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Hidroelectricidad: la base renovable de la seguridad del sistema eléctrico chileno Opinión Cecida a El Mostrador

Hidroelectricidad: la base renovable de la seguridad del sistema eléctrico chileno

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Rafael Loyola
Por : Rafael Loyola Director ejecutivo de Apemec.
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Es imposible no ver que, en Chile, estamos muy lejos de cumplir con las metas de descarbonización si no reconocemos adecuadamente el valor de nuestras centrales hidroeléctricas.


El reciente apagón de febrero fue un recordatorio contundente: el sistema eléctrico de Chile necesita con urgencia la potencia y capacidad rotatoria de nuestras centrales hidroeléctricas para estabilizar la red y restaurar el servicio. Este tipo de generación, vital para nuestra seguridad energética, no puede seguir siendo ignorado.

Chile, con su geografía única, tiene una ventaja natural: sus recursos hidroeléctricos. Sin embargo, por años, este tipo de energía renovable ha sido injustamente marginada. Hoy, debido a una permisología absurda, falta de voluntad política y barreras regulatorias, es casi imposible desarrollar nuevos proyectos hidroeléctricos, incluso aquellos de bajo impacto. Esta desconfianza no tiene justificación.

Veamos qué pasa en el resto del mundo. A nivel global, la hidroelectricidad sigue siendo la mayor fuente de energía renovable, representando el 65% del total; y en sus últimas recomendaciones, IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables) ha relevado la necesidad de incrementar el uso de hidroeléctricas para cumplir con las metas de descarbonización, al punto de necesitar el doble de lo que existe actualmente.

La razón es simple: proporciona energía limpia, continua y flexible, 24 horas al día, 7 días a la semana. Esto, sin considerar que, además, juega un papel clave en la gestión del agua, esencial para los sistemas de regadío, beneficiando tanto a grandes como a pequeños regantes.

IRENA destaca que, para cumplir con los objetivos ambientales, los marcos regulatorios deben reconocer todos los servicios que ofrece la hidroelectricidad, como la estabilidad de la red y la inercia frente a la integración de energías variables como la solar y la eólica.

El almacenamiento en baterías se ha propuesto como alternativa, pero su costo es muy superior al de la energía hidroeléctrica, especialmente si se considera la larga vida útil hidroeléctrica, fiabilidad y disponibilidad constante del recurso, pese a las fluctuaciones pluviométricas.

Es imposible no ver que, en Chile, estamos muy lejos de cumplir con las metas de descarbonización si no reconocemos adecuadamente el valor de nuestras centrales hidroeléctricas. Si de verdad queremos avanzar hacia una matriz energética limpia, es hora de dar el siguiente paso en la transición energética.

Ese paso pasa por revalorar con urgencia la capacidad hidroeléctrica que nuestra geografía nos ofrece. No podemos seguir relegando este valioso tipo de generación.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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