
El Laboratorio Natural Antártico como una inversión para el desarrollo de Chile
En el continente antártico operan actualmente una serie de instalaciones astronómicas que se llevan a cabo en sitios clave como la estación del polo sur Amundsen-Scott, el Domo C, el Domo A, el Domo F y mediante globos aerostáticos.
El norte de nuestro país es reconocido internacionalmente como un lugar privilegiado para la observación astronómica gracias a sus cielos despejados, baja contaminación lumínica y condiciones atmosféricas excepcionales.
Estas condiciones convierten a esta región en un Laboratorio Natural ya consolidado para la astronomía en nuestro país. Acá se encuentran algunos de los observatorios más avanzados del mundo, como ALMA, Paranal y La Silla, que han permitido realizar descubrimientos clave sobre el universo.
El desierto de Atacama y la Antártica son dos de los entornos más extremos del planeta, cada uno ofreciendo ventajas singulares para los estudios de astronomía. En el polo sur se desarrolla el proyecto Ice Cube, que corresponde a un observatorio para la identificación de neutrinos producidos en lo más profundo de nuestro universo, mientras que en el desierto de Atacama se prueban equipos y se utiliza esa área como análogo terrestre para investigaciones astrobiológicas, simulando condiciones que podrían encontrarse en cometas, planetas o lunas heladas.
En este último laboratorio natural se construye actualmente el Extremely Large Telescope (ELT), desarrollado por el Observatorio Europeo Austral (ESO). Igualmente, en diversos ambientes de la Antártica se han desplegado robots y desarrollado tecnología para perforar el hielo que se podría utilizar en la exploración de los casquetes polares de otros planetas.
En resumen, ambos laboratorios naturales proporcionan un terreno ideal para experimentos en astrobiología y pruebas de tecnología espacial, simulando condiciones similares a las de Marte. Esto posiciona a Chile como un líder global en investigación astronómica y científica.
Ahora bien, ¿por qué en el caso de Chile en Antártica este desarrollo ha tardado en llegar al mismo nivel que el producido en el norte de Chile con la astronomía?
Con esto no quiero referirme solo al desarrollo de una disciplina, ya que en Antártica los temas astronómicos son una parte del Programa Nacional de Ciencia Antártica. Me refiero, más bien, al desarrollo de temáticas específicas que logren un desarrollo en un período acotado para consolidarse y generar un determinado impacto, por ejemplo, una infraestructura de apoyo especializada, como podría ser un observatorio astronómico y la generación de servicios dependientes o de innovación de tecnologías nacionales.
Esto puede deberse a varios factores, el más evidente tiene que ver con la logística, la relativa facilidad o dificultad de llegar a esos lugares, que no siempre son fáciles en el desierto, pero que cuenta con puertos, carreteras y aeropuertos. En cambio, para llegar a la Antártica es necesario el acceso vía aérea o marítima, que dependen mucho de las condiciones climáticas. No hay carreteras ni puertos o aeropuertos como los que hay en Chile continental, no hay fibra óptica, no existen data centers, etc.
A pesar de aquello, en el continente antártico operan actualmente una serie de instalaciones astronómicas que se llevan a cabo en sitios clave como la estación del polo sur Amundsen-Scott, el Domo C, el Domo A, el Domo F y mediante globos aerostáticos.
Entonces, al parecer la logística no es tan importante, más bien los recursos económicos que se dispongan y que los países desarrollados los tienen, por supuesto. En las últimas décadas, se han logrado importantes avances, como la confirmación de que el universo es plano, la detección de la polarización del fondo cósmico de microondas y la medición de neutrinos cósmicos. También es una fuente rica de meteoritos, lo que amplía su importancia científica.
Existe otra gran diferencia: los fondos para financiar la astronomía en Chile son numerosos comparados con los de la ciencia antártica. La astronomía dispone actualmente de siete fondos específicos, mientras que para Antártica solo existen dos. Esto representa una gran barrera para financiar y desarrollar actividades en este laboratorio natural.
Sin embargo, una fortaleza que a veces no se ve está relacionada con que Chile ha tenido en este laboratorio natural una permanencia constante desde el año 1940. A esto se suma su uso en los siglos XIX y XX para actividades económicas asociadas a la caza de lobos finos y de ballenas, que ahora son reemplazadas por el turismo y la pesca de kril, principalmente.
El concepto de “Laboratorio Natural” en la Antártica se refiere a la idea de utilizar este continente como un espacio único para la investigación científica, debido a sus características excepcionales.
La Antártica es un entorno prístino, con ecosistemas y procesos naturales que no tienen paralelo en otras partes del mundo. Esto la convierte en un lugar ideal para estudiar fenómenos como el cambio climático, la biodiversidad extrema, la geología y la evolución, entre otros.
Entonces, ¿por qué puede ser importante financiar más ciencia y logística antártica?
Porque este laboratorio natural actúa como un indicador clave del cambio climático global. Los estudios sobre el derretimiento de los glaciares, las capas de hielo y los patrones climáticos ayudan a entender los impactos del calentamiento global.
Porque la biodiversidad es clave. La región alberga organismos adaptados a condiciones extremas, lo que permite investigaciones sobre adaptaciones biológicas y posibles aplicaciones biotecnológicas.
La geología y evolución de este laboratorio natural, producto de su aislamiento geográfico y su historia geológica, ofrecen pistas sobre la evolución de la Tierra y los continentes.
En este territorio se fomenta la colaboración científica internacional, ya que su uso está regulado por el Tratado Antártico que promueve la investigación y la protección ambiental.
Finalmente, las condiciones extremas impulsan el desarrollo de tecnologías avanzadas e innovación para la exploración y la supervivencia, que pueden tener aplicaciones en otros entornos extremos, como el espacio.
Este enfoque no solo fortalece la ciencia de nuestro país, sino que también promueve la reflexión sobre la relación entre los seres humanos y la naturaleza, destacando la importancia de conservar este entorno único para las generaciones futuras.
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