Cree que su éxito en las elecciones parlamentarias está ligado a la necesidad de descentralización y al grito de las regiones, que se movilizaron de forma importante a partir de 2011. Con una agenda que busca dar autonomía y foco a los problemas locales, el ex intendente dice que ya nadie puede hacerse el leso con el viejo eslogan de que Santiago no es Chile. “No tengo dudas de que Bachelet sabe que todo el mundo quiere las cosas para ayer”, asegura.
Sabía que le iría bien, y eso lo palpaba cuando iba a Osorno o a Puerto Montt, donde la gente no se había olvidado de su gestión como Intendente. Es uno de los nombres más importantes en la agenda de regionalización que el Parlamento pueda impulsar desde 2014; un tema en que, según dice, se ha hecho poco y nada. “Cuando hablamos de lo que se ha hecho en descentralización es un chiste”, comenta. “Darle a la ciudadanía que elija a los consejeros regionales es un caramelo… pero qué atribuciones tienen. Cuando ni siquiera saben si van a estar a dedicación exclusiva, o sea, se sigue chacoteando con las regiones y eso para mí es inaceptable”.
Quinteros dice que él no habla de federalismo. Pero sí de autonomía, desarrollo de las regiones, “al fomento productivo, investigación. A poder tener aliados en el sector privado, tener derecho a empréstito”…
–En ese sentido, ¿cómo evalúa las propuestas de regionalización que están contenidas en el programa de Bachelet?
-Son pocas, pero trabajaremos en eso…
-¿Qué le faltó, por ejemplo?
-Está bien que en cuatro años podamos decidir una parte importante del Presupuesto, pero en el gobierno que le siga a Bachelet debe ser casi 100%. Hoy día los países desarrollados están sobre el 40% y nosotros no llegamos ni siquiera al 10.
-Una de las explosiones importantes del movimiento social fue en regiones. ¿Cree que esto se puede agudizar y es uno de los focos para los que debe prepararse la próxima administración?
-No tengo ninguna duda que Bachelet se dio cuenta del grito de las regiones, porque lo que ocurrió en Punta Arenas, en Aysén, en Calama en Freirina, en Quellón, Dalcahue, Ancud… Un solo ejemplo de mi zona: en Quellón hubo un movimiento por la salud y en Ancud también hubo problemas con profesionales, porque los usuarios sentían que se mofaban de ellos. Llega Mañalich y baja el movimiento, comprometiéndose a que se va a construir un hospital. Esto es un engaño. Estas tres cosas: el hospital de Quellón, de Ancud y Achao están contemplados en el plan del gobierno pasado en Chiloé. Y este gobierno lo paralizó. Y de eso la gente de regiones está cansada, porque se siente engañada, la tienen pa’ la patá y el combo. Yo no digo que no haya que invertir, pero seamos ecuánimes. Por ejemplo, el subsidio al Transantiago. La última cifra que yo recuerdo es una inversión de 44 mil millones para el Transantiago. Y 44 mil millones para 14 regiones, cuando con el subsidio que nos corresponde podríamos tener tren de acercamiento entre Osorno y Puerto Montt. Está la línea férrea intacta y reparada. Eso es algo que la región necesita, pero acá los eruditos y técnicos dicen que no… Pero las cosas cambiaron, Chile cambió. Y como a la gente le dicen todos los días que tenemos veintitantos mil dólares per cápita, la gente dice ‘bueno, si tienen tanta plata por qué no me toca’. Ese es el problema, y ese grito regional Bachelet lo entendió. Entonces si los partidos políticos y los políticos no se dan cuenta de eso, estamos liquidados.Y el mejor ejemplo de eso es Gutenberg Martínez.
[cita]Yo tampoco soy tan ingenuo de pensar que la primera semana las cosas cambien. Lo que yo digo es que no tengo ninguna duda de que Bachelet va a mandar los proyectos de reforma en el menor tiempo posible, pero es el Parlamento el que tiene que agilizar. Y si el Parlamento se demora en los proyectos y la gente sale a protestar, yo voy a estar con ellos en la calle para que el Parlamento acelere la tramitación de los proyectos.[/cita]
-¿No está entendiendo nada de este nuevo Chile?
– Cómo se le ocurre mandar mensajes por el diario a la Presidenta electa, cuando están con un programa de cambios de verdad y en el que la ciudadanía cree. Yo le creo a pies juntillas; creo que se cumplirá a cabalidad y depende también de quienes vamos a estar en el Congreso, que seamos ordenados; que no pongamos palitos en el Congreso. Por supuesto, podemos dar ideas… pero no que salga alguien diciendo ‘mire, sabe que yo tengo mis dudas sobre el lucro en la educación’. Sería imperdonable que en cuatro años más dijéramos que no lo pudimos hacer porque nos faltaron votos en el Congreso. Por eso la madre de todas las batallas es la Reforma Tributaria y no hay ningún empresario que no sepa que esta reforma va.
–Cuando habla de Martínez habla también de una nueva forma de estar en esta escena de los propios partidos políticos… ¿Cuál es esa forma?
-Que uno tenga libertad, que no tenga compromisos. Uno no puede estar amarrado por grupos de interés. Yo no soy socio de escuelas, ni de clínicas… de nada. Porque creo que mi voto tiene que ser libre y el compromiso que yo tengo es con un programa de gobierno.
-¿De qué forma se va a coordinar la bancada regionalista?
-Con De Urresti (Alfonso) yo tengo una relación de amistad; fue mi jefe de gabinete en la intendencia. Con Isabel Allende nos conocemos hace muchos años… No tengo problemas con ellos; y con los demás creo que tengo las buenas relaciones que uno debe tener. No por pensar diferente uno va a ser enemigo.
-¿Pero existe la idea de afianzar una bancada regionalista?
-Por supuesto. Hasta gente de la derecha está con esa idea; Moreira –que está muy indignado con la UDI porque lo mandaron a morir allá e hizo la gracia– ha dicho que está disponible para trabajar conmigo en todos los temas regionales, aunque su partido diga lo contrario. Yo lo quiero ver ahora.
-¿Y cuáles serían los principales puntos de esa agenda?
-Por ejemplo, la agricultura de la Región de Los Lagos es bastante diferente a la de la zona central; o del Norte Chico. La provincia de Osorno es agropecuaria; los problemas de la leche y la carne inciden en la economía regional. No es posible que los productores lecheros, las plantas receptoras de la leche, Soprole y Nestlé, hagan lo que se les ocurra con ellos y les baje el precio cuando el precio internacional sube. Ese es un abuso, y por eso hay que tener una política agraria regional. En la salmonicultura los salmoneros dicen ‘gracias a nosotros esta zona tiene el empleo que tiene’. Parte de razón tienen, pero como yo estoy desde el principio de ese asunto, sé lo que el Estado invirtió en caminos o agua potable. ¿Y qué pasa con los trabajadores? Hoy hay enfermedades que tienen los trabajadores y que no están contempladas en las mutuales. Ahí hay un tema de qué preocuparse, que son temas regionales. ¿Qué pasa con la pesca artesanal? Se la pasaron por el aro.
-En los primeros 100 días de gobierno habrá una comisión asesora para los temas regionales, según señala el programa de Bachelet. ¿Cree que el consejo actúe con celeridad en estos temas?, ¿qué esperaría de ese consejo?
-No tengo dudas de que Bachelet sabe que todo el mundo quiere las cosas para ayer. Y no tengo dudas de que los primeros días mandará una serie de proyectos al Congreso. Ella está consciente de que la ciudadanía está esperando.
-Usted planteó en una entrevista que quería que los cambios se realizaran en el menor tiempo posible. Si eso no pasa, ¿en qué lugar estará usted?
-Yo tampoco soy tan ingenuo de pensar que la primera semana las cosas cambien. Lo que yo digo es que no tengo ninguna duda de que Bachelet va a mandar los proyectos de reforma en el menor tiempo posible, pero es el Parlamento el que tiene que agilizar. Y si el Parlamento se demora en los proyectos y la gente sale a protestar, yo voy a estar con ellos en la calle para que el Parlamento acelere la tramitación de los proyectos.
-¿Qué piensa de la Asamblea Constituyente?
-Me gusta la idea. Yo voté y puse AC, pero no me quita el sueño tampoco. Si lo importante es la Nueva Constitución
-Pero el cómo es tan importante como el qué para el movimiento social.
-Lo importante es que todas las amarras que nos dejaron se desamarren para poder avanzar en lo que creemos. Por ejemplo, los Derechos de Agua… ese es un problema importante… Hay que cambiar la Constitución. Entonces ahí hay una política de riego, y no sólo de riego, ¡es agua para tomar! Las comunidades de San Pablo y San Juan de la Costa están liquidadas. A mí lo que me importa es una nueva Constitución que nazca de la voluntad popular. A mí me gustaría una Asamblea Constituyente, pero tampoco me voy a cortar las venas si no es.