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Exclusivo: CDE lanzó «Operación Amancay» contra narcos chilenos

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La organización liderada por el narcotraficante Orlando González Avila se vincula con su pares de Perú e Italia y tiene un alto grado de »refinación», ya que entre los bienes incautados está el hotel Amancay de Reñaca, una parcela en Calera de Tango, un enorme fundo en Puerto Cisnes donde tenían un proyecto turístico con el fin de lavar los activos derivados de sus ilícitos.


El Consejo de Defensa del Estado (CDE) lanzó la operación anti lavado de dinero "Paraíso Amancay", dirigida contra una de las familias que luchan por tener el control del mercado de la venta de cocaína en Chile, que además maneja importantes vínculos con narcotraficantes peruanos e italianos. Su cabecilla es Orlando Guzmán Avila.



La diligencia permitió la captura de cuatro personas en la madrugada de hoy. Se trata de Leonardo González, Luz Marina González y las hermanas Claudia y Ruth Alarcón Duhart.



La acción judicial es sustanciada por el juez (s) del Quinto Juzgado del Crimen de Santiago, Alberto Amiot, por los delitos tipificados en los artículos 12 y 22 de la Ley de Drogas 19.366 que establecen la asociación ilícita para el lavado de dinero.



La información conseguida por El Mostrador.cl contiene varios detalles de cómo se inició la investigación pre-judicial del CDE, como también antecedentes inéditos de esta organización criminal y sus vínculos internacionales. Estos revelan, además dos detalles interesantes. El primero es el grado de "refinación" que adquirió esta asociación ilícita, ya que entre los bienes que la justicia deberá incautar se encuentra el hotel Amancay ubicado en Reñaca, una parcela en Calera de Tango, como también un enorme fundo en Puerto Cisnes, ubicado en el Sur profundo chileno, donde iniciaban un ambicioso proyecto turístico con el fin de lavar los activos derivados de sus ilícitos. Además, costosos departamentos y varios automóviles.



El segundo es que algunas de las detenciones se produjeron en Valparaíso, Quinta Región, donde el martes debutó la Reforma Procesal Penal, pero éstas no serán tramitadas por el nuevo sistema, sino por el inquisitivo sistema criminal, que opera junto al anterior en el país.



La historia de un detalle



El año 1995 el narcotraficante Orlando Guzmán, viajaba plácidamente en su automóvil por el puerto de San Antonio, acompañado de un bolso con 160 mil dólares. Por esos días se había recién aprobado la Ley de Drogas 19.366.



De pronto, Guzmán vio un carabinero que a los lejos realizaba controles rutinarios a los automovilistas. Transpiró helado, aunque mantuvo el control. El uniformado le ordenó detenerse, pidió sus documentos y reparó en la licencia de conducir falsa que portaba. Quedó detenido y a disposición de la justicia, con los dólares incluidos.



El magistrado a cargo de la investigación, abrió el sumario respectivo y con el paso de los días Guzmán quedó en libertad, con los billetes verdes en el mismo bolso en que los traía. Nadie reparó en el detalle, salvo el Departamento de Tráfico y Lavado de Dinero del Consejo de Defensa del Estado (CDE), que desde aquellos años comenzó un silencioso seguimiento a sus actividades y la de sus cómplices.



Al tiempo después, en Italia se emanó una orden de detención internacional debido a que se detectó un cargamento de 14 kilos de cocaína en ese país, cuyo autor material era precisamente Orlando Guzmán. Por eso, desde 1995 hasta el 2001 estuvo prófugo de la justicia.



Su hermano Juan Luis tiene antecedentes por tráfico de drogas en Italia y Francia. Mantenía fluidos contactos con organizaciones de esos países. Su hermana Silvia está condenada por narcotráfico en causa que lleva el Sexto Juzgado del Crimen de Santiago, y procesada en el 26°. En tanto, su hermano Rodolfo está encausado por el mismo delito, tanto en el Segundo como en el 26° Juzgado del Crimen de Santiago.



Los Guzmán Avila son una familia de ocho hermanos que pelean por el control del mercado de la venta de cocaína en Chile. De hecho, lidian por el podium desde la muerte y desmembramiento del cartel dirigido por Carlos Mario Silva Leiva, el Cabro Carrera, como también de la pérdida de influencia en el sector de Manuel Fuentes Cancino, "el Perilla".



La investigación pre-judicial para esta operación comenzó el 2001 con la autorización del Pleno del CDE, que consideró que los antecedentes eran más que suficientes para iniciar la indagatoria.



Pero Orlando Guzmán, quien sigue siendo aún el cabecilla de la organización criminal, está condenado a 5 años y un día por el delito de narcotráfico, resolución dictada por el Segundo Juzgado del Crimen de Santiago. Es decir, operaba desde ese tiempo incluso desde la cárcel. Este hecho revela, en parte, lo atrasada que está la legislación en materia de lavado de dinero, ya que permite que organizaciones criminales de este tipo sigan operando, incluso cuando sus cabecillas se encuentras privados de libertad.



Los secuaces



Orlando Guzmán, de acuerdo a los antecedentes de inteligencia antinarcóticos que maneja este diario, creó el año 2000 la sociedad Guzlan con la cual adquirió varios autos y un costoso departamento en Reñaca.



Pero el lavado de dinero no terminó allí. Otro de los Guzmán, esta vez Jorge, abrió junto a su pareja, Marina González Cisternas, una nueva sociedad. Se trata de Talin Trading Inc, con sede en Panamá gracias a los oficios del abogado chileno Eduardo Hales Zamud, cuyo apoderado es Leonardo González Riveros.



Con esta iniciación de actividad legal abrieron cuentas en aquel país, donde fueron depositados, según los primeros antecedentes, poco más de un millón y medio de dólares provenientes del narcotráfico.



A través de Talin es que compran el hotel Amancay de Reñaca, gracias a la asesoría de Guzlan, lo que revela el grado de tecnificación de esta unidad criminal, donde operan los ámbitos legales y financieros como un solo organismo destinado a cometer delitos. Siguiendo esa línea, Guzlan y Talin firman un contrato para la remodelación y ampliación del hotel.



En tanto, la parcela en Calera de Tango y el fundo en Puerto Cisnes son propiedad de las hermanas Claudia y Ruth Alarcón Duhart. La primera es pareja de Orlando Guzmán, con quien tiene un hijo.



Si bien la "Operación Amancay" no tiene grandes ribetes económicos como los de Silva Leiva o la "Operación Océano", sí es una acción contra el lavado de dinero llamada "de libro" o "de seminario" por los especialistas en el tema.



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