Es parte del corazón de la elite empresarial pero lanza sus dardos contra la iglesia católica y los conservadores. Amigo del Presidente, director del CEP, sobrino de los Matte pero con quienes no comparte su estilo austero, es el díscolo de moda en el ABC1. Socio de Celfín, la corredora de bolsa que se ubicó en el lugar 13 de Latinoamérica en 2010 y que vendió las acciones de Piñera en Lan. Errázuriz vive un año sabático en París, pero ha irrumpido en la agenda pública a través de la red social donde ahora todos tienen algo que decir.
Se define como liberal-liberal, no comulga con la iglesia católica y no quiere que el PPD Guido Girardi ocupe la presidencia del Senado. Ha votado siempre por la derecha, cree que la plata hay que gastarla sin culpa y es agresivo en los negocios. Su corredora Celfin, la misma que vendió el paquete de acciones de Lan del Presidente Sebastián Piñera, rompió en 2005 el tradicional código tácito que existía en la Bolsa de Comercio de no levantarse clientes. Una movida que le costó la enemistad permanente con Larraín Vial –hasta entonces la firma dominante del mercado- pero que llevó a su compañía a pelear el primer lugar de la industria bursátil local.
Está pasando un año sabático en Paris, que termina en marzo, pero a través de Twitter ha opinado más que en toda su vida. Primero en temas valórico-religiosos trenzándose con la asesora presidencial y periodista, Fernanda Otero, a la que le dijo “por respeto a la ciudadanía y a la Constitución el Presidente Piñera no debe nombrar talibanes de ninguna creencia en cargos públicos”, en alusión a la renunciada vicepresidenta de la Junji, Ximena Ossandón. “Si los liberales somos mayoría en Chile, especialmente la juventud, ¿por qué nos dejamos pasar la aplanadora eclesiástica? Exijamos respeto”, fue otro de sus comentarios.
“Es muy interesante que lo diga un tipo que viene del sector tradicional de la derecha, del Club de Golf Los Leones, que está metido en el corazón de la elite y lanza sus dardos desde adentro”, sostiene uno de sus conocidos.
Su destape ocurrió en 2008 cuando en la revista Qué Pasa comparó el Chile de hace 25 años, el tamaño de sus empresas y el mercado bursátil, con el actual y afirmó que “en Chile todos somos nuevos ricos”. Una expresión que ha tenido siempre una connotación peyorativa, pese a que las grandes fortunas, la de los billonarios, se construyeron a partir de la aplicación del modelo de libre mercado durante los 80.
“Culturalmente estamos saliendo del patrón antiguo, donde se valoraba la austeridad y el éxito era mal visto. (…) Lo que se está rompiendo en Chile es eso de que lo políticamente correcto es ser austero como los Matte”. No una familia cualquiera para él, porque Eliodoro, Patricia y Bernardo, los dueños de CMPC, son sus tíos en segundo grado. El padre de los Matte, Eliodoro Matte Ossa, era hermano de Elvira Matte Ossa, abuela de Errázuriz.
Jorge trabajó en el BiceChileconsult, la agencia de valores del Banco Bice, de propiedad de los Matte, durante la década de los 80. Era el director ejecutivo, su compañero de universidad Juan Andrés Camus, gerente de finanzas del banco, y el cubano Mario Lobo, representante en Chile del Banco Rothschild, socio de los Matte en el Bice. Los tres se independizaron en 1988 y formaron Celsius, competencia de su antigua empleadora, aunque pequeña, pero que con el tiempo la superaría en volumen de negocios. “No fue muy simpático para los Matte”, dice un ejecutivo que trabajó en la compañía.
Errázuriz es consejero del Centro de Estudios Públicos, ligado a los Matte, estuvo en la celebración de los 30 años de la entidad y es muy amigo de su director, Arturo Fontaine. “Lo divertido es que sigue con las costumbres del club, es como el socio díscolo. Jorge es como el Farkas de la elite, opina sobre ella, pero lo escuchan”, agrega otro de sus amigos.
Miembro de una familia de seis hermanos, los dos mayores hijos del primer matrimonio de su madre, María Olivia Grez, quien enviudó de Manuel Wedeles y se casó con Jorge Errázuriz Echeñique. Todos son conservadores, dice uno de sus mejores amigos, excepto el mayor, socio de Alemparte, Barreada y Wedeles Arquitectos.
José Tomás, el menor, es fundador junto a Fernando Barros del estudio que lleva sus apellidos y del cual Piñera fue cliente hasta asumir la presidencia. Barros es miembro de Los Legionarios de Cristo –su hija era una de las alumnas del Cumbres que murió en el trágico accidente durante su viaje de estudios- mientras los hijos de José Tomás Errázuriz estudian en el mismo colegio.
[cita]La pelea fue comentada en los círculos políticos y de negocios, pero no alcanzó la fuerza de Punta de Choros o de Ximena Ossandón. Ni Errázuriz tiene tantos seguidores tampoco y los amigos que lo siguen son personas del mundo privado. La novedad es que no se había visto antes a un empresario enfrentado públicamente con un senador, sacándose los trapos al sol.[/cita]
Su padre fue diputado liberal y embajador en Francia nombrado por la Junta Militar, lo que coincidió con el término de los estudios de su hijo. La familia se instaló en París, y él aprendió francés y tomó algunos cursos, hasta que su padre murió de un derrame.
Estando en Europa consiguió ser nombrado segundo hombre de la oficina del Banco Central en Ginebra. No era un cargo alto, pero fue una buena carta de presentación para que Miguel Schweitzer lo designara como agregado económico cuando ocupó la embajada en Londres.
Ha dicho que vivir en el extranjero lo marcó, que le dio otra visión del mundo. “El qué dirán no me importa, es muy pueblerino. Cuando cumplí 50 años decidí que quería tener un yate y me lo compré. Hoy lo más importante es ser auténtico. Todavía existe gente que vive muy en función de la aprobación de su círculo, de su familia, de su grupo religioso”, sostuvo en Qué Pasa.
Le gusta destacar que no se casó por la iglesia. Ni con su primera mujer, Joyce Guller, de origen judío -con quien tuvo a sus dos hijos mayores-, ni con la segunda, Paula Byrt, secretaria del Banco Bice, madre de sus dos hijas menores y de la que se encuentra separado. Todos educados en el Grange, colegio británico laico.
Así como sus opiniones dan que hablar, sus fiestas no son menos. La de año nuevo en Zapallar, considerada la mejor del cierre de 2010, recibió 800 invitados y hubo gente, como la modelo española Ester Cañadas, que no pudo entrar. Allí mostró a su polola brasileña de 24 años que lo acompaña en su año sabático.
En 2008 Celfin celebró sus 20 años con un concierto del compositor Ennio Morricone, cuyas entradas se agotaron en 15 minutos. Debió intervenir Carabineros ante la batahola en la boletería. El año pasado invitó al violinista israelí Itzhak Perlman y a la orquesta de Praga, que tocaron para 20 mil personas en el parque de Vitacura.
“Hay muchos Senadores de izquierda honestos… porqué eligen al más tramposo para Presidente del Senado?? Exijo explicación .. como Condorito!”. “2a Autoridad del País un Pillín de poca monta ?…estampillas robadas, facturas falsas, testigos falsos caso Novoa y ahora cáncer falso”.(sic) En su campaña Girardi No, Errázuriz inició un diálogo –siempre de usted y senador en mayúscula- en la que el aludido le respondió: “Tus deshonestidades son de alta monta”. “Extraña tu actitud de llamarme deshonesto. En que tipo de negocios y ventas de acciones has participado últimamente?” (Sic)
Errázuriz: “jaja simpático el Senador. Mi negocio es basado en honestidad y confianza. Es todo lo que tenemos!” “Ejemplo con caso Madoff. Nuestros clientes perdieron US$11 mills. Por iniciativa propia reparamos el 100% a nuestros clientes”.
La pelea fue comentada en los círculos políticos y de negocios, pero no alcanzó la fuerza de Punta de Choros o de Ximena Ossandón. Ni Errázuriz tiene tantos seguidores tampoco y los amigos que lo siguen son personas del mundo privado. La novedad es que no se había visto antes a un empresario enfrentado públicamente con un senador, sacándose los trapos al sol.
A sus 58 años, Errázuriz tiene tiempo, espaldas financieras y una posición en la que puede darse el lujo de opinar de lo que se le plazca.
Hiperactivo, es de los que no se pierde una. Corre regatas. Tiene caballos de enduro ecuestre, una modalidad en la que gana el animal que menos sufre en la competencia de 120 kilómetros. Es financista de películas chilenas. Es director de la fundación Endeavor, que promueve el emprendimiento y donde están Jean Paul Luksic, Enrique Cueto, el naviero Wolf Von Appen y Álvaro Saieh, quien lo llamó “mi gran amigo Jorge” en un seminario. Es agricultor en Santa Cruz, en un campo heredado de su padre; productor de uva en El Elqui en sociedad con Andrónico Luksic.
No le gusta La Dehesa así que vive en Vespucio, en un edificio antiguo con vista al Club de Golf, donde tiene de vecino a su amigo Pablo Piñera, gerente general de BancoEstado y hermano del Presidente, su profesor en la universidad y amigo. Errázuriz, eso sí, no forma parte del llamado tercer piso, el grupo de empresarios cercanos al Presidente a quienes éste consulta sobre diferentes materias.
Cuando Salomon Brothers era uno de los cinco bancos de inversión más importantes del mundo, armó un fondo con acciones chilenas. Celsius, la empresa de los tres amigos, se encargaba de los trámites administrativos. Fue ganándose la confianza y todas las operaciones que Salomon hacía en Chile corrían por cuenta de Celsius. Un hito en su historia fue la colocación del primer ADR (acciones) de CTC en la bolsa de Nueva York en 1990. Fue el primero en Latinoamérica. Sin embargo, las comisiones por ADR, bonos y emisión de acciones de empresas chilenas no eran altas. El salto se produce a partir de 1997 cuando Celfin –como fue rebautizada tras la salida de Mario Lobo- comenzó a administrar platas de terceros, personas naturales, AFP y compañías de seguro.
El año recién pasado fue elegida la mejor institución financiera en Chile por la revista editada en Miami, LatinFinance, que la rankeó en el lugar 13 de Latinoamérica según ingresos por comisiones. También logró desplazar del primer lugar a Larraín Vial, que alcanzó una participación de mercado de 16,7% versus 17,4% de Celfin. Una posición en la que ayudó la venta de las acciones de Lan de propiedad de Piñera.