Al interior del comando no sólo se conversa sobre cómo viabilizar la propuesta de una AFP estatal, que está mencionada en el programa de la candidata de la Nueva Mayoría. Después de la presión mediática que ha hecho la CUT y el convencimiento de la propia Bachelet sobre lo malo que es el sistema de pensiones chileno, en las comisiones Previsional y de Economía del comando, también se ha discutido cómo llegar a un sistema solidario que reemplace al actual. Una de las ideas, es que entre uno y otro sistema exista un tiempo en que, además del aporte del trabajador, exista un apoyo del Estado y los empleadores.
Si Michelle Bachelet gana en segunda vuelta enviará, antes del 18 de junio, un proyecto de Ley al Congreso que cree una AFP estatal. Ese es uno de los compromisos de su programa con el que se pretende generar una “mayor competencia de precios” en el mercado actual.
Sin embargo, no es todo lo que se ha conversado en el comando de la candidata. Después de la presión mediática de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) con sus demandas y también los puntos que han puesto sobre la mesa partidos como el PC, la idea de llegar al fin del modelo de pensiones impuesto en dictadura ya ha sido conversado al interior de la Nueva Mayoría.
“Ella confesó que no cree en el sistema de AFP’s y en cómo se ha construido. Cree que la AFP estatal es una parte de la solución, pero también cree que hay que sustituir el modelo”, confidencia el vicepresidente de la CUT, Nolberto Díaz, sobre la reunión que sostuvieron el lunes pasado con Bachelet. Junto a Bárbara Figueroa –presidenta de la multisindical–, Díaz se reunió por más de una hora con la candidata. Durante la cita se trataron varios temas de interés para los trabajadores, entre ellos el sistema de AFP’s.
Otro dirigente de los trabajadores cuenta que Bachelet fue enfática en que el modelo hay que sustituirlo y para eso puso ejemplos de países europeos. Pero, sobre todo, Bachelet se refirió a un proceso de transición; un proceso que aunque sólo fue deslizado por ella en la reunión con la CUT, ya se ha conversado tanto en la comisión previsional como de economía del comando.
[cita]“Ella confesó que no cree en el sistema de AFP’s y en cómo se ha construido. Cree que la AFP estatal es una parte de la solución, pero también cree que hay que sustituir el modelo”, confidencia el vicepresidente de la CUT, Nolberto Díaz, sobre la reunión que sostuvieron el lunes pasado con Bachelet. Junto a Bárbara Figueroa –presidenta de la multisindical–, Díaz se reunió por más de una hora con la candidata. Durante la cita se trataron varios temas de interés para los trabajadores, entre ellos el sistema de AFP’s.[/cita]
Si bien contar con una AFP estatal es una idea central para enfrentar un nuevo escenario previsional, las conversaciones en la Nueva Mayoría apuntan a que esta debería tener bastantes diferencias con las tradicionales administradoras, como, por ejemplo, que trabajara con comisiones más bajas y que asumiera pérdidas cuando los afiliados pierden; pero también ganancias cuando los afiliados tengas números azules.
Las conversaciones también se refieren a que esta AFP estatal podría apuntar a hacer selecciones de inversión más interesantes y no sólo replicando los intereses que han tenido hasta ahora las administradoras privadas.
Sin embargo, además de las conversaciones que giran en torno a lo que será la AFP estatal, también se ha hablado acerca de cómo llegar a un sistema donde las administradoras no existan.
Para ello, uno de los puntos que más se ha discutido es el de –además de sumar una AFP estatal– trazar un modelo de transición que sostenga el sistema mientras una comisión de expertos internacionales y nacionales ayudan a dibujar un nuevo sistema solidario de tipo reparto. Es decir, donde los jóvenes financien a los viejos.
Una de las ideas que más se ha conversado –comentan al interior del comando– es que en un periodo de transición exista un tiempo de capitalización individual, apoyada por un fondo solidario del Estado y los empleadores.
“La idea de eliminar el sistema se ha conversado más en las últimas semanas, aunque todo se resolverá cuando parta el trabajo del grupo de expertos”, comenta una fuente del comando.
Según el último informe de la OECD, “Pensions at a Glance 2013”, Chile presenta tasas de reemplazo bruta, es decir, sin incluir descuentos por impuestos ni agregar subsidios o transferencias del Estado, “de 41,9% y de 33% para hombres y mujeres respectivamente. Estas tasas usan salarios promedios y se simulan sin quiebres o lagunas previsionales”, explican en la Fundación Sol. Algo que en lo cotidiano se lee así: si una persona entra a trabajar a los 20 años y jubila a los 65, cotizará por 45 años o 540 meses (sin lagunas). “Tomando los datos de la Superintendencia de Pensiones a septiembre de 2013, y el ingreso imponible de los actuales cotizantes, se tendrá que: en el caso de los hombres, con un ingreso imponible promedio de $627.000 se obtendrá una pensión de $263.000, produciéndose una merma de 58% en su salario. En el caso de las mujeres, con un ingreso imponible promedio de $523.000, obtendrán $173.000 como jubilación, con una merma de 67% (2/3 de su salario). Hoy las AFP pagan cerca de 1 millón de pensiones y bajo la modalidad de retiro programado en pensiones de vejez, el 85% obtiene menos de $138.546. Estas cifras demuestran que en el sistema de pensiones chilenos, las AFP, no cumple con el objetivo básico que es entregar pensiones dignas”, explica el economista de la Fundación, Marco Kremerman.
Como el panorama es desalentador: la tasa de reemplazo –diferencia entre las últimas remuneraciones y la pensión efectiva– nacional es del 54,1% para los hombres y del 44,1% para las mujeres. O sea, las personas reciben menos de la mitad de su último sueldo cuando se jubilan, por eso es que quienes piensan que el sistema debe ser reemplazado, piensan también en alternativas.
A octubre de 2013, el monto promedio de las pensiones que pagan las AFP es de $ 182.945. Además, se registran cerca de US$ 45.000.000 de dinero de las pensiones esparcidos en 20 grandes corporaciones en Chile. “En consecuencia, Chile debe transitar hacia un sistema que cumpla con los principios básicos de la seguridad social y en donde el eje de las pensiones sea la solidaridad intergeneracional, tal como sucede en la mayoría de los casos comparados. Ello requiere una definición clara sobre un lineamiento de filosofía política y económica, significa reponer lo colectivo por sobre lo individual”, dice Gonzalo Durán, economista de la Fundación Sol.
A lo anterior se suma el promedio de edad de jubilación. La edad de retiro efectiva en Chile es de 70,4 años, en promedio, entre mujeres. Diez años sobre lo establecido por la ley. Entre hombres la edad de retiro llega a los 69,4 años, casi cinco más que lo establecido por ley.
El economista Andrés Solimano, ex encargado del programa de MEO, cree que la AFP estatal es una solución parcial, que ayuda a “introducir más competencia en el sistema”, pero que no es suficiente para mejorar el modelo, por lo que se inclina por un sistema mixto (reparto y capitalización). Pero ¿cómo se hace la transición?
Solimano es claro. “Propongo que haya una consulta nacional, un referéndum para decidir el tipo de sistema de pensión que quieren los chilenos. Una vez que haya un mandato popular se pueden hacer comisiones, pero con participación de la población y organizaciones sociales. No puede ser sólo una comisión de expertos. A esta altura del partido, eso no sirve”, sostiene el economista.
Una vez hecho esto, Solimano cree que habría que modificar el Decreto de Ley 3.500 “que es el que creó las AFP. Es un cambio legal con una discusión en el Parlamento. Las AFP’s no son los dueños de la plata, son un administrador, igual que los administradores del edificio. Los dueños de la plata son las personas”, concluye.