«El 40 por ciento de los estudiantes que no termina la universidad queda endeudado y sin título», explicó el economista.
El economista y profesor de la Universidad de Chile en la Escuela de Economía, Marcel Claude, aseguró que “Chile tiene la educación universitaria más cara del mundo, con un costo que representa el 72 por ciento del PBI per cápita”.
En entrevista con el portal argentino Página/12, hizo hincapié en que «toda la educación chilena está ordenada en torno de la lógica del lucro, ése es su eje central».
«El Banco Mundial señaló que cuando un estudiante se gradúa y sale al mercado laboral carga con un endeudamiento equivalente al 174 por ciento de su sueldo anual. Eso es una locura. Aunque un estudiante trabaje un año completo, todo el ingreso que gana tendrá que dejarlo en el banco. Se estima que cada estudiante se gradúa con una deuda promedio de 40 mil dólares», agregó.
Al ser consultado por las críticas al modelo económico por cuanto aumenta las desigualdades sociales, Claude hizo hincapié en que «los ricos estudian en las mejores universidades y los pobres en las peores condiciones, lo que incrementa las desigualdades con las que nacen. El 40 por ciento de los estudiantes que no termina la universidad queda endeudado y sin título. De los que terminan, el 60 por ciento no trabaja de lo que estudió. Esas son las cifras crudas y duras de la educación chilena».
Para el economista, la solución pasa por la constitución de un sistema público «donde la educación sea un derecho asegurado por el Estado. Chile tiene los recursos para hacerlo».
Respecto al movimiento estudiantil, dijo que «es mucho más sólido que en cualquier otro momento de la historia posdictadura. Recorriendo el país pude observar que existe conciencia y un excelente nivel de reflexión política en todos los estudiantes. Eso despierta la esperanza real de construir un movimiento que vaya más allá de sus demandas. Los estudiantes han planteado la posibilidad de renacionalizar los recursos marinos, mineros y pesqueros. El 60 por ciento de los chilenos vive con un ingreso promedio inferior a un país como Angola. Ante este contexto, la gente toma conciencia de la situación y está despertando».