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Sobre la desafortunada idea de reponer la selección en la escuela Opinión

Sobre la desafortunada idea de reponer la selección en la escuela

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Andrea Ruffinelli
Por : Andrea Ruffinelli Investigadora FID
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Lamentable que el foco sea la mejora del SAE sin comprender que necesitamos fortalecer el sistema de formación docente y el sistema educativo, hacerlo justo, para que todas y todos se eduquen en escuelas robustas.


Lamentable retroceso la propuesta de la mesa técnica para mejorar el SAE.

Lamentable que se reponga como justa la idea de que los establecimientos pueden seleccionar a sus estudiantes y que en esto se funda la excelencia. 

Lamentable concluir que el problema del SAE sea su injusticia, al no reconocer el mérito individual.

Lamentable que sigamos difundiendo que el mérito individual existe y no se atiendan los contundentes resultados de investigaciones que demuestran que tal mérito no es más que un conjunto de oportunidades que alguien tuvo en determinado contexto, y que otres no tuvieron.

Lamentable que la excelencia se atribuya a la selección que se hace de los estudiantes y no a lo que la escuela es capaz de lograr con todes sus estudiantes.

Lamentable que el foco sea la mejora del SAE sin comprender que necesitamos fortalecer el sistema de formación docente y el sistema educativo, hacerlo justo, para que todas y todos se eduquen en escuelas robustas. Que tengamos la seguridad de que toda niña y niño recibirá la mejor educación posible, sin importar en cuál escuela.

No es el SAE el injusto ni el problema, sino el sistema educativo, que no asegura que todos reciban la misma calidad en cualquier escuela. Esta propuesta de la mesa técnica es un retroceso al poner el foco en el resguardo de la facultad de los establecimientos a elegir a sus estudiantes, en lugar de poner la energía en la construcción de un sistema que permita a todas y todos los niños, niñas y jóvenes encontrar en la escuela un espacio para desarrollar al máximo sus capacidades.

El foco en el SAE es ahora tan estéril como el extenuante eterno foco en la medición. Ya va siendo tiempo de definir la sociedad a la que aspiramos, la escuela que lo encarne y el sistema de formación de docentes que dé cuenta de ello.

Esto implica construir consensos políticos, con bordes claros que sostengan –desde los hallazgos investigativos– los acuerdos que ya habíamos alcanzado como sociedad y que ahora parecen desdibujarse.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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