
El miedo a la juventud: factores causales y efectos sociales
En un ciclo histórico iniciado en dictadura, se ha tendido a reemplazar la agenda social por la agenda penal como estrategia gubernamental de conducción de las conductas juveniles.
Entre las representaciones existentes sobre la condición juvenil, se encuentran aquellas que subrayan los aspectos positivos que el ser joven comportaría. En paralelo, se distinguen evaluaciones negativas en cuanto al comportamiento de las juventudes; lo que justificará el desarrollo de relaciones sociales cimentadas en el temor que las juventudes connotan. A partir del miedo al joven militante, al delincuente y a las barras de fútbol, indagaremos en los factores causales y las consecuencias que este fenómeno social conlleva.
El miedo a jóvenes militantes de izquierda se manifiesta en la vinculación entre episodios de violencia y las prácticas de acción colectiva desarrolladas por las organizaciones sociales en que participan. Otros factores causales del distanciamiento de la ciudadanía con la juventud militante pueden ser relacionados, tanto, con la memoria de la persecución y exterminio ejecutado por la dictadura militar, como, la despolitización juvenil establecida en los inicios de la postdictadura, garantía de estabilidad social y gobernabilidad política. En este entorno, las juventudes militantes se conforman en un naturalizado objeto de estigma y prejuicio.
Si durante los años 80` las juventudes fueron reconocidas protagonistas de la escena cultural y política nacional, posteriormente dicho imaginario social será reconvertido; señalándose a los jóvenes, principalmente populares, como protagonistas de la trama delictiva. Entre los factores causales del extendido temor a la delincuencia juvenil destaca, por un lado, los medios de comunicación que encuentran en el delito juvenil un proveedor permanente de emociones que permita captar audiencias, por otro lado, actores del sistema político que hallan en la criminalidad juvenil una temática que concita la adhesión de electores.
Respecto al militante y al delincuente juvenil hemos descrito factores causales presentes en ambos miedos colectivos. A continuación, en el análisis de la sensación de inseguridad que provocan las barras organizadas alrededor del fútbol, advertimos efectos derivados de las políticas implementadas para enfrentar el miedo a la juventud en Chile. Ante el temor, rabia, frustración que una parte de la población manifiesta sentir ante la expresión juvenil de las barras de fútbol, la respuesta gubernamental a estas emociones compartidas será preferentemente la gestión de esta problemática social mediante instrumentos penales. Como consecuencia, se refuerzan las representaciones generalizantes y estigmatizantes que habilitan discursos y acciones excluyentes hacia las y los integrantes de las barras de futbol.
En un ciclo histórico iniciado en dictadura, se ha tendido a reemplazar la agenda social por la agenda penal como estrategia gubernamental de conducción de las conductas juveniles. Encauzando complejas y enraizadas problemáticas a través del expediente de la promulgación de reformas legales sancionatorias –nueva Ley antiterrorista–, establecimiento de instituciones de corte punitivo –Sename, Estadio Seguro–, reformas al procedimiento judicial, mayores atribuciones policiales. En el caso de militantes, jóvenes delincuentes y las asociaciones de barras de fútbol, el tratamiento gubernamental consolida una perspectiva abstracta, negadora de las particularidades que condicionan la experiencia juvenil.
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