Alejandra Contreras, una de las hijas del ex jefe operativo de la disuelta DINA, considera como »muy positivo» el histórico careo al que fueron sometidos este viernes su padre y el general (R) Augusto Pinochet. Asegura que Manuel Contreras dependía directamente del otrora jefe del Ejército, a tal punto que desayunaban juntos todos los días.
Alejandra Contreras (El Mostrador.cl) |
Alejandra Contreras Valdebenito, hija del ex director de la disuelta Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), visitará este sábado a su padre en el Penal Cordillera en Peñalolén. Hace aproximadamente un mes que no ha tomado contacto con él, pues se encontraba fuera de Chile por razones de negocio. Sin embargo, tiene muy claro que ésta será una visita normal.
Ayer, viernes, y por más tres horas su padre fue careado con el general (R) Augusto Pinochet en el Club Militar de Lo Curro, lugar que en la década del ochenta y comienzos de los noventa visitaban libremente, cuando ninguno estaba requerido por los tribunales de Justicia.
La suerte de ambos, sin embargo, ha sido distinta. Mientras Contreras llegó a bordo de un carro celular de Gendarmería, pues se encuentra en prisión por la desaparición del mirista Miguel Ángel Sandoval, Pinochet lo hizo a bordo de un Mercedes Benz.
La comparación, no es nuestra, sino de Alejandra Contreras. Si bien esta situación irrita a la hija del ex jefe operativo de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), más aún le molestan las últimas declaraciones que Pinochet realizó ante el ministro de fuero Víctor Montligio, que tiene en sus manos el caso Operación Colombo.
El otrora jefe del Ejército desconoció haber tenido el mando de la DINA. "No me acuerdo, pero no es cierto, y si fuese cierto, no me acuerdo", dijo ante el magistrado, a quien también le reveló que Contreras le habría ofrecido depósitos en el extranjero, y que esa fue la razón para marginarlo de la institución castrense en 1978.
«Sí, lo conozco, es mi general Contreras", habrían sido las primeras palabras de Pinchote al ser consultado si reconocía al ex uniformado. Además, de acuerdo a trascendidos, el otrora gobernante habría retrocedido en sus declaraciones sobre los depósitos en el exterior.
Alejandra Contreras aprovecha para recordar que Pinochet que las acciones que su padre cumplió al mando de la DINA siempre fueron monitoreadas muy de cerca por el ex jefe del Ejército, A tal punto, asegura, que todos los días después de dejarla en el colegio, Contreras se dirigía a desayunar con Pinochet.
Separando a las familias
-¿Qué le parece que se haya concretado el careo entre su padre y el general (r) Augusto Pinochet?
– Creo que ha sido tremendamente bueno, para nosotros como familia, pero principalmente para mi padre que se haya concretado esta diligencia que él solicito. Creo que es muy positiva.
-En la carta que difundieron a diversos medios de comunicación, señalan que en 1995 le pidieron ayuda económica a Pinochet, sin embargo, éste les dijo que no tenía dinero. ¿Han vuelto a contactarse con el general (R) después de este episodio?
– No, nunca más nos hemos juntado. Imagínate después de haber ido a solicitar apoyo para mi padre, cuando después de 1992 comenzó a ser procesado por el caso Letelier y, obviamente, en la familia militar todo el mundo sabe lo que gana un militar y que no se tienen los recursos para conseguir abogados para este tipo de casos. Pero bueno, fuimos a solicitarle apoyo y nos dijo que no tenía ni un peso.
-¿Él se los dijo directamente?
– Absolutamente, fue él en su oficina quien nos dijo que no nos podía ayudar.
-¿Tampoco se han comunicado, ni establecido algún puente con la familia Pinochet?
– Nunca. Ahora, creo que este es un tema en el que no se tiene que involucrar a la familia…
-Sin embargo, están muy dolidas con la ‘desconocida’ que hizo Pinochet a su padre
-Efectivamente, el hecho de que el general Pinochet estuviese involucrando a mi papá en un acto ilícito de enriquecimiento, imputándole a mi padre su autoría, nos pareció que rayaba en lo insólito. Es el colmo. Además, encuentro una cobardía que se ataque y se le achaquen cosas a una persona que está presa. Por eso, con mi hermana hemos decidido sacar la voz por mi papá, cosa que nos cuesta mucho porque siempre hemos sido de muy bajo perfil y nuestro padre nunca ha querido involucrarnos en nada.
-¿Esa es la razón de su molestia?
– Claro, es que, honestamente, nos dio rabia… No me gusta ocupar la palabra rabia, es como súper fuerte y fea, pero si una molestia enorme que Pinochet venga a decir que mi padre lo había inducido a actos de enriquecimiento para su beneficio… ¿Cómo es posible? Hay que ser muy caradura.
-¿Muy caradura?
– Hoy tenemos el ejemplo. Mi padre va entrando a Lo Curro en furgones de Gendarmería, el general Pinochet va en Mercedes. Mi padre tiene una casita, y todos conocen lo que tiene el general Pinochet y su familia. Por eso, no podemos aceptar sus imputaciones. Además, no haber asumido su responsabilidad frente a todas las órdenes que él le daba directamente a mi padre, que ahora le impute a él un acto ilícito, no tiene nombre.
La hora del desayuno
– ¿Pinochet podrá tener ‘muy mala memoria’, es muy probable que se olvide algún oficial de bajo rango, pero del general Contreras?
– Eso es absolutamente absurdo. La DINA fue formada por un Decreto Ley en el que aparecía mi papá como director ejecutivo, bajo el mando directo del Presidente de la Junta de Gobierno, que era Augusto Pinochet Ugarte, posteriormente nombrado Presidente de la República. Por lo tanto, las órdenes venían directamente dadas por él. O sea, mi papá era un coronel recién ascendido, tú comprenderás que con ese rango no iba a tomar las decisiones que se tomaron en ese momento del país. Entonces, obviamente cualquiera entiende en Chile que las instituciones son jerárquicas, nadie se manda solo.
-¿Qué tan estrecha llegó a ser la relación entre Pinochet y su padre?
– En la vida militar siempre hay reuniones de camaradería. Eso es muy normal. Ahora, cuando están en un cargo siempre hay más reuniones. Recuerdo incluso que mi papá todos los días nos pasaba a dejar, con mi hermana, muy temprano al colegio, y se iba directo a la casa del general Pinochet a tomar desayuno. Era el momento que tenían la tranquilidad para conversar y para que Pinochet le diera las órdenes que le daba. Pinochet dijo claramente que no se movía ninguna hoja sin que lo supiera, eso era permanente. En cuanto al tema de relaciones sociales, muchas veces se reunieron ambos matrimonios.
-¿Qué pasó con el tema de los documentos que ustedes anunciaron que desclasificarían tras la detención de su padre, a comienzos de año?
-Bueno, eso fue un momento muy difícil para nosotros, dentro de todos los que hemos vivido creo que ha sido el peor. Yo estaba en estado de schock al ver a mi padre que era golpeado y si tú me preguntas, claro, yo dije que en realidad tenía documentos y todo eso, pero eso es falso. Mi padre nunca nos ha involucrado en nada.
-Usted habló de la familia militar, después todo lo que ha pasado, de la situación en que se encuentra su padre, ¿cree que todavía existe?
-Creo que la familia militar siempre va a existir. Gracias a Dios, todavía pertenezco a ella, pese a que mi marido está en retiro. Pero lo más importante en la familia militar es la lealtad, que se da más para abajo que para arriba. Es fundamental la lealtad para tu gente.
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