Los expertos contratados por Linzor Capital, el fondo que se desistió de comprar el canal, emitieron una opinión concluyente: el usufructo otorgado por la Universidad de Chile en 1993 es por 25 años y expira en 2018. La última palabra la tiene ahora la Contraloría. Si el fallo concuerda con la opinión de los expertos el precio de la estación bajaría sustancialmente. Otra posibilidad, en ese escenario, es que el comprador negocie nuevas condiciones económicas con la Casa de Bello.
El informe en derecho que encargó Linzor Capital, el fondo de inversión que estuvo a un paso de adquirir Chilevisión, fue determinante en el fracaso de la operación. El documento de aproximadamente 30 páginas, al que tuvo acceso El Mostrador, concluye que el contrato de usufructo firmado entre la Universidad de Chile y Venevisión, en 1993, tiene una duración de 25 años no prorrogables. El argumento de los abogados Víctor Vial y Alberto Lyon para sustentar dicha postura es que ese fue el plazo que autorizó el Consejo Nacional de Televisión, presidido en ese entonces por José Joaquín Brunner. Por ley el CNTV debe visar cualquier operación relacionada con la entrega de una concesión.
Pese a que, en otro acápite del contrato, existe una cláusula que establece la “renovación automática”, lo que implicaría extender el plazo hasta 2043, éste no fue considerado válido desde el punto de vista jurídico. ¿La razón? No fue lo que aprobó el CNTV, por lo cual es “letra muerta” en jerga legal.
Vial y Lyon fueron contratados por Linzor Capital para entregar su opinión “sobre la duración del contrato de usufructo otorgado por la Universidad de Chile”.
El 14 de mayo se anunció públicamente que el compromiso de compraventa entre Linzor Capital y los representantes del Presidente Sebastián Piñera, encabezados por su brazo derecho José Cox, ya estaba firmado. La operación era por US$130 millones.
[cita]Larraín Vial, a quien se le encargó la nueva búsqueda de compradores para Chilevisión, debiera esperar la decisión de la Contraloría, ya que ningún interesado querría comprar una empresa sin saber por cuanto tiempo será su dueño.[/cita]
El 2 de junio, sin embargo, se supo del desistimiento de Linzor Capital. Nunca hubo una versión oficial de las partes; sólo trascendidos respecto de que la venta abortó debido a la duración del contrato de usufructo.
La última palabra la tiene ahora la Contraloría General de la República que, de oficio, decidió realizar una auditoria sobre dicho punto. Su dictamen se conocería a fines de mes o comienzos de agosto.
La corredora Larraín Vial, a quien se le encargó la nueva búsqueda de compradores para Chilevisión, debiera esperar la decisión de la Contraloría, ya que ningún interesado querría comprar una empresa sin saber por cuanto tiempo será su dueño.
Si el fallo concuerda con el informe en derecho el más probable escenario es que el precio de Chilevisión baje sustancialmente, a menos que la competencia por adquirir la estación sea tan fuerte que haga subir su valor de mercado pese a los inconvenientes. Otra posibilidad es que el comprador negocie con la Universidad de Chile el fin al contrato firmado en 1993 y se haga uno nuevo bajo las condiciones económicas que estipule la casa de estudios.
El rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, no respondió las consultas de El Mostrador. En tanto fuentes de Larraín Vial afirmaron que la renovación automática es válida y que existen muchos interesados chilenos y extranjeros. Entre ellos, según ha trascendido, el grupo Bethia (de Liliana Solari, socia de Falabella), que adquirió en US$425 millones el 8% de Lan a Sebastián Piñera; Televisa, que ya fue socia de Megavisión en la industria local; y Time Warner.