Un grupo de nueve destacados docentes de la casa de estudios consideró que la candidatura del dimitido rector, que ejerció el cargo durante los últimos ocho años, desconoce los nuevos estatutos del plantel. Además de críticas a su gestión, consideran que esa decisión impide el proceso de renovación de la institución.
Un grupo de destacados académicos de la Universidad de Chile cuestionó la decisión de Luis Riveros de repostular a la rectoría de la casa de estudios por tercera vez consecutiva, con lo que sumaría, al menos, doce años al mando de la institución.
Los docentes recuerdan que los nuevos estatutos establecen que la máxima autoridad sólo podrá ser reelegida por una sola vez, en circunstancias que Riveros ha ocupado el cargo por dos períodos, y que en la antigua normativa se establecía que sólo podía ser designado por una vez.
"En su caso tenemos que, más allá o más acá de cualquier Estatuto, podrá usted ser reelegido varias veces: ya lleva dos períodos de cuatro años, se prepara para un tercero, y esta vía le permitiría aún un cuarto período, completando quizá 16 años en el rectorado", señalan los académicos, entre los que se encuentran el Premio Nacional de Artes Gonzalo Díaz y el historiador Alfredo Jocelyn Holt.
«Ningún otro académico o académica de este claustro goza de semejante beneficio, lo que lo deja a usted en una situación anómala, la de ser un profesor titular con más derechos que cualquier otro profesor. Peor aún: con este gesto se da a la opinión pública la impresión de que lo aparece en el nuevo Estatuto que hoy celebramos es letra muerta", agregan.
El grupo de académicos encargó a un estudio jurídico el análisis del caso, con el objetivo de determinar si «tenemos más luces acerca de un asunto que hasta el momento aparece opaco. Quizá pueda usted aportar datos que nos aclaren este confuso panorama».
«Es relevante que el nuevo rector elegido por el Claustro según el nuevo Estatuto cuente con la debida legitimidad ante la comunidad universitaria y ante el país", sostienen los docentes.
Además, los académicos estiman que su postulación también dificulta el proceso de renovación de la casa de estudios que, a su juicio, se ha visto estancada en los últimos años. «No hemos percibido durante su rectorado acciones concretas para que los profesores o profesoras de más edad, manteniendo sus nexos con la institución, puedan jubilar con la dignidad que merecen; y para que los académicos o académicas más jóvenes logren ascender en el escalafón", afirman.
La carta también está suscrita por Roberto Cominetti Cotti-Cometti, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas; Sonia Montecino Aguirre, Facultad de Ciencias Sociales; Manuel Pinto Contreras, Facultad de Ciencias Agronómicas; Pablo Ruiz Tagle Vial, Facultad de Derecho; Juan Guillermo Tejeda Marshall, Facultad de Arquitectura y Urbanismo; Sofía Letelier Parga, Facultad de Arquitectura y Urbanismo; Miguel Fodor Becsy, Facultad de Medicina.
Gestión
Al mismo tiempo, los académicos recuerdan que el último reajuste de los sueldos los académicos fue hace diez años, y que durante los ocho años que ha durado la gestión de Riveros no ha existido un mejoramiento de las remuneraciones, lo que los ha ubicado "entre los profesores peor pagados de todo el sistema universitario chileno".
"Los malos sueldos deprimen el espíritu, dificultan el contacto de los académicos y las académicas con las novedades de su disciplina, recargan innecesariamente su jornada y finalmente les facilitan el deslizamiento de hacia instituciones privadas, a menudo en condiciones contractuales muy dudosas", aseguran.
Los académicos firmantes de la misiva, también dejan entrever que en la gestión de Riveros no se han hecho esfuerzos por terminar con la burocracia de la universidad.
"Nuestra institución se encuentra prisionera de un sistema de gestión más propio del siglo XIX que del siglo XXI, y creemos que usted (Riveros) estará de acuerdo con esta apreciación. Este tipo de burocracias tiende a atender con exquisita solicitud a un memorándum en sextuplicado al tiempo que da la espalda a las personas concretas".
Por otra parte, manifiestan que a pesar que «la Universidad de Chile por su tradición, por el tamaño de sus terrenos, por su cuerpo académico, por sus bibliotecas históricas, sigue ocupando buenas posiciones", en otros aspectos ha bajado, como las políticas de extensión, académicos con doctorado, y las facultades y carreras que "ya no son las mejores evaluadas».
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