«La lectura recupera confianzas, no hay mejores amigos que los libros, los libros no pelan, no traicionan, los libros acompañan, son grandes amigos», señaló el abanderado.
Hasta los tradicionales puestos de venta de libros nuevos y usados de la calle San Diego llegó el aspirante a La Moneda del PRO, Marco Enríquez-Ominami, para dar a conocer una serie de compromisos programáticos tendientes a fomentar la lectura y que presentó como su Política Nacional del Libro.
El presidenciable, que llegó acompañado por Karen Doggenweiler, la coordinadora programática Patricia Morales y el vocero y concejal de Providencia, Jaime Parada, aprovechó la oportunidad para comprar libros infantiles para el próximo Día del Niño.
«A pocos días de celebrar a nuestros niños, hemos querido hacer un planteamiento sobre la cultura; el Día del Niño es un día precioso, pero también se ha transformado en un día de consumo impulsado por la publicidad. No hemos venido a hacer una apología del Día del Niño sino más bien una defensa y promoción de la lectura. Y hemos venido a un lugar en el que los libros son algo más accesibles que en las grandes librerías», señaló el presidenciable.
«El problema de Chile comienza –más que por la economía o la política– por un tema de cultura. La lectura recupera confianzas, no hay mejores amigos que los libros, los libros no pelan, no traicionan, los libros acompañan, son grandes amigos. El problema del lenguaje afecta a los políticos, que difícilmente se expresan bien, pero más aun a los niños; la mitad de ellos no entiende lo que lee, y más que proponer otro tipo de artefactos, queremos proponer la lectura nacional, la literatura chilena que es reconocida a nivel mundial», agregó.
Enríquez-Ominami detalló sus compromisos programáticos: «El IVA diferenciado es una antigua causa. Proponíamos bajarlo al 2%, pero las editoriales nos han hecho ver su planteamiento del 6% por un conjunto de razones técnicas. Cada profesor en mi Gobierno tendrá la posibilidad de tener una tarjeta y comprar mensualmente cuatro libros de acceso gratuito en las librerías chilenas».
A estos dos compromisos, agregó: «Proponemos crear una editorial nacional, que ya existió en Chile, que Corfo, Fondart y todas las herramientas ayuden a la creación del libro.
«La política del libro es nuestra política cultural; se ha hablado poco de cultura en esta elección presidencial y la gente lee poco porque los libros son muy caros. En Argentina los libros son más baratos y nuestra ley es tan antigua que el libro electrónico no es reconocido como libro, y para nosotros el libro electrónico es tan importante como el impreso. Leer emancipa la vida y fija la existencia», dijo.
