«No pueden contratarte siete meses, botarte al mes ocho y volverte a contratar al mes diez, eso es completamente ilegal en todo Chile», afirmó en entrevista con la Radio ADN uno de los rostros más conocidos de las telenovelas criollas. Además sostuvo que al finalizar estas producciones, el 99 por ciento de sus colegas termina cesante «firmando finiquitos de contratos que están completamente ilegales» y que nadie se atreve a denunciar por una dependencia «perversa».
«Los canales están trampeando y haciéndonos lesos a nosotros y a la ciudadanía entera, porque efectivamente están ocultando información, dando información falsa, y están lucrando con nuestro trabajo», sostuvo el actor Alfredo Castro, quien, en una entrevista con la Radio ADN entregó su apoyo al paro indefinido convocado por Chileactores.
Esto, luego que el gremio no concretara ningún acuerdo con las casas televisivas durante las audiencias de conciliación.
«Ellos no quieren pagar. Tienen argumentos tan bastardos, de que uno se ha enriquecido con ellos, que uno ha hecho la vida gracias al trabajo que ellos nos han dado, y yo le pregunto a ese canal cuánta plata han ganado ellos con nuestro trabajo, con mi trabajo. Miles de millones que han sustentado programas picantes, asquerosos, rascas, que le pagan miles de millones a locutores, periodistas o gente que anima programas muy malos, gracias a lo que han ganado las teleseries», sostuvo.
En esa línea, dijo que «las universidades tiran ahora, al año, 100 o 200 alumnos a la calle, porque ¿dónde van a trabajar esos cabros?. De esos, uno o dos son elegidos en televisión para trabajar, y dura exactamente uno o dos años, hasta que llega otra más pechugona, más guapa, más guapo o más alto, y pa’ afuera».
Asimismo, afirmó que «no pueden contratarte siete meses, botarte al mes ocho y volverte a contratar al mes diez, eso es completamente ilegal en todo Chile (…) Acabo de terminar una teleserie, el 99 por ciento de los actores están cesantes, firmando finiquitos de contratos que están completamente ilegales. Tengo un abogado, por la cosa de la escuela que yo tengo, que me revisó un contrato y me dijo ‘Alfredo, este contrato es mula, mula. Yo lo llevo al Consejo de Defensa del Estado y olvídate, los reviento’. Pero nadie se atreve porque pierdes la pega, hay una dependencia muy perversa», concluyó.
