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La estrecha relación de la nueva directora de la Junji con la red de jardines Vitamina

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Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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Si antes la polémica estuvo en el estilo y las declaraciones de Ximena Ossandón, ahora los cuestionamientos a la militante UDI surgen a partir de su  trabajo anterior, como gerente de la cadena que preside el ex ministro de Pinochet Carlos Cáceres y cuyo modelo de tercerización se está convirtiendo en la fórmula preferida del Estado para asegurar educación preescolar.


María Francisca Correa llegó a Vitamina cuando la actual cadena tenía un solo jardín infantil. Licenciada en Arte y Estética de la Universidad Católica, entró a la empresa de educación preescolar como “Coordinadora de Servicios”, en noviembre de 2005.

Ahora, Vitamina opera 54 jardines en varias ciudades de Chile, y un equipo de arquitectos está  encargado de proyectar la expansión práctica  de la empresa, que contempla sedes en Latinoamérica.

María Francisca Correa fue gerente comercial de Vitamina  y hace dos meses dejó la empresa tras ocupar el puesto de  gerente de operaciones.

Al límite de ser incompatible

Desde el 3 de agosto, Correa  es la Vicepresidenta Ejecutiva de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) y como tal tiene a su cargo 1.900 jardines y 12 mil funcionarios.

En rigor, la Junji  tiene relación con los jardines privados que opera  Vitamina. Según una ley de 2003, la institución pública  debe otorgar una certificación de calidad o “empadronamiento” a todos los establecimientos que se abren de ese año en adelante. Con este procedimiento, el jardín obtiene un ROL que le permite funcionar y que acredita el cumplimiento de ciertos estándares académicos, de infraestructura y personal.

Visto de esta manera, asoma fácilmente el conflicto de interés descrito en el artículo 6º de la ley 19 553 sobre Probidad Administrativa.

La ley dice que un funcionario no puede “intervenir, en razón de las funciones, en asuntos en que se tenga interés personal”. (..) “Asimismo, participar en decisiones en que exista cualquier circunstancia que le reste imparcialidad”.

Pero en la práctica, María Francisca Correa asegura que no existe ninguna inhabilidad “porque la fiscalización que se hace a los jardines es responsabilidad de las direcciones regionales”, dice. Por lo tanto, ningún documento donde pueda tener “interés personal”, lleva su firma.

La UDI preescolar

Luego de su exitoso paso por el sector privado, el ingreso de Correa al Estado fue a través del concurso al que llamó el Consejo de Alta Dirección Pública, después  de la polémica partida de Ximena Ossandón y de la salida e Hernán Ortiz, el ex auditor del Mineduc que “sacó” a Yasna Provoste de Educación y actualmente opera en el Ministerio de Hacienda.

[cita]La versión chilena de este modelo de jardines también ofrece “tercerizar” los servicios de guardería para clientes como TVN, Clínica Santa María, IBM, o el Banco Santander entre otros, es al mismo tiempo la que más reclamos aglutina en la red. Hasta tiene un grupo en Facebook donde se recogen las críticas: “No al jardín Vitamina”.[/cita]

María Francisca Correa defiende su nombramiento. “En el concurso de Alta Dirección Pública se valida mucho que uno tenga experiencia en el ámbito del cargo al  que está postulando. En ese sentido me parece muy valioso e importante traspasar lo que aprendí en Vitamina ahora en el sector público”, dice.

Por cierto, la experiencia alrededor de “lo público” no es una completa novedad para la Vicepresidenta de la Junji. Desde 2004, antes de llegar a Vitamina, que María Francisca Correa milita en la UDI. Ella no es el único nexo de la cadena de jardines con el partido de gobierno.

Carlos Cáceres, presidente del directorio de Vitamina y ex ministro de Interior de Pinochet, es militante histórico del gremialismo y actualmente preside el Consejo de Libertad y Desarrollo, el think tank de la UDI.

María Francisca Correa enfatiza que a pesar de compartir militancia “no tiene ninguna relación” con Carlos Cáceres.

La vitamina de los billetes

Paralelamente, el modelo de Vitamina ha sido tan exitoso que en 2008 Axa, un gigante transnacional de origen francés dedicado a los seguros y con  fondos de inversión alrededor del mundo,  compró el 40% de la empresa, poniendo a dos de sus hombres en el directorio.

La mesa que controla esta empresa de educación preescolar está integrada  por otras figuras locales provenientes del mundo financiero, como Antonio Cruz de la empresa Aurus, que asesora inversionistas;  Gonzalo Larraguibel de la consultora organizacional Virtus; Gonzalo Boffil presidente de empresas Carozzi y Verónica Edwards vicepresidenta de Adimark, la influyente  empresa de estudios de opinión pública que fundó su marido Roberto Méndez.

María Francisca Correa

María Francisca Correa fue gerente comercial de Vitamina y hace dos meses dejó la empresa tras ocupar el puesto de gerente de operaciones.

El modelo que inspiró a Vitamina, de donde la actual Vicepresidenta de la Junji sacó su experiencia en gestión de jardines, está inspirado en Bright Horizons. Una cadena de salas cuna surgida en Boston en 1986. Se especializan en guarderías para hijos de empleados de distintas empresas y organismos de gobierno, con sedes en Europa y Canadá.

Y si la versión chilena también ofrece “tercerizar” los servicios de guardería para clientes como TVN, Clínica Santa María, IBM, o el Banco Santander entre otros, es al mismo tiempo la que más reclamos aglutina en la red. Hasta tiene un grupo en Facebook donde se recogen las críticas: “No al jardín Vitamina”.

La sospecha del conflicto

Pero los reclamos  no son  lo que más preocupa en el entorno de las personas que trabajan en la Junji, donde han visto pasar tres directores en un año. Primero está la duda sobre si una persona como María Francisca Correa será lo suficientemente rígida al momento de fiscalizar los jardines privados.

“Necesitamos que la Junji tenga un rol más fiscalizador y si tenemos gente que proviene del mundo privado, donde siempre quedan contactos y amistades, no es seguro de que esta función se cumpla con el rigor necesario”, dice Julia Requena, presidenta del sindicato que agrupa a los funcionarios. De cualquier manera, la dirigente reconoce que en los dos meses que lleva María Francisca Correa “se nota que tiene un perfil más ejecutivo y sabe como es el trabajo en jardines infantiles”, afirma Requena, militante PS.

El modelo que aterriza en los jardines

Con todo, las suspicacias sobre la labor de María Francisca Correa son sólo un detalle al lado de un proceso que ya se está llevando adelante respecto de la educación preescolar y que la nueva Vicepresidenta Ejecutiva de la Junji llega a potenciar.

Se trata de la modalidad en que los jardines operan Vía Transferencia de Fondos (VTF) un mecanismo a través del que municipalidades u ONGs “sin fines de lucro” reciben dinero del Estado para administrar jardines infantiles.

Igual que en los colegios, la municipalización, según afirma Julia Requena, implica una gran brecha en la calidad de la educación que se entrega a los niños

“En los jardines Junji hay una persona para 10 guaguas o una parvularia para 30 niños, pero todos tienen la debida calificación y pasan un examen sicológico antes de empezar a trabajar. En los jardines VTF que administran municipalidades hay gente a cargo de niños que apenas tiene IV Medio”, dice Requena.

En la política que impulsa María Francisca Correa a la cabeza de la Junji está esta modalidad como una solución para aumentar la cobertura. “No vamos a cerrar jardines, la transferencia de fondos nos va a ayudar a aumentar la cobertura en los sectores de más bajos recursos”, asegura Correa.

Este puede ser el punto de discordia entre funcionarios y autoridades de la institución. “Pedimos al Presidente que se pronuncie sobre la des municipalización de los jardines infantiles. Todos están de acuerdo con que la educación preescolar es importante, pero el presupuesto al menos no ha sufrido variaciones”, dice Julia Requena.

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