El calendario de giras contempla 78 comunas
Están conscientes de que el tiempo se agota y de que la eventual llegada de la ex Presidenta Michelle Bachelet a Chile podría restarle atención mediática a la primaria de la derecha. Por eso, en Renovación Nacional se preparan para la etapa más dura antes del round oficialista.
En Renovación Nacional están con todas las energías puestas para iniciar lo que en el comando de Andrés Allamand han denominado como la “segunda fase” de la campaña de primarias, con miras al 30 de junio. La estrategia para esta etapa contempla un despliegue por 78 comunas que ya han sido definidas y cuyas principales características apuntan a que “son emblemáticas y concentran la votación de la Alianza”. El trabajo en terreno comienza el próximo martes 5 de marzo en la Quinta Región, donde el candidato visitará Quilpué y Villa Alemana. Tanto en la tienda como en el equipo del abanderado, están conscientes de que ahora comienza la parte más dura del proceso y que habrá que ser particularmente cuidadosos para cumplir con lo que el gobierno espera de ambos aspirantes a suceder a Sebastián Piñera en La Moneda: no sacrificar la unidad de la coalición oficialista con nuevos episodios como el que enfrentó a los presidenciables de la derecha en el marco de los actos conmemorativos del 27/F.
Ese es justamente uno de los temas que se supone abordarán ambos comandos en la cita programada para hoy, en las dependencias del Instituto Libertad y Desarrollo, considerado “lugar neutral”. En el encuentro, que originalmente buscaba que los equipos de los aspirantes oficialistas a La Moneda llegaran a un acuerdo en relación a los debates que ha exigido Allamand, participarán el senador Juan Antonio Coloma y Luz Granier, por el candidato de la UDI, y Catalina Parot, Francisco Chahuán y Nicolás Monckeberg, por el aspirante de RN. Ello, porque las disputas que han enfrentado a los presidenciales oficialistas no han sido para nada bien evaluadas desde Palacio, donde prevalece la concepción de que al electorado de derecha le molesta ver a sus candidatos como rivales. Pero también, porque no ha pasado inadvertido el hecho de que cada vez que alguno de los dos trata de diferenciarse, finalmente lo hace a costa de la actual administración, especialmente el ex ministro de Obras públicas.
No obstante, los partidarios de ambos candidatos a la Presidencia también saben que si no encuentran un elemento diferenciador será difícil aumentar la distancia entre ellos o que Allamand alcance definitivamente a su adversario dentro de la Alianza. Pese a que con el último episodio, la UDI es la que saca cuentas alegres, ya que es su representante el que dio señales de alejarse de la línea trazada por La Moneda. En esa pasada, el ex titular de Defensa se ciñó a la estrategia diseñada en Palacio para enfrentar otro aniversario del 27/F al que la derecha no renuncia a sacar partido, menos a estas alturas en que el arribo de la ex Presidenta Michelle Bachelet a Chile es inminente. Mientras que Golborne cometió el “tremendo error”, según el análisis de Renovación, de centrar la mirada del electorado en la disputa de los presidenciables oficialistas y no en los logros del gobierno y menos en la figura de la ex mandataria. Algo que tampoco pasó inadvertido en Palacio.
[cita]Las disputas que han enfrentado a los presidenciales oficialistas no han sido para nada bien evaluadas desde Palacio, donde prevalece la concepción de que al electorado de derecha le molesta ver a sus candidatos como rivales. Pero también, porque no ha pasado inadvertido el hecho de que cada vez que alguno de los dos trata de diferenciarse, finalmente lo hace a costa de la actual administración, especialmente el ex ministro de Obras públicas.[/cita]
Por lo pronto y con el fin de que en lo que resta de la campaña, hasta el 30 de junio, nada quede al azar, Andrés Allamand y la mesa directiva de RN cenarán con los diputados y senadores del partido este martes 5. La convocatoria es en el comedor del Congreso a las 20:30 horas. Y la idea, según manifiestan desde el comando, es coordinar la gira del candidato con los parlamentarios y explicarles los detalles de la misma y de los objetivos que se persiguen en esta etapa que apunta a: “Activar las redes locales de apoyo al candidato y conjuntamente constituir los PROA (proyecto programático) regionales, con el fin de incorporar al programa de gobierno los intereses de los ciudadanos en las regiones y tener presencia en los grandes centros urbanos”.
A pesar de que Allamand optó por “dar vuelta la página” y cerrar el último episodio polémico con su adversario, en RN insisten en apuntar a Golborne y a que fue él quien rompió el ‘fair play’. La idea, confidencian en la casona de Antonio Varas, es “dejar en la retina del electorado de nuestro sector que es él (Golborne) el que se está alejando de la línea del gobierno y que provoca las peleas con Allamand. Eso a nuestro sector no le gusta”. Desde la UDI lo ven radicalmente distinto. Dadas las malas cifras que el gobierno no ha logrado revertir aún, y ni hablar de la figura presidencial, en el gremialismo son hartos los que creen que lo mejor es tomar una cautelosa distancia de la actual administración y que eso podría redituarle electoralmente a su candidato. Lo que no es de extrañar, si se considera que en la colectividad dan por hecho que su abanderado coincide con algunas de las críticas que el senador Jovino Novoa le hizo a la administración de Sebastián Piñera en su libro.
Por otra parte, aunque en el gremialismo ya comenzaron las apuestas acerca de cuándo se baja Allamand —y en RN con un optimismo inusitado aseguran que “eso no va a pasar nunca, vamos a ganar—, no es menos cierto que en la tienda preocupa qué tan dañados quedarán sus aliados cuando Golborne gane la primaria, porque dan por hecho que eso pasará. Entonces, varios han comenzado a recordar el episodio de las elecciones del 2005, cuando ambos aspirantes de la Alianza, Sebastián Piñera y Joaquín Lavín, optaron por llegar a la primera vuelta presidencial. Esa campaña fue difícil para la derecha y particularmente para la UDI que vio como su oportunidad de llegar a La Moneda se perdía por la irrupción de Piñera. Cuando el entonces empresario perdió frente a Bachelet en el balotage, en RN responsabilizaron inmediatamente a sus socios. Asumiendo que en la UDI, tras haber perdido la primera vuelta, quedaron tan molestos que se negaron a darle su voto a Piñera para que éste pudiera llegar a la Presidencia. En el gremialismo existe preocupación respecto de que en esta primeria se produzca algo similar, que esta vez afecte a su candidato.
De allí que también hay un sector que cree que hay que tratar de no molestar demasiado a RN en esta etapa de la campaña, porque más temprano que tarde —dicen— van a necesitar sus votos. Esto es lo que también ha generado en la tienda un debate acerca de que en la derecha “no existe cultura de primarias”, por lo que no ven que el proceso que ahora enfrentan para elegir a quien esperan suceda a Piñera, sea tan beneficioso para el sector. Y, obvio, de ello responsabilizan a Allamand que sienten puso a la UDI en una encrucijada, pero que finalmente podría hacerlos perder la elección presidencial de fin de año.
