
Kaiser vs. Kaiser
¿Cuál es el Kaiser que puntea en las encuestas, el que idolatra a Krassnoff y piensa que el violador de una mujer fea debería recibir una medalla, o el Kaiser controlado que promete expulsar migrantes y terminar con la delincuencia con una varita mágica?
Johannes Maximilian Kaiser Barents-von Hohenhagen se autodefine como paleolibertario, minarquista y partidario de la tenencia de armas. Claro, su hermano, Leif, es el líder la Asociación Chilena del Rifle. Por supuesto, es un ultraconservador.
En 2017 afirmaba: “Me preguntan por qué no tengo pareja y la respuesta es obvia, ya casi no existen mujeres que quieran quedarse en la casa para servir y dar placer al marido, y para mantener a una weona empoderada prefiero volverme maricón”.
Defensor acérrimo de la dictadura de Pinochet y de Miguel Krassnoff –le hizo un documental/homenaje–, a quien considera preso injustamente, pese a que el exmilitar está condenado a 1.000 años de presidio en 25 causas por secuestros, torturas y desaparición de personas. Entre los planes de Johannes, si llegara a La Moneda, estaría indultar a Krassnoff y otros oficiales condenados por crímenes de lesa humanidad.
Johannes está contra los migrantes, pese a que proviene de una familia migrante. Y como todos sus pares de la ultraderecha en el mundo, pese a que se declaran libertarios –en el ideario anarquista, que defiende la libertad absoluta y, por lo tanto, la supresión de todo Gobierno y de toda ley– y pregonan la libertad total (recordemos que Milei era partidario de la venta de órganos humanos), es restrictivo con el aborto –en todas sus formas–, los derechos colectivos de los pueblos originarios, la paridad de género, los homosexuales y, por supuesto la migración. Es decir, libertarios con ellos y restrictivos con el resto.
Hubo un tiempo, antes del Parlamento, en que Johannes se sentía con libertad total para decir lo que se le viniera a la cabeza, siendo capaz de verbalizar frases tan extremas que ruborizaban a sus pares, como aquella que decía que “el 62% de las mujeres tiene la fantasía de ser violada y al mismo tiempo salen a la calle a protestar”. También cuestionó el derecho a voto de las mujeres, lo que valió que hasta los republicanos lo apartaran de su partido.
Así transcurrieron los primeros dos años de Johannes como diputado. Abusando del pensamiento hablado, replicando sus ideas contra las mujeres, homosexuales y minorías. No le importaba lo que dijeran de él, como cuando le lanzó un lápiz al diputado republicano Benjamín Moreno por interrumpirlo o cuando gritoneo a su colega Erika Olivera.
Pero de pronto vino el giro, la metamorfosis de Johannes. Consciente de que sus ideas antimigrantes prendían en un sector cansado de la delincuencia, bajó el tono, se puso corbata y comenzó a hablar más pausado. Y aunque no abandonó sus ideas extremas, sí cambió en las formas.
Producto de un trabajo de coaching y tratamiento de la imagen muy bien dirigido, Kaiser comenzó a subir en las encuestas, desplazando primero a su antiguo compañero de ruta, José Antonio Kast, para luego alcanzar a la derecha más tradicional, Chile Vamos.
No cabe duda de que Kaiser, hasta ahora, se ha convertido en un fenómeno en las encuestas. De acuerdo con Cadem, a medida que Matthei va bajando, Kaiser va subiendo, estando ya a muy poco de desplazarla. El libertario señaló que eso le ratificaba que irá a primera vuelta.
Considerando estos resultados, las preguntas que surgen son: ¿por qué Kaiser ha subido de esta forma en las encuestas, desplazando a las otras dos derechas? Y, por supuesto, ¿cuál es el Kaiser que la gente está apoyando en las encuestas?
La primera tiene una explicación en el modelo autoritario que la migración ha generado en muchos países, incluso en Europa. Además, en el caso de Kaiser, es el único representante de las derechas que jamás ha conducido el Gobierno, una gobernación y ni siquiera una municipalidad, por lo que sus promesas de terminar con la delincuencia y la migración no han sido probadas.
Evelyn viene de ser ministra de Piñera, quien fue a invitar a los venezolanos a Cúcuta y llegó a tener 6% de aprobación; y Kast, de una derrota de sus ideas libertarias en el segundo plebiscito. En Chile este fenómeno del candidato rupturista y novedad ha estado presente en todas las elecciones desde 1994 en adelante, con ME-O, Parisi y JAK.
La segunda pregunta es más de fondo: ¿cuál es el Kaiser que puntea en las encuestas, el que aplaude la desigualdad, que cree que las mujeres no deberían votar y su rol está en la casa para “servir” al marido, que idolatra a Pinochet y Krassnoff y piensa que los fusilados sin juicio en Pisagua “están bien fusilados”, que dice que el violador de una mujer fea debería recibir una medalla, o el Kaiser compuesto, controlado, que promete expulsar migrantes y terminar con la delincuencia como si fuera algo sencillo?
Espero, de verdad, que esta alza en las encuestas responda a la fantasía de que Kaiser es capaz de superar con una varita mágica la delincuencia, porque si los ciudadanos aprueban al diputado libertario por su xenofobia, la reivindicación de la dictadura y la violación de los DD.HH., su trato indigno a las mujeres, su desprecio por los pueblos originarios y la creencia de que la desigualdad es un reflejo de la libertad, significaría que este país no solo es amnésico, sino también patológico.
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