La secretaria de Estado se refirió a la versión publicada por El Mostrador donde se revela que la cartera modificó la ordenanza general de urbanismo y construcciones con el fin de reimpulsar el proyecto de la Central Termoeléctrica. Según Patricia Poblete, no se trata de un “traje a la medida para Campiche”.
La ministra de Vivienda, Patricia Poblete, negó que la modificación a la ordenanza general de urbanismo y construcciones –que ella misma firmó en diciembre pasado- sea un “traje a la medida” para el proyecto de la Central Termoeléctrica Campiche, de AES Gener.
Cabe consignar que la corrección a la norma dejó sin efecto el fallo de la Tercera Sala de la Corte Suprema, que declaró ilegal la autorización dada al funcionamiento de la central a carbón.
En conversación con radio Cooperativa, la titular de Vivienda aseguró que la aprobación del proyecto “está en manos de los alcaldes y su consejo”. “Nosotros hemos dicho, para aclarar, que estas instalaciones pueden estar en tales partes. Pero no hemos dicho nada especial para que Campiche se pueda resolver», sostuvo la autoridad.
En esa línea, aclaró que «Gener volvió a presentar su sistema de impacto ambiental y tiene que primero pasar ese sistema. Segundo, tiene que tener permiso municipal».
Para la ministra Poblete es poco probable que la empresa logre en un corto plazo la aprobación del proyecto. «Hay otro problema: no solamente en la instalación de la infraestructura, que es la planta, sino que tienen seis u ocho edificios (…) que se han construido sin permiso», detalló.
Molestia ciudadana
Frente a esta situación, el vocero del Consejo Ecológico de Puchuncaví-Quintero, Ricardo Correa, expresó su molestia.
“Cuando vieron que con el plan regulador intercomunal no iban a poder hacerlo, el ministro Pérez Yoma con toda su desfachatez en el momento en que salió el fallo dijo que iba a hacer todo lo que fuera necesario para destrabar Campiche y así fue como terminaron dictando una ley a la medida de esa transnacional”, sostuvo.
Agregando que “el Estado debe velar por el bien de la comunidad. Esta es la gran irregularidad que está cometiendo la empresa y el Estado, la primera presionando y el segundo como un vasallo sirviendo a la carbonera”.