Durante la discusión de ayer en el Pleno se acordó hacer pública la carta de Chevesich y las conclusiones del informe de Juica. Pero además, hubo algunas propuestas que buscaban imponer sanciones, aunque menores, tanto a la jueza como al presidente del máximo tribunal. Si bien estos intentos no prosperaron, hoy esta minoría podría dejar sentir su influencia en la redacción final de la resolución.
Aunque sin sanciones y con recomendaciones para "mantener el comportamiento que deben observar los jueves", tanto a la ministra del caso GATE, Gloria Ana Chevesich, y al presidente de la Suprema, Marcos Libedinsky, los últimos detalles que falta afinar de la resolución del Pleno del máximo tribunal, sobre el informe de Milton Juica, podrían tener hoy algunas sorpresas.
Aunque el Pleno del máximo tribunal ya tiene decidida las líneas generales de lo que será su decisión, existe un grupo de magistrados que durante la discusión de ayer propusieron sanciones para ambos involucrados. Para Libedinsky un "severo llamado de atención", por sólo haber preguntado el año pasado a la jueza del caso GATE, sobre la citación al presidente Ricardo Lagos. En tanto, para la magistrada una amonestación por haber dicho públicamente que citaría al mandatario, adelantando con ello posibles diligencias.
Si bien estos intentos de una minoría de ministros ayer no prosperaron, hoy podría haber una nueva discusión respecto de cómo "aterrizar" los argumentos en el papel. De hecho, se indicó que existen dos posibles versiones de la resolución. En este punto, podrían ejercer su influencia.
Carta pública
Pero en las dos horas y media que duró el Pleno de ayer, tras el juramento de abogados, no sólo se zanjó el affaire Chevesich-Libedinsky. También se acordó dar a conocer las conclusiones del informe entregado por Juica y la carta enviada por la "señora MOP", como irónicamente la motejó el ministro de Justicia, Luis Bates.
Sin duda los magistrados con este hecho buscan descomprimir la serie de "peticiones" públicas, tanto del gobierno como de la presidenta del Consejo de Defensa del Estado (CDE), Clara Szczaransky, de revelar el contenido del "téngase presente" hecho por Chevesich.
Sin embargo, esta muestra de transparencia de la Suprema, de pronto podría traerle nuevos dolores de cabeza, ya que se cuestionará por qué los altos magistrados, el mes pasado, se apresuraron a confirmar -en una resolución que apoyó a Chevesich-la existencia de presiones y ahora, tras la investigación de Juica, resulta acreditado que nada existió.
Por esta razón bien vale el análisis que la misma falta de prudencia de Chevesich, que señala Juica en su informe, como también las actuaciones "poco felices" de Libedinsky, podrían ser aplicadas a todos los miembros del máximo tribunal. Y como moraleja, nunca hay que emitir declaraciones de apoyo y configurar hechos, antes decretar una investigación "extraordinaria administrativa".
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