir con sus compromisos con las regiones, desde terminar con la tramitación del proyecto de ley “Regiones más fuertes”, que permitirá mayor autonomía financiera de las autoridades regionales, mayor equidad en la distribución de recursos que provengan de actividades propiamente regionales, y que esperamos sea un paso mayor al dado por el royalty minero, hasta cumplir con la promesa de eliminar la figura del delegado presidencial y un traspaso más profundo de competencias de las autoridades centrales y los gobernadores regionales, quienes con una visión local real podrán buscar, determinar e implementar las acciones para satisfacer las necesidades de sus habitantes.

En conclusión, en este último “cuarto” del Gobierno del Presidente Gabriel Boric, le hago un llamado a hacer de este “el año de las regiones”, implementando y concretando las promesas pendientes de su programa con los territorios, a través de una agenda legislativa, pero también de gestión, para que quienes confiamos aún en esta administración relevemos el espíritu transformador que nos motivó a apoyarlo, y dejemos atrás esa sensación de entreguismo que ha permeado algunas decisiones y bajadas de proyectos, poniendo el foco en lo que puede ser un legado más de su Gobierno, como es la urgente y tan necesaria descentralización.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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