Expertos y la competencia opinan sobre las tensiones que está sufriendo el canal de los Luksic en el área de prensa, sus desafíos y el “castigo” de la audiencia. Observan la salida de Soledad Onetto y las relaciones con el gobierno, que puede transformarse en un importante activo en términos de ventaja comparativa con la competencia.
Canal 13 se está renovando. Desde que Andrónico Luksic compró el 67% de la propiedad del canal del angelito el año pasado, el área de prensa ha sufrido variados cambios que dan cuenta de un reperfilamiento de sus noticieros, con Jorge Cabezas al mando del buque. Sin embargo, la línea editorial no está clara y las tensiones persisten.
En relación a las cifras de rating hogar del noticiero central, Canal 13 ha estado durante marzo en el tercer lugar con 11,5 puntos según Time Ibope, después de TVN y CHV (en ese orden). Durante octubre, noviembre y diciembre, Canal 13 le ganó a Megavisión, tras haber mantenido el cuarto lugar hasta el 1 de octubre (un mes después de la llegada de Jorge Cabezas). Sin embargo, durante enero y febrero Megavisión le ganó a Teletrece, habiéndolo dejado nuevamente en cuarta posición. Es decir, el 13 pelea el tercer lugar del rating con Megavisión.
Faride Zerán, directora del Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, señala que “al parecer esa línea editorial aún no es nítida y más allá de lo que puedan ser las declaraciones de principio de sus ejecutivos, en la TV, las líneas editoriales se ven en la pantalla”. El director de prensa de Canal 13, Jorge Cabezas, explica que “tenemos un camino de tres vías para conseguir aquellos atributos que permitieron a los noticieros de Canal 13 ser líderes de audiencia. Tenemos un excelente equipo que nos permitirá recuperar cercanía, ser referentes y actuar con un alto sentido de urgencia”.
Por su parte Diego Moulian, periodista y ex director de Munizaga Consultores, piensa que “son cambios más bien cosméticos, y para hacer cambios más profundos de contenido de línea editorial, en general los canales grandes tienen las manos un poco amarradas”.
Luis Breull, comentarista en temas de industria de medios (TV) en la radio Duna y profesor de la UC y de la UAH, afirma que “la primera gran tarea de canal 13 es definir su identidad. El 13 convocó en las décadas anteriores a la élite de este país y siempre resguardó una moral católica. Hoy día se desdibuja eso, porque cambia de propiedad y la iglesia tiene menos participación en las definiciones editoriales, pero todavía no se sabe lo que es canal 13”. A su juicio, Canal 13 comienza a desdibujar su identidad a principios del 2000, con los sucesivos cambios de administración.
Según el profesor e investigador en audiovisual de la UC, Valerio Fuenzalida, la crisis de Canal 13 comenzó con el área dramática a fines de los 90, y luego se hace más notoria con la muerte del ex director ejecutivo Eliodoro Rodríguez Matte, lo que genera una crisis de gobierno corporativo: “Hoy Canal 13 ha dado un buen paso con una estructura de gobierno corporativo nítida. Hay un directorio con nueve personas que nomina al director del canal. Nadie se lo impone desde afuera. Ahí hay un punto favorable. Tener una línea es una buena señal que lentamente debería empezar a producir frutos en pantalla”. Luis Breull señala que quien renovó los públicos de canal 13 fue Enrique García a principios del 2000, al introducir realitys y telenovelas más liberales, lo que a la iglesia le incomodó.
El Mostrador habló con periodistas en el área de prensa de Mega, CHV y TVN. Ninguno quiso que lo identificaran ni siquiera con el canal en el cual trabaja.
[cita]Jorge Cabezas señala que “queremos hacer periodismo pluralista, contingente, siguiendo la actualidad, y ser relevantes desde el punto de vista de la agenda noticiosa del país, haciendo un trabajo riguroso e independiente tanto de ataduras políticas, como de los distintos grupos de interés”.[/cita]
Uno de ellos señala que “lo que han hecho (el 13) es cambiarse hacia la línea general de los canales, que es con mucha policía y mucho deporte. Rompiendo una línea de canal 13 que es informativa más seria”.
Otra fuente asegura que Jorge Cabezas “primero llegó a fundar un equipo con gente de su confianza en las líneas de mando principal. Llevó a Patricio Ovando y a Pilar Rodríguez. Ha realizado cambios en contenido, que es notorio para nosotros, te estoy hablando siempre del central… ha puesto notas hechas por estos periodistas que son del área de reportajes, de manera de reforzar la pauta y crear diferencias. Es lo que buscan todos los noticiarios. Canal 13 tenía un equipo más o menos parejo y sin grandes nombres que te llaman la atención. Y ahora si los puso. Los sacó del área de reportajes y se han visto de vez en cuando reportajes hechos por los periodistas de Contacto”.
Otro periodista que observa lo que pasa en el 13 dijo que “están haciendo una apuesta editorial muy a lo Jorge Cabezas, que en el fondo es buscar rating, pero haciendo cosas desde más parecidas a CHV y Mega; y otras que son más de ellos, es decir un periodismo un poco más serio, menos obvio…eso no quiere decir que ellos no partan con policial. Con policial partimos todos, pero me refiero a que si tú sumas los contenidos, probablemente policial queda en un porcentaje mucho menor en TVN y en Canal 13 que en los otros canales. Además, están trabajando con muy poca gente. Hay gente que no trabajaba los fines de semana y ahora está trabajando los fines de semana por el mismo precio”.
Uno de los profesionales citados anteriormente agrega que “están haciendo las cosas bien, pero no les da tanto resultado porque están siendo castigados por el público. En el sentido de que con todos los cambios de tantos años que han ido de mal en peor, la gente ya definitivamente los abandonó. Aunque el 13 haga un buen noticiario ya perdió a mucha de su gente, y no ha logrado recuperarla porque las medidas que se han tomado en el 13 tampoco han sido del todo afortunadas desde el punto de vista comunicacional, frente a la opinión pública. Por ejemplo, lo de Soledad Onetto, que ha impactado bastante”.
Cristóbal Marín, vicerrector de la Universidad Diego Portales y experto en TV, asegura que “la salida de Soledad Onetto es correcta, o sea depende de la propuesta editorial del Canal 13. Si es la que uno puede entrever en lo que están haciendo, es una propuesta seria, de un periodismo bueno, con figuras creíbles periodísticamente y ahí la Soledad Onetto había perdido parte de su credibilidad en ese tono más periodístico”.
Por su parte, Diego Moulián se sintió sorprendido con la salida de la conductora que llevaba dos años dirigiendo el noticiario central junto al periodista Iván Valenzuela. “No concuerdo con que se haya desperfilado tanto a raíz de ser animadora del Festival de Viña. Me parece que sigue siendo una periodista con credibilidad. Es una buena conductora de noticias, es simpática, empática, relativamente culta, se expresa bien, habla bien… entonces me sorprendió”, señaló. “Incluso yo creo que la Santa María puede ser que sea menos empática, más pesada”, remata.
Uno de los periodistas de la competencia, se pregunta por qué no se cambió a la pareja completa: “No fue Valenzuela junto con la Onetto, sino sólo ella. Yo creo que ella representa más lo que se quiere dejar atrás. Darle relevancia a los contenidos, bajar las asociaciones negativas que tenían en este caso la Soledad al haber estado en Viña, asociarse con programas de entretención, no tener un perfil fuerte en noticias de reporteo. Que es lo que se ha valorado de la Constanza Santa María. Pero en mi opinión la dupla era la que no funcionaba. O la que representa lo contrario a lo que se quiere mejorar. O sea que al quedarse Iván Valenzuela ahí queda un poquito la sombra de lo que había”.
Cristóbal Marín piensa que “Canal 13 tiene una posibilidad de ser bastante independiente del gobierno. Hasta ahora hay que verlo, esto está recién empezando. Pero ahí tiene un activo importante porque por un lado TVN siempre ha tenido problemas con su independencia. A veces la logra mantener, pero tiene muchas presiones, y a veces los mismos periodistas se autolimitan. Y por otro CHV tiene este tejado de vidrio de que era un canal hasta hace poco de Piñera. Entonces ahí el único canal que podría ocupar un nicho de independencia política con más fuerza es el Canal 13”.
Un periodista de la competencia asegura que la relación de Canal 13 con el gobierno aún no está clara y que tampoco es tan relevante por la poca cantidad de política que generan los noticieros. Sin embargo, eso no implica incluir ciertos temas.
Jorge Cabezas señala que “queremos hacer periodismo pluralista, contingente, siguiendo la actualidad, y ser relevantes desde el punto de vista de la agenda noticiosa del país, haciendo un trabajo riguroso e independiente tanto de ataduras políticas, como de los distintos grupos de interés”.
“Me parece que los canales de TV a veces se ven en la obligación de poner ciertas temáticas que pueden ser incómodas para el gobierno, pero no necesariamente porque ex profeso quieran perjudicarlo, sino porque son temáticas que agarran cierto vuelo periodístico y que no pueden quedarse fuera de ella. O sea, ahora con el aniversario del terremoto era imposible que no dieran información sobre la reconstrucción, sobre las quejas de la gente… tampoco era imposible que no cubrieran el caso del escándalo de Van Rysselberghe, porque era un tema que ya estaba en la palestra noticiosa, que un canal grande que quiere marcar pauta, se ve obligado a cubrirlo”, dice Diego Moulian.
“Un primer desafío es que la línea editorial sea capaz de mostrar en los hechos, la independencia para abordar temas de donde antes no tenía independencia, donde estaba muy ligado a la iglesia católica y muy ligado a la UC con su línea editorial. Entonces el primer test importante es cómo desmarcarse del estigma que tenía de un canal muy dependiente de la opinión de la iglesia católica”, opina Cristóbal Marín.
Faride Zerán piensa que “hay cambio y movimientos en el Canal 13, sin embargo, creo que es aventurado señalar una opinión más rotunda, mientras no veamos con claridad cuán independientes, fiscalizadores y pluralistas serán en materia informativa. Y despejar estas interrogantes no es menor en un país donde el malestar hacia la televisión es de amplios sectores de ciudadanos hastiados de contenidos ramplones, de informativos superficiales y sesgados, de falta de programas de debates, o de la ausencia de espacios culturales. En fin, de un país que quiere ser tratado como adulto y que sabe reconocer la ausencia de riesgo y de creatividad que asola nuestras pantallas”.