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Cuidar el Viernes Santo es cuidar a Chile Opinión Archivoivo

Cuidar el Viernes Santo es cuidar a Chile

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Fernando Chomali G.
Por : Fernando Chomali G. Cardenal, Arzobispo de Santiago.
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Hago un llamado a que los responsables del retail no abran ese día. Con esa decisión demostrarán magnanimidad, amor a Chile y sus tradiciones, empatía hacia sus trabajadores que agradecerán ese gesto.


Es relevante el bien que las empresas del retail hacen a nuestra sociedad. Generan empleo a una cantidad enorme de personas; ponen a nuestra disposición un gran número de bienes y servicios que nos permiten satisfacer nuestras necesidades. Detrás de esas empresas están las vidas de numerosos trabajadores que, con honestidad y creatividad, obtienen el sustento para sus familias.

¿Estamos dispuestos a sacrificar todo ese valor social? Porque eso es lo que ocurre cuando descuidamos los días de descanso, particularmente las festividades religiosas. La razón es clara: la empresa no es una entidad aislada de la sociedad, sino que forma parte integral de ella. Y la sociedad en la que vivimos posee ciertos valores que hay que cuidar porque nos sostienen, nos animan y nos unen.

Esos valores se expresan en las fiestas religiosas, que nos permiten cultivar las relaciones humanas y familiares en torno a la trascendencia, nos cohesionan como pueblo, y para los creyentes nos proporcionan un sentido para vivir, formar una familia y trabajar por una sociedad más justa.

Ir en contra de ellas provoca un daño muy profundo a la comunidad. Tal actitud pone de manifiesto que el valor supremo de quienes pretenden eliminarlas del calendario es la ganancia económica; que lograr riqueza justifica poner trabas para que los trabajadores vivan su fe; que importa más el tener que el ser; que las cosas son más importantes que las personas; que el capital se impone sobre el trabajo y la materia por sobre el espíritu.

Una visión así de la vida y de la acción empresarial no ayuda a forjar una sociedad más humana, más fraterna y solidaria, más justa y con mayor cohesión social. Y no solo para los cristianos. Esta medida nos divide como comunidad, y eso es muy lamentable.

Desde luego, todos sabemos que Chile es un país laico, y considero sano que así sea. Pero hasta ahora el Estado de Chile, no siendo confesional, ha sido muy sabio al mantener feriados algunos días de nuestro calendario. Así lo ha hecho con el Viernes Santo.

Ciertamente no es irrenunciable, pero también es cierto que nadie debiese verse obligado a renunciar a él. Y lamentablemente eso es lo que sucedería en la práctica si las grandes tiendas abrieran ese día, ya que obligarían a ir a trabajar a quienes quieren ir a las celebraciones litúrgicas. Dirán que trabajar ese día es voluntario, pero todos sabemos que la presión que habrá sobre ellos será grande.

Chile ha tenido la sabiduría de mantener estos festivos, generando un gran beneficio para todos, particularmente para los millones de chilenos y migrantes que podrán congregarse y rezar en familia, reflexionar sobre el acontecimiento que cambió el rumbo de la historia, Jesucristo. Y también, en medio del tráfago y el estrés de los días de trabajo, poder descansar. Todo esto, sin duda alguna son bienes infinitamente más valiosos que un día adicional de ventas.

Lo que más duele, es que con esta actitud olvidamos a los trabajadores y a los más necesitados. Ellos son los más perjudicados. Se les obliga a trabajar ese día violentando sus creencias y deteriorando el encuentro familiar; pierden también las mujeres trabajadoras –la mayoría de ellas son jefas de hogar–, porque mientras ellas estarán en el trabajo los hijos estarán solos en sus casas, ya que los colegios estarán cerrados.

Por si fuera poco, esa medida tampoco considera el querer de muchos accionistas que se sienten incómodos al ver que la empresa donde han invertido no prioriza el bienestar de sus trabajadores ni respeta la fe que profesan.

Hago un llamado a que los responsables del retail no abran ese día. Con esa decisión demostrarán magnanimidad, amor a Chile y sus tradiciones, empatía hacia sus trabajadores que agradecerán ese gesto, y sobre todo respeto a la fe de millones de personas que quieren celebrar con recogimiento junto a sus familias la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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