Un rostro destruido con un tip top tiene un precio de 1.000 pesos, mientras que los carteles rotos con coligues con punta de navajas valen 1.500 pesos.
Los concejales de La Reina y Peñalolén, Francisco Olea y Julio Abelleira, respectivamente, denunciaron este domingo que algunos comandos pagan a sus brigadistas por destruir propaganda electoral de sus contrincantes.
Ambas autoridades comunales indicaron que “a una semana de este trascendental evento cívico es incomprensible que los propios candidatos que llaman a luchar contra la delincuencia e inseguridad, contraten a lumpen que destruyen publicidad de sus contrincantes y adversarios”.
Los antecedentes que manejan Olea y Abelleria señalan que se pagan entre 1.000 pesos por rostro que destruyen con tip top, y 1.500 pesos por cartel que destrozan con coligues con punta de navajas.
Asimismo, denunciaron que a partir de las 3:00 de la madrugada circulan grupos denominados como “las nanas“, que son los encargados de destruir la publicidad adversaria.
Además, indicaron que muchos jóvenes se involucran en este tipo de actividades por conseguir una remuneración, en “este inédito y nuevo mercado laboral”.
Olea indicó que “la inseguridad y violencia no está en el concierto de rock de Metallica en el Club Hípico de Santiago, ni en los clásicos deportivos, el temor está hoy en las calles y barrios en horas de la noche. Afortunadamente la sociedad y nuestro vecinos están informados y no se dejarán engañar por los inescrupulosos de siempre”.
Según indicaron, los más afectados por la destrucción de su publicidad ha sido el diputado Enrique Accorsi de Peñalolen y la Reina, y Marcela Sabat en Ñúñoa y Providencia.
Por tal motivo, llamaron a autoridades policiales de la intendencia a mejorar el control y vigilancia nocturna últimos días de campaña electoral.
Finalmente, los concejales propusieron que “las próximas elecciones, el Estado financie la impresión de cuadernillos con información de los candidatos, perfil de ellos, sus propuestas legislativas, trabajo desarrollado, y que se entrega a la totalidad del padrón electoral vía correo privado. Lo anterior, fortalece la democracia y hace más equitativo el acceso a la información de todos los contribuyentes”.