Las empresas, en su mayoría las pequeñas y medianas, no pagan por los programas computacionales que usan, pese a que se benefician de ellos. Robar porque es muy caro comprar parece ser la consigna. Las autoridades policiales toman las medidas que pueden para combatir esta piratería, pero la actual ley, que pronto será modificada, no permite hacer mucho.
Combatirla puede ser no tan popular ante los medios y la ciudadanía como es hacerlo contra la piratería de discos y libros, pero sus efectos en términos económicos son significativos: la copia ilegal de software, que afecta principalmente a las multinacionales Microsoft y Autodesk y sobre todo a la industria nacional, acarrea pérdidas para la economía estimadas en 120 millones de dólares. Si la piratería bajara a tasas como la de Estados Unidos, cercanas al 25 por ciento, el Fisco recaudaría 50 millones de dólares anuales extra por concepto de impuestos al valor agregado y a la propiedad intelectual, entre otros.
La diferencia entre comprar legalmente un programa y hacerlo en el comercio callejero o en tiendas no autorizadas es abismal: mientras lo primero puede llegar a costar 4 mil dólares en software muy avanzados, lo segundo cuesta poco más que el costo de un CD, o sea, unos tres mil pesos. Se estima que el negocio de la piratería mueve globalmente unos mil millones de pesos, y los grupos detrás de este delito permanecen en su mayoría impunes.
Pero los precios ¿justifican que más de la mitad de los usuarios (51 por ciento) no pague por las licencias de los programas que utiliza? Para el gerente general de la Asociación Chilena de Distribuidores de Software (ADS), Marcelo Ponce, la respuesta es tajante: "El problema no es de precios, sino de valorización que como sociedad le damos a la propiedad intelectual. Hay que determinar cuál es el valor de uso o beneficio que tiene para las empresas, y también considerar su costo de producción. Es una herramienta que permite producir y por lo tanto se debería pagar a quien me entregó un activo que me da utilidad".
Lo que muchos no entienden es que en el caso del software no es el costo del CD lo que hay que pagar, sino de tener a cientos de desarrolladores y profesionales detrás de las empresas que lo producen. El mayor daño, según los datos de la ADS, lo producen las empresas -el 70 por ciento está ilegal- y de éstas, el grueso está en las pequeñas y medianas (Pymes).
Germán Dastres, presidente de Conupia, organización que agrupa a pequeñas, medianas y microempresas, afirma que está conciente y preocupado del problema de la piratería. Cuenta que "hay colegas que se han atrevido, muy sueltos de cuerpo, a proponer abusar de programas sin licencias, y les facilitan a otros empresarios gratis sus programas, incluso sin intenciones de lucro, para ayudar a que al otro le vaya bien".
En todo caso, agrega que para una empresa que factura 2 ó 3 millones mensuales pagar por licencias que nunca valen menos de 500 mil pesos es demasiado, y es por eso que como agrupación la Conupia propone que, en lugar de usar programas estandarizados, las Pymes opten por comprar software propio, para lo que existen oportunidades más económicas. Pero el problema sigue siendo con los programas más básicos y necesarios, como Windows y Office.
El gerente de ADS explica que sólo por licencias la industria del software pierde en Chile 45 millones de dólares, pero según un estudio de la Universidad de Chile, ese perjuicio se multiplica porque por cada dólar de licencia que se vende se generan otros cuatro en soporte, instalación, desarrollo, capacitación, instalación y ventas.
"Hay un tema ético muy fuerte. Los chilenos no nos hemos dado cuenta de que tenemos una industria que nos podría traer muchos más beneficios que seguir exportando materia prima. Uruguay ya exporta más de 80 millones de dólares, mientras que nosotros apenas llegamos a 20 ó 25 y eso es grave, porque en este país hay muchos excelentes programadores que terminan trabajando de junior o vendedores de tienda con suerte", sostiene el gerente de ADS.
Microsof, la más pirateada
Los programas de la empresa Microsoft son los que más copia ilegal tienen a nivel mundial. En Chile, la mitad de los computadores tiene los programas Windows y Office sin contar con su respectiva licencia. Carola Rubia, gerente de licenciamiento de Microsoft, advierte que su preocupación es el uso ilegal que hacen las empresas de los programas y no los usuarios personales.
Sostiene que hay que dedicar muchos recursos para combatir la piratería, incluyendo educación orientada al respeto de la propiedad intelectual, mejorar la legislación, el trabajo del Servicio de Impuestos Internos y destinar más recursos policiales. Por parte de la empresa, se realizan campañas para que las empresas regularicen su situación, obteniendo soporte, capacitación, actualizaciones y otras ventajas.
"La idea es que tengamos un marco de protección a todo lo que es propiedad intelectual para que cualquiera que decida crear algo tenga una garantía. El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos va a hacer avanzar en ese sentido porque los países del Primer Mundo exigen respeto a la propiedad intelectual", afirma Carola Rubia.
Cambios a la ley
La ley actual, cuya última modificación data de 1992, no da respuesta a este problema. Pero el Ejecutivo, tras la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, debe ponerse al día y es por eso que ya está listo el proyecto de "Ley Corta Antipiratería", para ser aprobado antes del fin del período de legislación ordinaria, en mayo de 2004.
Los principales cambios que introduce la nueva ley son el aumento de penas y multas a los infractores, además de perfeccionar los procedimientos de las policías. Mientras hoy un vendedor de productos "piratas" se expone sólo a la pena de presidio menor en su grado mínimo, ahora las penas se llegarán a «grado medio», es decir, de tres hasta cinco años de presidio.
Para el gerente de ADS, si bien esta "ley corta" sólo cubre el 30 por ciento de los requerimientos de los tratados internacionales, servirá para aplacar el problema, sobre todo por el aumento de penas. Esto es importante porque, según cuenta Ponce, las regiones donde ya está vigente la Reforma Procesal Penal no están tomando en cuenta las denuncias por piratería ya que se trata de delitos menores.
En cuanto a las multas, el pago mínimo pasará desde las actuales 5 unidades tributarias mensuales (UTM) a 25 UTM y podrá llegar a un máximo de 500 UTM.
Una alternativa gratuita
Linux es el sistema operativo alternativo a Windows y, aunque su uso es más bien marginal excepto a nivel de servidores, muchos expertos lo prefieren por considerarlo más "estable" que el producto de Microsoft. La principal ventaja de Linux es que se distribuye gratuitamente, ya sea a través de Internet o locales donde se venden los CDs de instalación a costo. Además, todas las aplicaciones que operan en este sistema pueden ser modificadas por los usuarios porque su código fuente es accesible.
La historia de Linux se remonta a 1991, cuando Linus Torvalds, un estudiante finlandés disconforme con el sistema operativo que utilizaba -MS-DOS- decidió crear uno propio. A continuación, desinteresadamente, adscribió su creación a la licencia gratuita GPL.
Carlos Oliva, consultor independiente de Linux, defiende este sistema porque "es libre, es seguro, es multiusuario, es multitarea, está desarrollado por la comunidad, lo puedes modificar a tu gusto, no es susceptible al ataque de virus y otras vulnerabilidades que afectan comúnmente a Windows, es compatible, etcétera".
Hay un dicho antiguo que dice que "UNIX (en el que está basado Linux) es amigable, pero es selectivo para hacer amigos". Sin embargo, según Oliva, las versiones actuales son fáciles de usar o "amigables". Además, tienen todos los programas que pueda requerir un usuario, ya sea individual o empresa: planillas de cálculo, procesadores de texto, presentaciones, manipulación de imágenes, navegador web, reproductores multimedia, clientes de correo y todo lo restante.
La pregunta es, entonces, ¿por qué Linux no ocupa el lugar de Windows? Para Carlos Oliva, la respuesta es que Microsoft tiene el monopolio ya que su sistema operativo licenciado viene incluido al adquirir un computador en cualquier local comercial.
"Todo lo que se dice de Linux es más mito que realidad: eso de que no hay programas, de que es difícil de usar, que no hay soporte, que está todo en ingles…¡nada de eso!", afirma el consultor.
Carabineros: Solución no es policial
Para el comandante José Hernández, jefe del Departamento de Investigaciones de Carabineros (SIP), la solución al problema de la piratería no pasa por poner a más policías en las calles para perseguir a los delincuentes, sino por cambiar la cultura para que la sociedad valore la propiedad intelectual.
No obstante, la SIP tiene un equipo que coordina con el Servicio de Impuestos Internos y Aduanas los procedimientos contra quienes tienen "laboratorios" destinados a la copia ilegal de programas informáticos. Estos esfuerzos se topan con la enorme oferta de software en las calles, y que responde a la correspondiente demanda, que según el jefe policial no distingue sectores socioeconómicos. Las calles, incluso mucho más arriba de Plaza Italia, están plagadas de vendedores callejeros.
La persecución no es fácil, porque no hay grandes mafias detrás de este delito, sino cientos de personas que copian los programas para venderlos o pasarlos de mano en mano.
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