El mandatario reiteró la voluntad de Chile para seguir avanzando en la agenda bilateral de 13 puntos impulsada durante el Gobierno de Michelle Bachelet, que incluye la discusión de una salida al Pacífico, pero «naturalmente dentro del respeto del tratado de 1904».
El Presidente Sebastián Piñera aseguró que el primer requisito para mantener un «diálogo sólido» con Bolivia es «el pleno y total respeto» del tratado de 1904, que delimitó las fronteras entre ambos países, después de la guerra del Pacífico (1879-1883).
En una entrevista que publica este sábado el diario El Mercurio, Piñera, que se encuentra de vacaciones en Italia en un breve paréntesis en su gira por Europa, aseguró que ese acuerdo es «un tratado de límites que fue válidamente celebrado y está plenamente vigente».
El miércoles pasado, el presidente boliviano, Evo Morales, pidió al gobernante chileno que presente una «propuesta concreta» para solucionar la demanda marítima de su país y criticó que el tratado de 1904 «no trajo consigo la paz ni la amistad».
Piñera reiteró la voluntad de Chile para seguir avanzando en la agenda bilateral de 13 puntos impulsada durante el Gobierno de Michelle Bachelet, que incluye la discusión de una salida al Pacífico, pero «naturalmente dentro del respeto del tratado de 1904».
«Nuestro país ha tenido y va a seguir teniendo la mejor disposición para facilitar, no solo el comercio internacional de Bolivia, sino también, tal como se lo hemos planteado al presidente Morales, de ir más allá y colaborar con Bolivia en la promoción de sus exportaciones a través de la red de ProChile», indicó.
Al ser preguntado sobre la posibilidad de que Bolivia plantee su reivindicación en la próxima Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Piñera respondió: «Estas conversaciones entre Bolivia y Chile son de carácter bilateral y no competen a otro país o a organismos internacionales, salvo que sea la voluntad de ambas partes».
Las relaciones bilaterales, que habían experimentado un acercamiento en los últimos cinco años, dieron un giro tras el anuncio de Morales en marzo pasado de que Bolivia llevará ante cortes internacionales su aspiración de lograr una salida al mar.
La reivindicación boliviana ha condicionado desde el siglo pasado los vínculos entre ambos países, que no tienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde 1962, con un breve paréntesis entre 1975 y 1978.