«Un joven de 23 años lo atropelló un vehículo pesado y tiene graves lesiones pélvicas y abdominales. En este momento está con un cuadro infeccioso que lo tiene en riesgo vital inminente y no contamos con los antibióticos adecuados», denunció un médico de la UTI a este medio.
La falta de fármacos para tratar a los pacientes de la Unidad de Tratamientos Intensivos (UTI) de la Asistencia Pública, ha puesto en riesgo vital a los internos del principal recinto de urgencia del país, según denunciaron varios profesionales que trabajan en la sección.
El meollo del problema no es nuevo. Se debe al déficit económico del recinto asistencial que ha provocado un desabastecimiento de medicamentos de alto costo y que son claves en los tratamientos que se le aplican a los pacientes en estado de salud crítico.
Varios profesionales de la UTI de la Asistencia Pública, al amparo del off de record, relataron a este medio que la carencia de los fármacos implica, incluso, la posibilidad cierta de fallecimiento de pacientes que no reciban un tratamiento adecuado.
Entre los fármacos de primera necesidad que faltarían en la UTI, está el Imipenem, antibiótico utilizado para combatir cuadros infecciosos. Dicho remedio tiene un costo de 25 mil pesos por caja y un paciente crítico utiliza, en promedio, cuatro diarias. Otro medicamento que escasea es la Noradrenalina, vital en pacientes tratados por afecciones cardiovasculares.
«Un joven de 23 años lo atropelló un vehículo pesado y tiene graves lesiones pélvicas y abdominales. En este momento está con un cuadro infeccioso que lo tiene en riesgo vital inminente y no contamos con los antibióticos adecuados», denunció un médico de la UTI a este medio.
Otro profesional expone el caso de una paciente de nacionalidad peruana, de 36 años, quien también fue atropellada y necesita un tratamiento similar al joven de 23 años.
Los médicos aclararon que no apuntan su crítica a las autoridades del recinto asistencial, sino más bien al gobierno central, específicamente al Ministerio de Salud y de Hacienda, cartera encargada de otorgar los recursos económicos.
Riesgo de muerte
Para los profesionales la situación que viven a diario en la UTI "es delicada" y gatilla en un empeoramiento de la salud de los pacientes, el que incluso podría ser la responsable de provocar en algunos casos la muerte de los internos. Sin embargo, se quejan que no tienen cómo "demostrarlo".
"En varios casos los pacientes tienen complicaciones por las infecciones debido a que el tratamiento se inició de manera tardía. Habitualmente, los internos que no han recibido un tratamiento oportuno presentan complicaciones como insuficiencia renal y terminan necesitando diálisis. En otros casos se producen insuficiencias respiratorias que provocan que el paciente este mucho más tiempo con ventilación mecánica", advirtió otro médico.
Concientes del negro panorama, los médicos aseveraron que las autoridades del recinto asistencial se "cuidan" de no dejar por escrito la escasez de productos y utilizan como método leer la lista de medicamentos que faltan. "Durante los últimos días la encargada de la farmacia de la Asistencia Pública nos leyó que se había consumido todo los medicamentos como el Imipenem y la Vacomicina, entre otros", puntualiza un profesional de la UTI.
Esta crítica situación ha llevado a los médicos a incurrir en una práctica "poco habitual". Entregan a la familia la lista de fármacos que necesitan los pacientes para que ellos los compren, aunque la obtención de algunos fármacos no es nada fácil, puesto que se compran en farmacias especializada y tienen un alto costo.
Consultado, vía telefónica, el director de la Asistencia Pública, Leonardo Ristori, por la precaria situación económica por la que atraviesa el recinto y que detonó el desabastecimiento de fármacos para pacientes en estado crítico, el médico reconoció la carencia de algunos fármacos, no obstante le bajo el perfil a la situación.
"Puntualmente pueden faltar algunos cosas y medicamentos. El Imipenem es un antibiótico más y contamos con otros para tratar a los enfermos", señaló Ristori, quien se excusó de seguir hablando sobre el tema por encontrarse en Calama participando de un curso.
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