Situación del embajador a cargo de la escuela donde se instruyen los futuros representantes de Chile en el extranjero, reinstala la discusión sobre la necesidad del cartón universitario para trabajar en la diplomacia. El tema, que podría eventualmente dejar fuera de Cancillería a embajadores como Juan Pablo Lira y Cristián Barros, es visto como una contradicción en la propia Academia, donde cualquier postulante que desee trabajar en el ministerio de Relaciones Exteriores debe contar como requisito básico con estudios superiores.
«Pro Chile Loquor» (Yo hablo por Chile) es el lema de la Academia Diplomática Andrés Bello o en otras palabras cómo los funcionarios del servicio exterior representan a la imagen del país en el extranjero.
La frase que engloba la enseñanza de esta «escuela matriz» cobra sentido en medio del debate respecto a si los embajadores, los ministros consejeros y consejeros deben contar con estudios superiores para acceder a cargos de alta responsabilidad en Chile y en las misiones fuera del país.
Todo ello en el marco del proyecto de modernización y profesionalización de la carrera diplomática que se discute en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.
El tema, que podría eventualmente dejar fuera de Cancillería a embajadores como Juan Pablo Lira y Cristián Barros, también afecta a Alberto Yoacham, director de la Academia Diplomática, quien carece de estudios universitarios.
Esta cuestión es vista como una contradicción en la propia Academia -institución de alto prestigio y una de las más antiguas del continente-, donde cualquier postulante que desee trabajar en el ministerio de Relaciones Exteriores tiene como requisito básico haber cursado estudios superiores completos.
Por lo mismo, Yoacham se instala para las nuevas generaciones que ingresaron al servicio exterior como un contrasentido respecto de los profesionales que cuentan incluso con postítulos y doctorados o bien los que ingresaron por primera vez y que, obligatoriamente, debían contar con el «cartón» sólo para el proceso de selección.
Preocupación a alto nivel
Estas últimas semanas la indicación que impusieron tanto la Alianza como la Concertación a la iniciativa, que debiera ser prontamente votada en la sala de la Cámara de Diputados, ha generado fuerte preocupación a alto nivel de la Cancillería ya que alrededor de 80 funcionarios diplomáticos de alto rango no tiene estudios universitarios o los tiene, pero incompletos.
La cuestión es comentada casi a diario en los pasillos del ex Hotel Carrera donde se asegura que el 70 por ciento de los representantes de Chile en el exterior no pasó por la universidad, situación compleja a la luz del nivel técnico de los temas actuales y de las diferencias con los diplomáticos de otras latitudes.
Por lo mismo, la indicación parlamentaria derivó en la reacción de los funcionarios de carrera, agrupados en la Adica, quienes en sus circulares internas han criticado la labor del ministro del ramo Alejandro Foxley -quien sí cuenta con título profesional- para defender sus derechos adquiridos con anterioridad, calificándola de «tardía».
Para el secretario de Estado el tema provoca ruido interno y una complicación no menor, debido a que ha sido su proyecto estrella, que ya venía gestándose desde la administración del Presidente Ricardo Lagos. En fuentes internas, en todo caso, se asevera que Foxley está en contra de la indicación. De hecho espera que cuando el proyecto pase a la sala, el «adendum» sea declarado inconstitucional.
En todo caso, Yoacham es un funcionario de carrera que ha estado destinado en varias misiones en el exterior, entre ellas Italia e Irlanda. Quienes le conocen aseguran que pese a haberse hecho a pulso, es un buen funcionario y ha mantenido el prestigio de la escuela que funciona desde 1974 en el Palacio Septiembre, declarado monumento nacional y escenario también de múltiples recepciones.
Foxley quien arriba al país luego de la reunión de la APEC que se realizó en Lima, Perú, vuelve a ad portas del «cumpleaños» de la Cancillería en medio de un río revuelto internamente, donde chocan las nuevas generaciones con una forma de hacer que está en retirada. Pro Chile Loquor.
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