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Censo 2024: radiografía inesperada Opinión

Censo 2024: radiografía inesperada

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Sarahí Rueda-Salazar
Por : Sarahí Rueda-Salazar Demógrafa y académica del Centro de Investigación en Sociedad y Salud U. Mayor.
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El descenso de la fecundidad, el aumento de la esperanza de vida, el proceso de envejecimiento de la población y el creciente peso de los movimientos migratorios nos obligan a replantear nuestra mirada.


Los resultados del Censo 2024 han entregado luces sobre la actual composición demográfica de nuestro país. Lejos de las proyecciones que anticipaban una población cercana a los 20 millones, la realidad nos presenta una cifra más modesta, de aproximadamente 18,5 millones de habitantes

Esta diferencia de un millón y medio no es un mero dato estadístico, sino el punto de partida para una reflexión profunda sobre las dinámicas que están moldeando nuestra sociedad actual.

Uno de los elementos centrales que explican esta brecha es, sin duda, la baja tasa de fecundidad, situada en un preocupante 1.16 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo generacional. Esta tendencia, ya observada en otros informes, se confirma con la contundencia de los números censales. Sin embargo, la pregunta que surge con fuerza es: ¿qué otro aspecto está influyendo en el crecimiento poblacional?

Considerando los tres factores que confluyen en este fenómeno (fecundidad, mortalidad y migración), la respuesta parece apuntar, en gran medida, al componente migratorio

Las cifras del Servicio Nacional de Migraciones revelan un aumento significativo, cercano a las 600 mil personas extranjeras entre 2018 y 2023. Al contrastar esto con el aumento total de la población, de aproximadamente 1 millón entre 2017 y 2024, la conclusión es clara: el crecimiento poblacional actual está siendo impulsado principalmente por la inmigración

No obstante, este crecimiento, aunque significativo, se presenta de manera menos acelerada en comparación con censos anteriores. Así, la tasa de crecimiento entre 2017 y 2024 se sitúa en torno al 5%, una cifra considerablemente inferior al 16% registrado entre 2002 y 2017. 

Esto nos habla de una nueva etapa demográfica, donde el ritmo de expansión poblacional se ha reducido considerablemente. 

En resumen, esta radiografía inesperada nos invita a una profunda reflexión sobre las futuras dinámicas demográficas en el país. El descenso de la fecundidad, el aumento de la esperanza de vida, el proceso de envejecimiento de la población y el creciente peso de los movimientos migratorios nos obligan a replantear nuestra mirada.

Es urgente y prioritario incorporar estos primeros resultados censales en la planificación y gestión de políticas inclusivas y pertinentes en torno al envejecimiento saludable, gobernanza migratoria y políticas de conciliación familiar, que respondan a los diversos grupos demográficos del país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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