General Oscar Izurieta reconoció que el discurso de Augusto Pinochet Molina, quien criticó a los tribunales y valoró que el ex dictador derrotara al marxismo, causó un »grave daño» a la institución. El Gobierno, que a través de la propia Presidenta Michelle Bachelet condenó las expresiones, había pedido a la rama castrense adoptar medidas disciplinarias.
El Ejército resolvió expulsar de sus filas al capitán Augusto Pinochet Molina, nieto del fallecido Augusto Pinochet Ugarte, tras el polémico discurso que formuló durante las exequias celebradas en la Escuela Militar por la muerte del ex dictador.
La información, que ya había trascendido en el transcurso de la jornada, fue confirmada por el propio jefe de la institución, general Oscar Izurieta Ferrer, previo a otro acto en el instituto castrense al que asistió la Presidenta Michelle Bachelet.
Izurieta Ferrer explicó que la medida se adoptó porque, con sus declaraciones, el ahora ex uniformado había causado un «grave daño a la institución», al tiempo que descartó que existieran presiones del Gobierno para expulsarlo.
«Hay un grave daño para la institución, porque se cuestiona la disciplina, la despolitización de la institución, y creo que muy poco hemos sesgado que (…) se juzgue a una institución por este acto. La institución es más grande que todos los hombres que la componen», enfatizó.
Durante la misa exequial, Pinochet Molina justificó el golpe de Estado de 1973, asegurando que el ex jefe castrense había derrotado al marxismo, al tiempo que criticó el ánimo de figuración que, a su juicio, tendrían algunos magistrados que procesaron a su abuelo y miembros de su familia.
El martes, la institución ya había considerado una «falta gravísima» la intervención del capitán, y que sus expresiones «no representan la doctrina ni la opinión oficial del Ejército», por lo que había garantizado que adoptarían las medidas disciplinarias correspondientes.
El oficial, quien se encontraba con permiso por la muerte de su familiar, fue citado este miércoles por sus superiores, oportunidad en que se le comunicó oficialmente que sería dado de baja, según reconoció el propio Izurieta.
La ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, fue la encargada de firmar el decreto respectivo, considerando que la Junta anual de Calificaciones de este año, la única instancia donde el jefe del Ejército decide ascensos o retiros, ya se había celebrado.
«El jefe del Ejército no tiene otras atribuciones que no sean a través de la Junta Calificadora, que tiene fechas establecidas, y la ministra ya firmó el decreto correspondiente, por tanto con fecha de hoy el capitán Pinochet Molina está de baja», detalló.
«No había otro camino»
El jefe castrense aseguró que una vez que el oficial se bajó del podio desde el que pronunció su encendido discurso, ya tenía resuelto que expulsarlo de las filas, pero que no anticipó la medida por «prudencia» frente al dolor que aún vivía la familia del ex dictador.
«Inmediatamente después de que terminó su intervención, como comandante en jefe del Ejército tenía absoluta claridad de que (Pinochet Molina) había cometido una gravísima falta a la disciplina, y que le había producido un grave daño al Ejército, por lo que no había otro camino que cursarle la baja», afirmó.
Explicó que la baja no se cursó inmediatamente, por «respeto» a la situación familiar, considerando que aún quedaban pendientes la entrega de las cenizas de Pinochet en el crematorio del cementerio de Concón, y este miércoles el entierro de las anforas.
«Quiero manifestar que, tal como lo acabo de decir, en el momento en que se bajó del estrado tenía absolutamente claro que no había otro camino que la baja, y que por respeto al dolor de la familia, no procedí hasta el día de hoy», insistió.
Explicó que al término de la última ceremonia, celebrada en la parcela de Los Boldos de propiedad del fallecido ex jefe del Ejército, por «deferencia» informó de la medida al padre del expulsado capitán, Augusto Pinochet Hiriart.
«El padre me dijo entiendo la situación y que no le hago más objeciones al tema», comentó Izurieta.
Consultado sobre si era efectivo que el capitán había pedido cursar su baja hace dos días, como lo sostuvo Pinochet Hiriart, el jefe castrense aclaró que manifestado «hace algún tiempo» su intención de dejar la institución.
«Es efectivo que habló con su superior, hace algún tiempo, manifestando que se sentía incómodo en el Ejército, y que estaba pensando en dejar el Ejército. Desconozco las razones», indicó Izurieta, quien de todas maneras descartó que hubiera sido víctima de un acoso.
Malestar del Gobierno
Sus dichos causaron el inmediato malestar del Gobierno que, primer a través de la ministra de Defensa, , y después mediante la propia Presidenta Bachelet, ya había pedido aplicar medidas disciplinarias contra el oficial, al considerar «graves» sus declaraciones.
«Saltándose la línea de mando y sin autorización para hablar, irrumpió expresando opiniones políticas en contra de un poder del Estado y de sectores de la sociedad civil, lo que constituye una falta gravísima», afirmó este miércoles la mandataria.
Con todo, Izurieta descartó que hubieran existido presiones de parte de La Moneda para adoptar esta decisión, recordando incluso que la propia Blanlot había señalado que dejaba en manos del Ejército la adopción de las medidas respectivas.
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