Al fijar expansión del gasto para el 2013 en torno a 5%, el Presidente ignora las advertencias acerca de la amenaza del déficit en cuenta corriente y apuesta a que la economía crecerá más que el consenso.
Economistas de casi todas las tendencias concuerdan que la principal amenaza para la economía es el déficit en cuenta corriente.
En el Informe de Política Monetaria de septiembre que el Banco Central presentó la semana pasada, el Consejo alertó sobre el deterioro de la cuenta corriente. El documento advirtió que el déficit alcanzará a 3,2% del PIB este año y que en 2013 “se ampliará a 4,4% reflejando el dinamismo de la demanda interna, y en menor medida, un precio del cobre más bajo”. La estimación original para el año alcanzaba el 3,1%.
En su presentación ante el Congreso, el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, advirtió que la ampliación del déficit puede generar vulnerabilidad y podría tener impacto en las condiciones de acceso al financiamiento externo.
El peligro fue tema destacado en la entrevista que el consejero Enrique Marshall dio a La Tercera el domingo pasado. En ella, Marshall sostuvo que el déficit en cuenta corriente es un problema ahora y le impone un sello de prudencia al gasto público y privado.
“Hemos representado ante el mercado y el país la evolución que ha tenido la cuenta corriente. Era superavitaria hace unos años, mientras este año va a ser de -3,2% del PIB y en 2013 de -4,4% del PIB. Sentimos la obligación de hacer esta advertencia con el objetivo de que los sectores público y privado tomen debida nota, e incorporen esto en sus decisiones. La preocupación surge porque existe el riesgo de que las condiciones internacionales cambien bruscamente. Si eso ocurriera, habría que hacer un ajuste y eso es doloroso”, enfatizó en la entrevista.
La advertencia parece no preocupar al Presidente. Ayer, durante su visita oficial a Australia, Piñera anunció que “el Presupuesto del año 2013 va a tener un crecimiento en el gasto del orden del 5%, muy cercano a lo que estimamos va a ser el crecimiento del producto”.
El problema es que el gobierno ha repetido hasta el cansancio que el gasto crecerá menos que el PIB. Y nadie piensa que la economía crecerá más de un 5% el próximo año, por lo que algo no cuadra. El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, prometió tener un “presupuesto responsable con un crecimiento moderado del gasto público”.
Hace dos semanas, Larraín destacó la mejora en la posición fiscal de Chile, que según él, entre 2009 y 2011 pasó de un déficit estructural de -3% a -1,1%, con un avance de 1,9%, en línea con un crecimiento promedio del gasto público de 5,2% entre 2010 y 2011, inferior a la expansión del PIB de 6,1% en igual período.
La semana pasada el Banco Central, en el Informe de Política Monetaria (IPOM) dijo que el próximo año el crecimiento estará entre un 4% a 5%, con una leve desaceleración proyectada para la demanda interna en 2013. El comité de expertos estima un PIB tendencial de 5% para el próximo año. En las corredoras, las proyecciones son de un crecimiento de alrededor de 4,5%.
Todo esto significa que para cumplir su regla, Piñera está apostando que la economía tendrá que crecer al tope de las proyecciones del Banco Central y más que el consenso actual de los economistas privados. Su apuesta implica que el precio del cobre seguirá en torno a los niveles actuales, ya que de caer a US$ 3,0 la libra, el déficit en cuenta corriente se podría disparar a casi 6% del PIB.
Piñera es optimista sobre crecimiento de PIB chileno 2013 en el ‘sombrío’ panorama mundial. En una entrevista con Bloomberg, el Presidente opinó que el crecimiento económico podría acelerarse el año próximo conforme el mayor productor de cobre del mundo atrae cada vez más inversiones.
La apuesta del Presidente también pone fichas a que el gasto no crecerá más de lo que él anunció, algo que fácilmente podría no ocurrir dado que el 2013 es año electoral y ya hay bastante gasto comprometido. Es más, el 5% anunciado por el Presidente sólo es posible gracias a la reforma tributaria que se aprobó la semana pasada.
Y si le sale mal la apuesta no será su gobierno el que tenga que enfrentar el problema, sino que el que le siga, ya que este es el último presupuesto 100% de su gobierno.
Un economista que trabajó en los gobiernos de la Concertación comenta que Piñera “está jugando al límite, aunque las cifras son manejables si no ocurre una crisis”. Un colega observó que el problema de fondo es que este gobierno “ha destruido la disciplina del gasto estructural” y “el próximo gobierno tendrá que lidiar con un problema no menor”.
Economistas de Cieplan y Libertad y Desarrollo, citados en La Segunda de ayer, estiman que el aumento está al límite de lo razonable. Jorge Rodríguez de Cieplan dice que una expansión de 5% es “el mayor número posible”. Cecilia Cifuentes, de Libertad y Desarrollo sostiene que una cifra superior a 5% “podría poner en cuestionamiento la meta estructural”.
Jorge Selaive, el jefe de estudios del BCI recalcó en una entrevista la semana pasada, que una expansión del gasto público superior a 4% el próximo año no es recomendable. “El gasto público ha mantenido la presión sobre la demanda interna y no parece recomendable una expansión del gasto superior a 4 % en el 2013, de manera de ayudar a la labor del BCCh y quitar presión también sobre la apreciación real del peso que hemos visto estos últimos años”.
Selaive advirtió de las consecuencias que provocaría el déficit de cuenta corriente se dispara. “Un ataque especulativo sobre la moneda que causaría una fuerte y rápida depreciación del peso. Consecuentemente, se produciría un impacto sobre las empresas medianas y pequeñas con deudas en dólares y sin cobertura cambiaria. Un punto favorable, es que el descalce de monedas de las empresas chilenas ha disminuido de manera importante en los últimos años, lo que mitigaría impactos negativos muy pronunciados. También un punto a favor son nuestras reservas en moneda extranjera que nunca habían estado tan altas como ahora. Advertí sobre este tema hace meses en prensa y en informes periódicos, y me parece muy prudente y asertiva la advertencia del Central”.
Alfredo Coutiño, Director para Latinoamérica de Moody’s, destacó hace 2 semanas que la economía chilena sigue creciendo sobre su potencial y advirtió que el exceso de demanda amenaza con crear desequilibrios macroeconómicos. “Tarde o temprano se tendrán que tomar medidas para ajustar ese exceso de demanda”, es la opinión de Coutiño.
El economista de Moody’s indica que el boom en consumo e inversión es el resultado de políticas monetarias y fiscales expansivas, “que han generado un exceso de demanda interna desde la segunda mitad de 2010″.
Joaquín Aguirre, economista jefe de Munita, Cruzat y Claro, está preocupado por el creciente déficit y acotó que se tendrá que hacer un ajuste tarde o temprano, “lo que en términos simples significa que Chile se está empezando a endeudar con el resto del mundo. El ajuste futuro tendrá que ser vía una mayor balanza comercial y/o un menor consumo interno”.
El otro factor que podría jugar en contra de la apuesta del Presidente es si la crisis externa se agudiza. Porque, si bien la economía crece a todo vapor y sin inflación, también se podría ver enfrentado con una “tormenta perfecta” el próximo año, con una Europa en recesión, China creciendo a paso de tortuga y el precio del cobre desplomándose. Mirado desde ese punto de vista, la apuesta del Presidente parece quizás demasiado riesgosa, pero Piñera ha sido osado toda su vida y es difícil que cambie, simplemente, porque es Presidente.