
¿Tormentas en el barrio?
El Cono Sur atraviesa una tormenta perfecta: crisis económica, inseguridad y polarización marcan a Argentina, Perú y Bolivia. La región enfrenta un año decisivo, con elecciones clave y tensiones que podrían desbordarse. ¿En qué momento se jodió el Cono Sur?
El panorama del Cono Sur está brumoso. Varios países viven momentos de polarización y, además, son afectados por diversos grados de inestabilidad, tanto económica como política. Las razones son diferentes en cada país, pero todo confluye en un presente con grandes incertidumbres. De modo sucinto, veamos el caso de nuestros vecinos inmediatos.
Argentina, ¿devaluación con o sin inflación?
Argentina vive momentos cruciales, especialmente en su principal frente: el económico. Hasta el momento, el Gobierno ha logrado disminuir sustantivamente la inflación y, recientemente, obtuvo un nuevo préstamo de 20.000 millones de dólares de parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Una de las cláusulas del acuerdo fue abandonar “el cepo” cambiario, como llaman en Argentina al control del tipo de cambio, creándose una banda de flotación entre 1000 y 1400 pesos por dólar. En los primeros días, el tipo de cambio osciló y se ha estabilizado en poco más de 1200, lo que es celebrado como una victoria por la Casa Rosada. Se temía un giro más brusco.
La inflación del mes de marzo fue cercana al 3,5% y las proyecciones es que ese ritmo se mantenga en el año. Los precios han subido con persistencia y se afecta el consumo. El kilo de lomo esta a 16.000 pesos y el de asado a 10.000. La pobreza se mantiene en cerca del 50%. La Argentina de clase media del siglo XX ya no existe.
Para una sociedad agotada por la inflación, estos números son tolerables, pero empiezan a sentirse efectos políticos. Este año tenemos diversas elecciones legislativas locales. Días antes del acuerdo con el FMI, la segunda provincia del país, Santa Fe, con su capital Rosario, fue a elecciones y ganó una extraña coalición de radicales, con el PRO de Macri y algunos socialistas. Fueron seguidos por el peronismo local, mientras que los candidatos del Gobierno llegaron en cuarto lugar.
A mediados de mayo se eligen los legisladores de la capital y, por los nombres que postulan y su resonancia, serán muy decidores: el Gobierno es representado por el vocero presidencial, Manuel Adorni. Horacio Rodríguez Larreta, excandidato presidencial también va, aunque ya no por el PRO sino como independiente. El peronismo y los radicales apoyan a Leandro Santoro.
Cerca de ocho provincias irán a elecciones en octubre y serán precedidas en septiembre por la importante provincia de Buenos Aires, donde probará su fuerza su actual gobernador, Axel Kicillof, que se perfila como líder del peronismo.
En suma, está por verse si el presidente Milei conservará el poder y los logros acumulados en su primer año. También está por verse si en lo que queda del año el valor del dólar se mantiene y la inflación no se dispara.
Perú: entre amenazas de vacancia y criminalidad
El Perú por su parte persiste en un panorama donde la agenda nacional es sacudida por varios procesos. Destaca en primer lugar el incremento de la criminalidad. El delito organizado copa amplios sectores urbanos, incluyendo Lima y el Callao, amén de las provincias del norte en especial. Conforme la estrategia de las bandas avanza, su control territorial se manifiesta en un alza de homicidios: según el Sistema de Información de Defunciones, en lo que va del año se registran más de 640 homicidios, un 19% más que en igual periodo de 2024.
La criminalidad también avanza en la proliferación de las extorsiones a la población civil. Uno de los frentes más castigados por este delito es el transporte. Los conductores de locomoción han protestado en varias oportunidades demandando seguridad al Estado. Como ocurre en otros países, ello ha llevado a la implantación de Estados de Emergencia con presencia de FF.AA. en tareas de orden público, pero los resultados hasta la fecha no son los deseados.
La inseguridad no es el único desafío de la sociedad peruana. A ello se suma una elevada pérdida de legitimidad política. Según la última encuesta del Instituto de Estudios del Perú, tanto la presidenta Boluarte como el Congreso reciben una aprobación que está en el margen de error. Su desaprobación en cambio es mayor al 90%.
En este cuadro, la presidenta enfrenta una nueva amenaza de declaración de vacancia, que se suma a varios intentos en el pasado. Esta vez el problema se origina en las operaciones faciales a las que se sometió la mandataria, sin pedir la correspondiente licencia al Congreso.
Para su fortuna, recientemente el Congreso ha virtualmente archivado la investigación por los relojes Rolex, respecto de los cuales la presidenta no logró despejar completamente las dudas sobre su procedencia. No todas las acusaciones son de esta índole, pesan sobre el Ejecutivo la muerte de decenas de humildes ciudadanos del sur del Perú que protestaron con ocasión de la instalación de la entonces vicepresidenta, dado el procesamiento del expresidente Castillo.
Lo anterior se mueve en el ámbito jurídico-político. Otro es el económico, y aquí Perú tiene una relativa similitud con el caso chileno. Posee una economía abierta al mundo y, por ende, el remezón que está provocando la guerra comercial desatada por la administración Trump golpea a su estrategia de desarrollo.
No es todo, al igual que Chile (junto a Brasil y Argentina), el Perú tiene un activo intercambio comercial con China. No todo es comercio, hace poco se inauguró el moderno puerto de Chancay, construido por capitales y empresas chinas, lo que obviamente despierta recelos en Washington D.C. El Banco Central estima una inflación del 2% y un crecimiento anual arriba del 3. La inversión es aún tímida, dado que el fuerte son las mineras y aún no despega. Por cierto, la inseguridad y el desorden del comercio mundial que estamos viviendo no ayudan mucho.
Bolivia rumbo al Bicentenario y elecciones
Agosto será un mes movido en Bolivia. El 6 de agosto celebrará sus 200 años de vida independiente y dos semanas más tarde se realizarán elecciones presidenciales.
El país llega a esta coyuntura padeciendo una profunda crisis económica. El agotamiento de sus reservas de gas, unido al desarrollo de fuentes propias de sus principales compradores (Brasil y Argentina), junto a la caída de su precio, detuvieron la fase de expansión de la economía boliviana de principios de siglo.
Durante el boom del gas, Bolivia dio un importante salto adelante, lo que coincidió con los mejores años del Gobierno del MAS, encabezado por Evo Morales. Hoy el panorama es diferente: la disminución de las exportaciones desfinanció al Estado y pone en jaque el modelo de industrialización que persigue el Gobierno. Las reservas en dólares están virtualmente agotadas y la escasez de insumos, especialmente diésel y gasolina, se hace sentir.
Cada cierto tiempo, cada vez más seguido, se producen crisis de abastecimiento de energía y con ello se afecta el transporte, el abastecimiento de las ciudades se dificulta, los productos escasean, los precios suben, en fin.
El dólar formalmente equivale a 7 bolivianos, pero en el mercado se transa a 12/13, si es que se encuentra. La inflación a fines de marzo acumula un 5% y el Banco Central estima que puede llegar a 14% a fin de año. Por su parte, el crecimiento se estima muy moderado (un 1%) junto a un crecimiento de la deuda publica arriba del 80%. Como comentan diversos analistas, la escasez de alimentos, combustible y otros productos esenciales dificultará cualquier medida de ajuste. La mayoría de la población culpa al Gobierno de esta situación.
Políticamente emergen diversas alianzas y candidaturas. A menos de un semestre de las elecciones aún no se sabe qué nombres estarán en la papeleta. El dato principal es la división del MAS, entre los seguidores de Evo y los del presidente Arce. Lo cierto es que, aun sumados, han perdido la sólida mayoría que alguna vez tuvieron, en especial con el éxodo de votantes de sectores medios que los apoyaron inicialmente. Todo indica que Evo controla la mayor parte de sus adherentes, pero tanto el como el presidente tienen altos niveles de rechazo a nivel nacional.
La centroderecha intentó un pacto de unidad donde destacaban los expresidentes Mesa y Quiroga y el empresario Samuel Doria Medina, pero todo indica que dicha alianza está naufragando. A ellos se puede sumar otra alianza, hasta hoy no concretada, entre el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, y el pastor protestante Xi Yung Chun, de origen coreano.
Evo amenaza con postular, pese a tener prohibición del Tribunal Electoral y causas penales con orden de detención. En los últimos días emerge la posibilidad de una candidatura unitaria masista encabezada por el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez. Ni Arce ni Evo se han pronunciado con claridad sobre esta posibilidad. El plazo de inscripción de candidaturas vence el 15 de mayo.
La cercanía de las elecciones le proporciona un cauce institucional a la crisis boliviana, pero también anticipa lo recién señalado: cualquiera que resulte electo tendrá que adoptar medidas muy difíciles.
¿Tormenta perfecta en el Cono Sur?
Como hemos intentado reseñar, cada país enfrenta procesos complejos, y los próximos meses serán de definición. A veces los astros se alinean mal y esta pareciera una de esas ocasiones.
Porque, como lo hemos indicado, todo este panorama regional convive en el contexto planetario de un terremoto económico-comercial desatado por la ofensiva de la administración Trump, cuyas réplicas están lejos de haber concluido. El reordenamiento del orden mundial está en pleno desarrollo y nadie puede asegurar que terminará pronto y cuál será su ecuación final.
¿Impacta todo esto a Chile? Por supuesto, desde las cosas cuasipintorescas como el turismo comercial argentino que inunda los malls chilenos, hasta un eventual recrudecimiento migratorio y una mayor penetración del delito organizado. Ojo, Chile no canta mal las rancheras en materia de inseguridad y también necesitamos reanimación económica. Por cierto, aportamos al descrédito de la calidad de la democracia y, aunque tenemos elecciones en noviembre próximo, aún no sabemos qué nombres figurarán en el voto.
Recordando al ilustre peruano y consecuente liberal, don Mario Vargas Llosa, cabría extender la pregunta de Conversación en La Catedral: ¿“En qué momento se jodió el Cono Sur”?
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