Ignacio Sánchez, entonces decano de la Facultad de Medicina y actual cabeza de la casa de estudios, aprobó en dos oportunidades que el jefe de Toxicología, Enrique Paris, hiciera declaraciones contra el juez Alejandro Madrid, y criticara el auto de procesamiento y los peritajes que indicaban que se usó Talio y Gas Mostaza para asesinar al ex presidente.
El pasado 18 de enero, el jefe del Centro Toxicológico de la Universidad Católica (UC), Enrique Paris, llegó cerca de las 08:00 a la oficina de la Fuerza de Tareas Reservadas de la PDI. Vestido formalmente, esperó algunos minutos en el añoso edificio ubicado en General Mackenna.
De pronto fue llamado y se le hizo pasar a una oficina. Al frente estaban los detectives Nelson Jofré y Palmira Mella, mirándolo como miran los policías, con ese rictus que guarda la desconfianza con la que tratan a testigos, imputados o confesos de cualquier crimen.
Paris no estaba allí por cualquier razón. En dos oportunidades había tratado de desacreditar la investigación del ministro Alejandro Madrid, quien sustancia el proceso por el homicidio del ex Presidente Eduardo Frei Montalva, cuestionando los peritajes que sustentaban la tesis de la muerte por Talio y Gas Mostaza, realizados por las especialistas Laura Borgel y Carmen Cerda.
El 7 de diciembre de 2009, el magistrado había sometido a proceso -que también cuestionó Paris- a dos patólogos de la UC, Helmar Rosenberg y Sergio González, en calidad de cómplices del homicidio, junto a otros dos facultativos, un ex agente de la CNI y el ex chofer de Frei.
Los dichos de Paris no fueron los únicos. Distintos actores cuestionaron no sólo el razonamiento sino también las presunciones con que Madrid construyó la arquitectura jurídica de su procesamiento, hasta que la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema confirmó los encausamientos apoyando el trabajo del juez por cuatro votos contra uno.
Sin embargo, de todas las declaraciones, las de Paris fueron las más duras. Primero dijo al diario El Mercurio, el 21 de diciembre de 2009, que los peritajes estaban sencillamente errados, esto sin conocer su contenido.
Luego, los primeros días de enero, decidió emprenderlas por segunda vez: «El procesamiento no tiene sustancia como para convencer de que Frei fue envenenado«.
Hasta ahí, la historia es completamente pública. Pero Paris hizo otras revelaciones a los detectives.
En su testimonio, según confidenció a El Mostrador una fuente allegada al caso, Paris contó en las dos oportunidades (diciembre y enero) con la autorización expresa del entonces decano de la Facultad de Medicina y actual rector de la UC, Ignacio Sánchez, coordinándose para que las declaraciones apuntaran directamente al juez Madrid, tratando así de limpiar la imagen de la universidad y de paso, defender a los doctores Rosenberg y González.
[cita]Sánchez reconoce haber autorizado las dos entrevistas de Paris a El Mercurio, pese a que la investigación del ministro era secreta. Dijo que aceptó porque ayudaba a la transparencia de la UC.[/cita]
Todo esto en el contexto de la candidatura de Sánchez a la rectoría de la UC, la que ganó, siendo investido en el máximo cargo de la casa de estudios a fines de enero de 2010.
Según Paris, cuando tuvo en enero los peritajes en su poder, se dirigió a la oficina de Sánchez, con quien escribía entonces un libro de pediatría, a “conversar otro tema con él”. Pero “aprovechó la oportunidad” de señalarle que haría una segunda declaración, para dejar clara la postura de transparencia de la UC, en torno a que Rosenberg y González nada tenían que ver en el homicidio de Frei, pese a que mantuvieron guardada más de 20 años la autopsia que nunca conoció la familia del ex Mandatario. A lo anterior se suma que los patólogos mantenían vínculos cercanos con Hartmut Hopp, uno de los líderes de la Colonia Dignidad.
Luego de la conversación -declaró Paris-, Sánchez no le hizo ninguna recomendación, “aprobando mi petición”. Para los detectives la conversación con Sánchez algo indicaba, porque éste no era su jefe directo. Si lo eran los titulares de Pediatría y de la Unidad de Docente Asistencial (UDA). Por esto se estaba saltando el conducto regular. Es más, Paris había dicho que aún quedaban muestras biológicas en la caja fuerte de Sánchez, pese a que el tribunal ordenó entregarlas todas. Este último hecho fue desmentido por el propio Paris, aduciendo un error, previo “tirón de orejas” de Sánchez. Fue en ese instante donde perdió credibilidad y la familia Frei pidió interrogarlo, porque la UC se instalaba, según estos, como un ente que trataba de dificultar la acción de la justicia.
Sin embargo, su testimonio ante los detectives tiene algunas contradicciones con el de Sánchez, quien declaró a las 11:00 en la misma oficina y ante los mismos policías.
Sánchez conocía que la autopsia de Frei había estado escondida en la UC por más de 20 años y que los doctores Rosenberg y González la habían realizado. El actual rector se enteró de esto en 2002, según lo aseguró en su testimonio, aunque aclaró que no se relacionó con el tema directamente, ya que entonces era el jefe de Pediatría, según dijo.
En su declaración, Sánchez reconoce haber autorizado las dos entrevistas de Paris a El Mercurio, pese a que la investigación del ministro era secreta. Dijo que aceptó porque ayudaba a la transparencia de la UC y porque Paris había investigado más de 300 artículos y variada literatura médica -entre el 8 de diciembre y el 8 de enero- sólo para poder hablar fundadamente.
Asimismo, dijo que desconocía la posibilidad, al igual que Paris, de entregar una versión distinta a los análisis de Borgel y Cerda, ante el magistrado. De igual manera, ambos negaron haber tenido contacto con los abogados que defienden a los otros procesados.
Pero no fue la única declaración que Nelson Jofré y Palmira Mella tomaron el 18 de enero. A las 16:00 concurrió el ex decano de Medicina y actual profesor investigador de la Universidad de Los Andes, Fernando Orrego.
Este profesional fue interrogado básicamente sobre las mismos temas anteriores, salvo por dos detalles. Orrego reconoció que él mismo llamó al abogado Luis Valentín Ferrada, patrocinante del doctor Patricio Silva Garín -que fue quien operó a Frei Montalva y se encuentra procesado como el autor del homicidio-, para señalarle que disentía de los peritajes de Borgel y Cerda.
Posteriormente, Paris y Orrego fueron invitados al programa que tiene el doctor Carlos Ferrada en el Canal 13 Cable, “Calidad de vida”.
El conductor del programa es el hermano del abogado Luis Valentín Ferrada patrocinante de Silva Garín, a quien Orrego conoce porque trabajaron juntos en el hospital Salvador.
Los detectives le preguntaron a Orrego si alguna vez había hecho alguna experimentación con Talio, Gas Mostaza y armas químicas. El profesional dijo que nunca había realizado un experimento de esa naturaleza y que todo lo que sabía era producto de la lectura de libros afines.
Pero Orrego dijo algo más en su declaración y es que decidió hablar, no sólo porque consideraba que los peritajes, a su juicio, estaban errados, sino porque afectaban a su amigo, el doctor y ex ministro de Aylwin, Patricio Rojas. Este último ha sido acusado por la familia Frei de ayudar a esconder la autopsia del ex Mandatario y de encubrimiento, sembrando dudas respecto a su relación con los militares.
Rojas declaró en el caso Frei en calidad de inculpado, tal como lo hizo en el proceso que sustancia el ministro Omar Astudillo por el caso del pago de coimas en la compra de aviones Mirage de la FACh.
Actualmente, los procesados en el Caso Frei como autores son el ex chofer del ex presidente, Luis Becerra, el ex CNI Raúl Lillo y el médico Patricio Silva Garín; en calidad de cómplice el ex médico de la DINA Pedro Valdivia; y en calidad de encubridores los patólogos de la UC Helmar Rosenberg y Sergio González.
Este diario intentó obtener una versión tanto de parte de Sánchez como de Paris, pero no hubo respuesta de la UC.