La carencia del ritmo de vigilia y sueño por la total ausencia de luz solar en el interior del pique es uno de los mayores problemas que encaran actualmente los trabajadores.
Los seis voluntarios que están sometidos a un encierro simulando las condiciones de vida ante un posible viaje a Marte, entregaron algunos consejos a los 33 mineros que se encuentran atrapados en el yacimiento San José, en Copiapó.
Los integrantes de este proyecto de investigación científica, denominado Mars500, que depende del Instituto de Problemas Médicos y Biológicos (IMBP), entidad dependiente de la Academia de Ciencias de Rusia, entregan recomendaciones a los trabajadores sepultados de qué hacer y cómo sobrellevar el trance.
El diario argentino Perfil.com cita al francés Romain Charles, quien habló desde el cubículo ubicado en un centro de investigaciones de Moscú, adonde ingresó el 3 de junio pasado.
Charles, quien antes del experimento era operario de control de calidad de una fábrica de automóviles, pidió a los mineros mantenerse ocupados, cuidar la salud y seguir un cronograma para tener actividad y establecer un ritmo de día y noche.
“Cuando se está en una situación de aislamiento, uno se siente cerca de todos aquellos que viven o han vivido el mismo tipo de experiencias. De un colega que estuvo en submarinos he recibido un montón de consejos para ayudar a pasar el encierro”, indicó.
La carencia del ritmo de vigilia y sueño por la total ausencia de luz solar en el interior del pique es uno de los mayores problemas que encaran actualmente los trabajadores.
“Todo nuestro pensamiento va para los 33 mineros en Chile atrapados bajo tierra. Sus condiciones de vida son realmente duras y esperamos que nuestro mensaje pueda llegar hasta ellos”, concluyó Charles antes de comentar al progreso de uno de los cien experimentos que se llevan a cabo en la cápsula que reúne a seis astronautas voluntarios (tres rusos, un chino y un italiano, además de Charles) en el imaginario viaje a Marte.
Los seis voluntarios simulan las condiciones de viaje al cuarto planeta del sistema solar, sobreviviendo con alimento racionado y comunicaciones a través de e-mail pero con la demora propia del viaje espacial, de varios minutos de tardanza.
