Publicidad
Infancia vulnerada: la gran deuda del Estado de Chile Opinión

Infancia vulnerada: la gran deuda del Estado de Chile

Publicidad
Bernardita Soto S
Por : Bernardita Soto S Subsecretaria – Amarillos x Chile
Ver Más

Una sociedad que no cuida a sus niños está rota. Y un Estado que no los protege, es cómplice.


En los últimos días hemos conocido con horror, tristeza e impotencia dos casos de niños con vulneración grave de sus derechos. Una niña boliviana de tan solo 8 años que fue vendida para trabajar como sirvienta en condiciones inhumanas y días después, conocimos el caso de un niño de 11 años en Iquique, brutalmente esclavizado y maltratado por su madrastra. ¿Cuántos niños más están viviendo este horror? No son hechos aislados. Son parte de una realidad estructural: en Chile, la infancia sigue siendo invisible para el Estado.

¿Qué hace el Estado chileno cuando un niño es abusado, cuando una niña es explotada, cuando un menor es ignorado por cada institución que debía cuidarlo? ¿Dónde están los organismos que deberían haber actuado antes de que fuera demasiado tarde?

Hay programas, hay nombres ostentosos, hay presupuestos que se aprueban año a año. Pero no hay un compromiso político real. No hay voluntad para poner a los niños primero, no en el discurso, sino en las prioridades concretas. Para esto necesitamos unión transversal de la clase política pero también del mundo privado. 

Duele, porque los niños no votan, no tiene poder, no mueven las encuestas. Porque en un sistema que responde a presiones y cálculos, los niños y niñas más vulnerables simplemente no importan. Y porque si fueran nuestros hijos o nuestras hijas, el país estaría en llamas.

¿Hasta cuándo vamos a permitirlo? ¿Cuántos casos más deben conmocionarnos antes de que entendamos que esto no se soluciona con declaraciones, sino con políticas públicas integrales, con seguimiento permanente, con trabajo intersectorial? Necesitamos más y con urgencia.

Una sociedad que no cuida a sus niños está rota. Y un Estado que no los protege, es cómplice.

No basta con la indignación. Necesitamos acción, con la fuerza de quien entiende que sin infancia protegida no hay futuro posible. Porque lo que está en juego no es solo la vida de esos niños. Es el alma de nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

Inscríbete en nuestro Newsletter El Mostrador Opinión, No te pierdas las columnas de opinión más destacadas de la semana en tu correo. Todos los domingos a las 10am.

Publicidad

Tendencias