Jorge Segovia se enfrentó a su progenitor, Felipe Segovia, porque su visión de la empresa familiar diferían: mientras el patriarca del clan veía un proyecto educativo, el mandamás de Unión Española sólo un negocio muy rentable. En este artículo el director adjunto del diario hispano El Mundo cuenta las querellas internas de la institución SEK y aspectos desconocidos del ahora candidato a la presidencia de la ANFP.
La empresa familiar española es habitualmente un campo de batalla entre padres e hijos. Ahí está el caso muy actual de galletas Gullón, que emplea a casi todo el pueblo de Aguilar de Campoó, donde tres hijos se han enfrentado a las decisiones de la matriarca, María Teresa Rodríguez. O el del Grupo Eulen, que tiene la friolera de 90 mil trabajadores, donde los hijos se han enfrentado a David Álvarez, fundador de esta empresa, porque éste ha decidido dar un papel relevante en los negocios a su nueva esposa, su secretaria de toda la vida.
Pero estas batallas han tenido sus precursores y uno de ellos ha sido Jorge Segovia Bonet, presidente de la Institución Internacional SEK y propietario del club Unión Española, quien aspira ahora a presidir el fútbol chileno. Segovia tuvo una durísima disputa con su familia a comienzos de los años 90’. Incluso llegó a demandar la declaración de incapacidad legal por supuestos problemas mentales de su padre, Felipe Segovia Olmo, en su intento de regir los destinos del grupo educativo SEK (San Estanislao de Kotska).
La Institución Educativa SEK es una de las empresas más respetadas de España. Sus colegios figuran, habitualmente, entre los 10 mejores del país. Son colegios privados, bilingües, con avanzados sistemas educativos, que ofrecen el llamado Bachillerato Internacional y sin ningún tipo de subvención estatal. Son un proyecto educativo y cultural que la familia Segovia comenzó en 1935, cuando Felipe Segovia Martínez y su esposa Carmen Olmo adquirieron el primer SEK, fundado en 1892, y que en 1920 se estableció en las proximidades de la madrileña estación de Atocha.
En 1958, el hijo de ambos, Felipe Segovia Olmo, se hizo cargo de la empresa. Su llegada se hizo notar por varias vías: mejoró el sistema pedagógico, logró la homologación internacional de su colegio y comenzó a fundar nuevos establecimientos bajo los criterios de colegios vanguardistas, con amplios espacios deportivos e instalaciones modernas.
Segovia incorporó a sus hijos, Jorge y Nieves, a la empresa familiar. En 1982, Jorge Segovia ya tenía responsabilidades en el SEK. El proyecto incluía, entonces, tres colegios en Madrid y uno en Dublín (Irlanda). En 1983 se inauguró el colegio SEK de Chile, que sería a la postre la manzana de la discordia.
[cita]Personas próximas a Diego de Alcázar, propietario del IE, afirman que el proyecto universitario de Jorge Segovia era ruinoso, que había acumulado muchísimas deudas y que no cobró una gran cantidad porque la operación se zanjó asumiendo sus numerosas deudas.[/cita]
En la década de los 80 se crearon colegios en Ecuador (Quito y Guayaquil), Miami, Panamá, Asunción, Costa Rica y Galicia. Y en 1989 se produjo la ruptura entre padre e hijo, coincidiendo con la fundación de la Universidad Internacional SEK en Santiago de Chile. Mientras el patriarca de los Segovia consideraba prematuro fundar una universidad y seguir expandiendo su marca internacionalmente llevados por el puro afán de lucro, Jorge Segovia Bonet creía que era imprescindible aprovechar la liberal legislación educativa chilena para crear su primera universidad y seguir abriendo franquicias del SEK por todo el mundo.
La batalla entre Jorge Segovia y su padre, la libró en solitario en su familia. Ni su madre, María Rosa Bonet, ni su hermana Nieves, le acompañaron en su aventura. La incompatibilidad desembocó en una partición: Jorge Segovia se quedó con el proyecto en América Latina y su padre con el SEK español. En 1990 comenzaron a navegar separados. La Institución Educativa SEK en manos de la familia Segovia y la Institución Internacional SEK en manos del primogénito.
«Jorge modernizó el proyecto, se rodeó de un equipo más joven y dinámico. Toda la expansión en América Latina la hicimos él y seis personas más», afirma uno de sus colaboradores más próximos.
Pero el capítulo más amargo de la lucha familiar sería a propósito de la ansiada universidad. Aprovechando que la ley de universidades privadas en España se elaboraba a paso de tortuga, Jorge solicitó permiso a las autoridades para fundar un centro de estudios superiores en la ciudad de Segovia que fuera filial de la Universidad SEK de Chile y respondiera sólo y exclusivamente ante éste.
La Universidad SEK de Segovia comenzó a operar en 1997. Pero su padre, que ya tenía diseñada la Universidad SEK de España, le disputó la denominación. Las querellas se multiplicaron. Fue entonces cuando Jorge pidió que se declarara «la inhabilitación de su progenitor por problemas mentales», como publicó el diario El Mundo el 30 de enero de 2001. Finalmente el padre perdió la batalla legal y cuando fundó su universidad genuinamente española tuvo que bautizarla Universidad ‘Camilo José Cela’.
Jorge Segovia vendió el 80% de su Universidad SEK española en septiembre de 2006. Fue adquirida por el Instituto de Empresa (IE), una organización que tiene uno de los dos MBA (master en administración de empresas) más reputados de España. La cifra que cobró es un secreto de Estado. Personas próximas a Diego de Alcázar, propietario del IE, afirman que el proyecto universitario de Jorge Segovia era ruinoso, que había acumulado muchísimas deudas y que no cobró una gran cantidad porque la operación se zanjó asumiendo sus numerosas deudas. En 2009, Segovia se deshizo del 20% restante y salió de la Universidad SEK que ahora ha sido rebautizada.
Como el tiempo lo cura todo, personas próximas a la familia Segovia aseguran que las malas relaciones de Jorge y su padre se han ido recomponiendo. Felipe Segovia Olmo recibió en 2003 la Medalla al Mérito del Trabajo de España y es un educador reconocido y admirado casi unánimemente. Su esposa, María Rosa Bonet, se ha revelado como una notable empresaria que ha creado un emporio de servicios complementarios para sus colegios (comidas, transportes, etc.) que le han venido como anillo al dedo. La calidad de los centros que ahora dirige su hija Nieves Segovia, que se han expandido por Cataluña, Almería y Los Alpes franceses, es indiscutida en España.
Una prueba de ellos es que los Segovia no han cesado de asociar el SEK con figuras de calidad: Camilo José Cela fue patrono de su universidad, el famoso cocinero Ferrán Adriá tiene allí una cátedra que Harvard ha imitado, y el dirigente olímpico José Antonio Samaranch también unió su nombre al del SEK. ¿Dónde estudian los infantiles del Real Madrid? En el colegio SEK, por expresa decisión del presidente blanco, Florentino Pérez.
No sucede lo mismo con la Institución Internacional SEK, cuya calidad es cuestionada. «El padre temía echar agua a la leche al crecer muy rápido y es lo que al final le ha pasado al hijo», afirma un amigo de la familia que prefiere no dar su nombre para no reabrir viejas heridas. El registro histórico, sin embargo, no ha olvidado las querellas del hijo contra el padre que han quedado como una cicatriz y una marca de su carácter.